(Publicado originalmente en Spaces el día 1-04-06).
No me gustan los gaditanos. Hay excepciones, desde luego, pero por lo general me tocan mucho las pelotas. A mí no me va eso de la falta de formalidad disculpada con "musho arte". Y tengo la mala fortuna de vivir en San Fernando, Isla de León, o La Isla, como ellos dicen. Vine aquí por razones profesionales, y aquí me voy a quedar de momento por razones muy personales, a pesar de lo que me jode la sinvergonzonería que veo constantemente. Es más, me he empadronado en San Fernando, y como ciudadano de pleno derecho de La Isla que soy os voy a contar este toqueteo de cojones del que soy víctima. Paciencia y a leer:
Contaba el 22 de Febrero que mi vieja lavadora se había rendido, pero lo que no he dicho hasta ahora es que sigue dándome por culo. Es como el Cid, que después de muerto seguía ganando batallas. Resulta que me dicen los instaladores de la nueva lavadora que no se pueden llevar la vieja porque el Ayuntamiento no los deja; normas. Lo más que pueden hacer es dejarla en la calle, y que llame yo al servicio de recogida de muebles y enseres del Ayuntamiento (bendito sea) para que la retiren. Muy bien, bájenla a la calle, dije yo muy optimista, sin recordar que estaba en Cádiz, Cai, tierra de pasotas. Tras muchas llamadas doy con un número de teléfono que parece el bueno, y soy atendido por un contestador, o más bien una contestadora automática. "Maldición, esto no me gusta nada", pensó mi menda, mientras oía a una señora recitar trabajosamente lo siguiente: "Servicio municipal de recogida de muebles y enseres. Les informamos que la recogida se realiza de lunes a viernes, y es gratuita. Deje su dirección después de oír la señal. Saque los muebles esta noche, y mañana se los recogeremos. Gracias". Pues bien, dejé la dirección y me sacudí las manos, satisfecho y esperanzado. Adiós lavadora. Ja, ja. (Tened en cuenta que entonces yo era joven y tenía ilusiones, creía en los Reyes Magos, en los instaladores de lavadoras y en el Servicio de Recogida de Muebles y Enseres).
A la mañana siguiente, cuando voy a trabajar, oh, espanto, descubro que la lavadora no está en la calle, no. Estaba en la entrada del edificio. Me faltaba tiempo y un ayudante para sacarla a la calle, de modo que se quedó donde estaba y me marché, pensando en los antepasados de los instaladores de lavadoras que no distinguen entre "dentro" y "fuera", y rezando para que los del servicio de recogida tuvieran el detalle de entrar a por ella.
Cuando al volver por la tarde la vi en el mismo lugar me cagué en todos los santos, y ella me miró torvamente con su enorme ojo ciclópeo. Para colmo, la presidenta de la comunidad de vecinos, una de esas personas que gozan con cualquier carguito, me regañó por dejar ahí la puta lavadora. Resulta que era viernes, y en el fin de semana no funciona el servicio de recogida... bueno, funcionar, lo que es funcionar, no funciona nunca, pero digamos que durante el fin de semana está oficialmente inactivo. ¿Qué hacer?, no podía dejar la lavadora en la calle todo el fin de semana, me parecía una falta de respeto al vecindario, y si la dejaba donde estaba la presidenta me fusilaría, así que opté por meterla de nuevo en casa, pero eso generaba otro problema, pues yo solo no podía con ella, y no cuento para nada con los vecinos (es que yo soy ese tipo raro que hay en todos los vecindarios, ése que apenas se relaciona con los vecinos y ni los conoce. Cuando se me vaya la pinza y mate a alguien a hachazos dirán de mí los vecinos en un morbograma televisivo: "era un chico muy reservado, y parecía formal, pero no sé, no lo conocíamos casi, es que ni lo veíamos"): Pues bien, hube de sacar a Miguel de su casa y su familia. Miguel es un amigo que siempre está dispuesto a ayudarme y jamás pide nada a cambio. Yo creo que si no fuera por Ana, su mujer, nos habríamos casado él y yo hace tiempo.
Con la ayuda del incondicional Miguel subí de nuevo la jodida lavadora a casa, y se quedó ahí, justo en la entrada. Y fueron pasando los días... y los días... y empecé a usarla para dejar cosas sobre ella cuando llegaba a casa: el correo, periódicos, publicidad del Telepizza, de una clínica dental, de tiendas de productos informáticos. Alguien que me visitó me dijo: "Qué recibidor tan bonito te has comprado. Joder con los muebles de diseño, parece una lavadora". El caso es que ayer se presentó la ocasión y la ayuda que necesitaba para sacarla a la calle. Segundo intento. Llamada al servicio de recogida. Señora enlatada que dice "Servicio municipal..." Yo que doy la dirección. Lavadora que se saca a la calle. Ea, por fin.
¡Pues no!
Al volver hoy a casa ahí estaba la maldita, mirándome con su odioso y enorme ojo de cíclope. Creo que se estaba riendo, la muy hija de puta. He llamado a la centralita del Ayuntamiento, y le he dado a entender a la chica que me ha atendido, no con mis palabras pero sí con mi tono, que necesitaba cagarme en los muertos de alguien con capacidad de respuesta; que no me pasara con otro puto contestador. Y me ha dicho la gachí, "ah, pues eso lo lleva el técnico de desarrollo sostenible. Le paso". Toma, el técnico de desarrollo sostenible. Ese menda tiene que ser alguien ahí, seguro que ese tipo me soluciona algo. Y es que soy un recalcitrante iluso. Primero me han tenido un par de minutos escuchando música, luego una voz de mujer decía "¿Paco... Paco...?", después más música, y finalmente me han colgado. Imagínese el lector mi indignación. He tecleado de nuevo el número de la centralita, y no sé por qué razón pero esta vez no me atendió la chica de antes, sino el mismísimo Técnico de Desarrollo Sostenible, el TDS en persona, el tal Paco para los amigos. Pues le digo al tipo, Paco o como se llame, que he observado que el Servicio de Recogida de Muebles y Enseres no funciona como debiera, y va el notas y me responde con sorna gaditana, con "musho arte": "Hay quejas, hay quejas". Juraría que el gachó se estaba aguantando la risa. Le he explicado el caso, dejando traslucir mi mala uva, y el tipo éste, por un momento, ha pretendido convencerme de que el culpable soy yo por no haber dejado la lavadora de las narices junto a un contenedor de basuras. Le he tenido que recordar a este eficiente profesional lo que dice la señora del contestador, la cual en ningún momento menciona para nada los contenedores, que ya manda cojones que el ciudadano le tenga que explicar al TDS lo que dictan sus propias normas municipales, y entonces me ha pedido un número de contacto. Podría haberle dado el de mi prima la sifilítica, da igual porque sé que no me va a llamar. También me ha pedido el nombre, seguramente para meterme en alguna lista negra. Luego me ha asegurado que llamaría a la empresa que se encarga de eso, la empresa que cobra del Ayuntamiento que le paga con mis impuestos. La empresa que sólo trabaja por las mañanas, y esto sucedía a las 13:30. A las 16 horas la puñetera lavadora seguía en medio de la acera. Y lo peor es que hoy es... ¡Viernes! Pero esta vez se queda ahí, eso lo tengo muy claro. A mi casa no vuelve esa indeseable. Y que tenga cojones la presidenta a decirme algo, que me la voy a comer viva.
Ahora tengo miedo de salir a la calle. Sé que esa malnacida del ojo ciclópeo estará ahí, burlándose de mí. Se me ha ocurrido avisar al servicio técnico para que la reparen y la conecten a una tubería de la calle. Pondré un cartel bien grande sobre ella que diga: LAVADORA PÚBLICA POR GENTILEZA DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE SAN FERNANDO.
Estoy seguro de que sería más fácil deshacerme de un cadáver. De uno llamado Paco, por ejemplo.
Actualización (1 de Abril, 23 horas): No está. Se ha ido. Ni idea de qué ha pasado. No puede ser el servicio de recogida, porque aquí la gente no trabaja cuando debe, de modo que aún menos cuando no está obligada. Supongo que habrá sido cosa de alguien que pensó que funcionaba y creía estar robándola; va más con los usos y costumbres de la tierra. Si es así le deseo toda la suerte del mundo, ojalá le funcione milagrosamente. Gracias, amigo desconocido, no olvidaré lo que has hecho por mí.
Aventuras de un coro municipal
Hace 38 minutos
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BRUJERIA Y POLITICA
LA CIUDAD DE SALTA, ARGENTINA, CONMOCIONADA POR LAS MALDICIONES DE UN CONCEJAL ESOTERICO (Astrólogo):
El ex edil Guillermo Capellán, siendo Presidente de la Comisión de Hacienda del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta, quiso cobrarle los impuestos al hermano del Alcalde/Intendente Alejandro San Millán, Antonio San Millán.
El Poder Sanmillanista contrató al Abogado Roberto Elio Gareca y este letrado a su vez contrató a un delincuente juvenil, Rodrigo Chavarría (taxi-boy menor de edad a quien Gareca conoció en el Parque San Martín de la Ciudad de Salta) y lo denunciaron por violación. Estuvo 101 días preso y desde la cárcel vaticinó que saldría el día de la Lealtad Peronista, horas más horas menos salió en la madrugada del 18 de Octubre de 2003. Al salir del presidio en Concejal dijo "Quienes participaron en el complot pagarán muy caro lo que me hicieron":
"Al Juez le pasará lo mismo a que a mí, se quedará sin cargo". A los seis meses abogados de la Ciudad de Salta pidieron Juicio Político al Juez de la causa, Luis María Agüero Molina lo destituyeron por motivos relacionados al caso edil ocultista.
"Rodrigo Chavarría, pupilo de Roberto Gareca, hizo una denuncia falsa siendo menor de edad y eso es delito, cuando sea mayor vivirá preso".
Chavarría siendo mayor cometió una estafa y fue condenado por un año, quedó en libertad condicional y a los tres meses cayó nuevamente en manos de la Justicia Federal por "Usurpación de Títulos y Honores y Estafa" y sigue preso.
"Destruyeron mi vida, y ese tipo participó en el estrépito mediático es un empresario de medios y publicidad, yo lo escuchaba desde mi celda decir cosas espantosas... tendrá su merecido" El empresario al que se refería el Concejal Ocultista sería Julio Castillo a quien lo internaron en una clínica con un fuerte dolor de cabeza, se le declaró un tumor cerebral fulminante y murió en horas.
"En el Diario El Tribuno se ensañaron conmigo y el Abogado Gareca publica todas las barbaridades que quiere porque su hermano es el Jefe de Redacción de Noticias Policiales en ese matutino... no importa, ya llegará el día..." Se refería al periodista Sergio Alberto Gareca a quien le descubrienron un cáncer galopante y murió en poco tiempo.
La predicción o "maldición" pública más dura y contundente del Concejal Astrólogo y Esotérico es cuando vaticinó en la FM Pacífico 92.9 en el Programa del periodista Daniel Salmoral aseguró: "Los San Millán pagarán con lágrimas de sangre lo que me hicieron" Inexplicablemente, el hijo de Antonio San Millán de 16 años murió aplastado por una cortadora de cesped minitractor. La gigantesca empresa de materiales de construcción conocida como Corralón El Milagro" se fundió y dejó un tendal de empleados sin indemnizar.
"Siguen haciendome daño por lo tanto siguen acumulando desgracias" En esta frase se refiere elipticamente al Empresario-locutor Martin Grande y al Abogado Roberto Elio Gareca sindicados como los principales responsable de la conspiración por cuanto el presunto violado y delincuente Rodrigo Chavarría los sindicó en su confesión como los autores ideológicos de la denuncia contra Guillermo Capellán. Con respecto a ellos el Esotérico Edil dijo: "tengo todo el tiempo del mundo para verlos caer, ellos son las frutillas del postre"
Salta es la capital turística de todo el Norte de Argentina donde viven 600.000 habitantes y en todos los rincones de la Ciudad se comenta: "Las Maldiciones del Concejal Capellán se están cumpliendo". ¡Esto es para pensar porque el edil lo dijo en los medios con mucha anticipación! Si quiere leer el artículo completo escriba en cualquier buscador: "Cadena Global+maldiciones del Concejal" y tendrá mas detalles sobre este tema. Porque la brujería parece que existe...
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