Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

jueves, 30 de agosto de 2007

Umbral y Puerta


Parece, si he de fiarme de las noticias, que el Martes murieron dos personas de cierta fama, con apellidos similares, además. Poco más en común debían de tener.


Uno no les sonará de nada, se llamaba Francisco Umbral y escribía. Escribía de un modo muy raro que a mí no me gustaba, aunque hay quien lo considera un genio. Pues el Martes murió, a los setenta y dos años, y ha sido despedido entre amigos y familiares.

El otro sí que les sonará muchísimo, y quizá todavía estén ustedes derramando lágrimas por él. Este se llamaba Antonio Puertas, de veintidós años, y era... (redoble de tambores, por favor)... ¡FUTBOLISTA! Ha sido despedido entre miles de aficionados, forofos, fanáticos y otros borregos.

Yo me enteré tarde, porque desde el lunes hasta el miércoles estuve... bueno, más bien no estuve. Me he perdido la gran oportunidad de desplazarme a Sevilla para despedir al pateador de balones. No saben cuánto lo lamento, aunque cuento con que entre tanto soplapitos mi ausencia pasara inadvertida.

He podido saber que el muchacho quiso morirse en mitad del campo, pero los médicos no lo dejaron. Bien por los matasanos. A ver, chaval, no me seas tan chulito, tú te mueres en un hospital como todo hijo de vecino. Y él, obediente, se ha muerto donde le han mandado, tras su fallido intento de dar el espectáculo. Que ya está bien de tener tan consentiditos a estos perseguidores de pelotas.

Después lo de siempre en estos casos, los miles de imbéciles homenajeándolo, como si fuera alguien, el nota. Por muchas veces que vea un espectáculo tan lamentable no dejo de asombrarme de la inmensidad tontunil futbolera.

Yo no quiero hablar en DCC de fútbol (poco tendría que decir) y tampoco de futbolistas. Este Diario se ensucia con la mierda que yo escojo, y no estoy por elegir esa clase de porquería, pero esta vez no me he podido resistir a rajar un poco. Entiéndanme, la coincidencia de fechas y la similitud de los apellidos me pedía a gritos que pariera unas líneas. Lo de Umbral me la trae al pairo, pero el óbito del insigne chutador sí que me interesa, más que nada porque me alegra.

Sí, sí, han leído bien. Me alegra porque el dolor del futbolero será siempre el placer de Leónidas. Es jodido ser español, varón, y deplorar el fútbol, y constantemente soy torturado por ese gigantesco negocio que a mí jamás me aportó un céntimo. Así que mi alegría en estos momentos de dolor futbolero no es crueldad, es más bien venganza. Pero pueden ustedes llamarlo como quieran. Si son ustedes futboleros me la sudan, y si no... pues también, qué coño.

lunes, 27 de agosto de 2007

Cuando fui instructor (y otros recuerdos)


Estación de autobuses de Granada. Año 2001 ó 2002. Un desconocido se acerca a mí y me pregunta: "¿Es usted... (mi nombre completo, el real, que es largo y difícil de recordar)?" Yo admití ser quien soy y entonces el desconocido se presentó: "Ex-Soldado tal y tal. Isla de las Palomas. Año 1999". Fue uno de mis reclutas en aquellos dos meses que me tocó hacer de instructor en Tarifa, en la Isla de las Palomas más concretamente. Es curioso que se acuerden de uno y lo reconozcan cuando está de paso en una estación, esperando un transbordo. Parece tan improbable... y sin embargo es uno de los lugares donde más fácil es dar con inesperados reencuentros.

Durante Agosto y Septiembre de 1999 fui comisionado a la Isla de las Palomas para realizar un servicio como instructor de tropa de reemplazo. Yo soy especialista, un técnico, y no me gustaba nada la idea de ejercer como monitor de reclutas, pero aquella fue una de las mejores vivencias que he tenido en mi profesión.

Se daba la circunstancia de que por escasez de personal todos los profesionales que allí estábamos comisionados tuvimos que ejercer una función superior a la de nuestro empleo, es decir, las Baterías eran mandadas por Tenientes (cuando deben ser mandadas por Capitanes), y las Secciones eran mandadas por Cabos Primeros (cuando deben ser mandadas por Brigadas, Subtenientes, Alféreces o Tenientes). El resultado de esta circunstancia es que me vi mandando a unos treinta reclutas. No era la primera vez en mi vida que me veía a cargo de un grupo tan numeroso, pero sí era la primera vez que me veía obligado a enseñarlos a ser Soldados. En mis funciones como jefe de sección interino podía hacer y deshacer con bastante libertad, pues las propias Reales Ordenanzas dictan que la instrucción del Soldado es deber y responsabilidad del jefe de sección.

No sé lo que ellos aprendieron, pero sí sé lo que me enseñaron. Estoy convencido de que aprendí de ellos más que ellos de mí. Intenté hacerlo bien, dentro de mi inexperiencia, mezclando marcialidad con sentido del humor; seriedad con bromas; disciplina con compañerismo. Creo que no lo hice del todo mal, y tengo razones para pensarlo, pero esa es otra historia que ahora no viene al caso.

Aquellos jóvenes (aunque algunos eran mayores que yo) me enseñaron lo que es la entrega sin que te paguen un sueldo, y me enseñaron lo que es poner interés en aprender algo con lo que no te vas a ganar la vida. Buenos muchachos, sí. Los quise mucho, aunque me prodigara en arrestos. Fui duro, muy duro, en el convencimiento de que cuanto más duro fuera su instructor más fácil serían para ellos los siete meses de mili que les quedaban. Quizá me pasé a veces, pero sé que me recuerdan con cariño, yo les enseñé a ser Soldados y sobre todo, a sentirse orgullosos de serlo. Yo también me sentí orgulloso de ellos.

Uno de los reclutas de mi Sección era un muchacho muy especial. Hoy está muerto y me van a permitir que hable largo y tendido de él:

Ahora ya no recuerdo su nombre --¡maldita memoria, tan eficaz para impedirme olvidar lo que me hace daño y tan incompetente para lo que debería ser efectiva!--, así que lo llamaremos Gómez. Gómez era ese soldado innato que todo militar profesional desea bajo sus órdenes. Pronto llamó mi atención aquel chaval menudo que parecía nacido para la milicia. Lo hacía todo extraordinariamente bien, desde el orden cerrado hasta los ejercicios de tiro. Jamás discutía las órdenes ni mostraba la menor disconformidad. Padecía una lesión de rodilla --me enseñó, en confidencia, informes médicos-- que lo hubiera librado de casi toda actividad, pero él mantenía ese detalle oculto; quería ser un buen Soldado.

Cierto día yo estaba muy descontento con los avances en orden cerrado de mi sección, y me tiré el farol de dejarlos a todos sin fin de semana, cosa ilegal; están prohibidos los arrestos colectivos, pero abusando de su desconocimiento los amenacé con ello, aunque sin intención de cumplirlo. Después vino la media hora libre para el bocadillo a media mañana. Yo sólo usé un cuarto de hora y fui a nuestro punto de reunión para esperar a mi gente. No pueden imaginarse mi impresión al encontrarme allí a mi Sección perfectamente formada y obedeciendo las órdenes de Gómez, quien hacía de improvisado instructor.

Cuando Gómez me vio mandó posición de firmes, vino hasta mí, me dio novedades como nos había visto hacerlo a sus superiores jerárquicos y después se disculpó por su atrevimiento. A mí, figúrense, se me caía la polla a cachos. Le ordené que continuara y, pardiez, era mejor instructor que yo. Cuando volví a tomar el mando de la Sección dejé claro que mi "arresto preventivo" quedaba levantado y que le dieran las gracias al Soldado Gómez. Se convirtió en un héroe, y el muy cabrito se lo merecía.

Le pregunté en cierta ocasión, a solas, por su evidente vocación militar. Quise saber por qué no se hacía militar profesional. Su respuesta fue clara y contundente: "Mi Primero, me gustaría ser de Operaciones Especiales, es mi sueño, pero si me meto en el Ejército me quedo sin novia". Y ante esa respuesta lo más sensato es callar.

Después llegó el momento de despedirnos. Yo volvía a mi destino en San Fernando y ellos se repartían entre todos los destinos posibles dentro del Mando de Artillería de Costa del Estrecho. La siguiente vez que vi a Gómez fue cuando estaba lleno de tubos en el Hospital Naval San Carlos.

Un día me avisan para que forme parte de una comisión constituida diariamente por dos Cabos Primeros para apoyo de los familiares desplazados al San Carlos, porque un Soldado está en coma, afectado de meningitis, y se espera su muerte en cualquier momento. Así es como volví a ver a Gómez, entubado y en coma, con esa sensación de "joder, se nos van los mejores", y así pude tratar a su familia. Les conté que fui su instructor, les conté que Gómez era un gran tipo, y lo decía de verdad, esta vez no se trataba de dejar bien al moribundo. Es que era cierto, coño. Pero nadie me escuchaba, yo sólo era otro militar culpable de la meningitis que estaba matando a su hijo, a su hermano, a su novio. Ojalá me hubieran escuchado... al menos hoy sabrían cosas grandes que yo no quiero que se olviden.

Y yo, mierda de mí, he olvidado su nombre. Pero recuerdo quién fue ese muchacho para mí, y a ver quién es el guapo que me quita eso, al menos hasta el día que también yo esté lleno de tubos.

Acerca de ese tipo noble llamado Marcelino


Cuando empecé con esto del blogueo como terapia antidepresiva (que por cierto está funcionando con moderado éxito) lo hice mediante los Spaces. Un año exacto estuve allí y no pocas veces recurrí a las ayudas que desinteresadamente ofrece Marcelino Madrigal en su bitácora Herramientas para blogs. Lo conocerán, supongo.


Si por alguien lamenté abandonar los Spaces fue por él. Su esfuerzo por ayudar y su firme y constante defensa de los Spaces, su permanente recordatorio de que son blogs como cualquier otro merecen que nadie deserte de sus filas, pero a mí me asfixiaba el código de conducta tan puritano y hube de escapar. Quizá el problema está más en mí que en los Spaces.

Sigo el blog de Madrigal por sus críticas y aclaraciones, no ya por sus entradas de ayuda, que se centran sobre todo en los Spaces y por lo tanto rara vez me son útiles. Creo observar que Herramientas para blogs ha evolucionado de manera que cada vez presenta menos widgets (¿se dice así?) y más críticas y explicaciones sobre el funcionamiento de este submundo bloguero (¡más de cien millones según Technorati!).

Para mí, que soy una calamidad digital, un ignorante tecnológico y un analfabeto informático, es reconfortante leer a alguien que se explica como lo hace Marcelino Madrigal. Tecnicismos los justos, y no cae en la pedantería de copiar textos originales en inglés sin traducirlos. Marcelino es consciente de que no todos sus lectores saben de informática y que no tienen por qué dominar el idioma de la pérfida Albión. Queda la mar de chuli eso de recurrir a una cita en inglés y no traducirla, y rociar bien todos los textos con abundantes palabrejas que sólo entienden profesionales de la informática, así si nadie te entiende es porque eres muy listo y el problema lo tienen los lectores, que son tontos, los pobres. Eso deben de pensar tantos blogoestudiosos y blogocharlatanes. Pero no, Marcelino no cae en esa pedantería y habla llanamente, como sólo los muy seguros de sí mismos pueden hacer. Él no quiere hacerse el listo, sólo ayudar, enseñar e impedir, si puede, que nos den gato por liebre. Sin ir más lejos hoy acabo de leer una entrada sobre Skype que me ha dejado con dos palmos de narices.

Por otra parte este señor, siendo uno de los blogueros más leídos en nuestro idioma nunca se ha vendido, aunque más de una vez le han dicho que podría ganar mucho dinero con su blog. Pero si se vendiera a una o unas marcas ya no podría hablar claro en aquello que las pudiera perjudicar, y entonces Marcelino no sería Marcelino y yo no podría hablar de él llamándolo "ese tipo noble". Y el mundo sería un poco más sórdido.

Además, sólo por la leña que le da periódicamente al Quique Dans de los cojones (observen la fotico de pedante intelectualoide que tiene en la cabecera, mwajajaja...) ya merece la pena leerlo. O por la que le dio en su momento al de la rima fácil, Javi Moya, que parece estar desaparecido y ni su blog puedo encontrar. Y siempre, eso sí, sin caer en el insulto fácil al que es tan dado este cabeza de chorlito. Es elegante, el amigo Marce.

Me cae bien el tipo, qué quieren que les diga.

domingo, 26 de agosto de 2007

El problema del equilibrio


Equilibrio, maldito engaño. Si uno es muy guapo puede ser presentador de este programa, y si uno es feísimo no irá a ninguna parte, salvo que uno cante como dios, en cuyo caso se hará famoso, sobre todo si tiene cara de idiota, que siempre da puntos. (Uy, qué políticamente incorrecto soy al decir esto. Yo pongo el vídeo, pero me la suda tanto un caso como el otro, porque a mí lo que me interesa es la belleza irreal de la dama del jurado):




Me toca la polla que este vídeo haya sido publicado en cien millones de blogs, para mí nace hoy y formalmente hago público mi deseo de follarme a la presentadora, y además yo no soy guapo. Equilibrio... maldito equilibrio.

sábado, 25 de agosto de 2007

Sobre minas, humanidad, y esas cosas que no cuadran


Supongo que lo saben, pero por si acaso les diré que hasta las guerras, esa atroz herramienta que tienen las diplomacias para cuando se les acaban las palabras, están sujetas a unas normas internacionales que pretenden hacerlas más "humanitarias", menos crueles, más asépticas, menos sangrientas, más pulcras, menos dañinas.

Naturalmente esto es más palabrería que otra cosa, y como todos los discursos de charlatanes (aunque sean políticos, o precisamente por serlo) está más lleno de trampas, embustes e interpretaciones ambiguas que un libro de J. J. Benítez. No obstante quiero pensar (aún me queda algo de optimismo) que la intención es buena, pero con esto pasa como con la ecología, que cualquiera cargado de buenas intenciones e igualmente cargado de ignorancia puede ser peligrosísimo (dicen por ahí que la plaga de topillos tiene su origen en una bienintencionada acción ecologista...) y es lo que pasó con el tema de las famosas minas llamadas antipersona, más conocidas por los militares como minas contrapersonal o minas C/P.

Gracias a la hoy fallecida Diana de Gales (el Monstruo de Espagueti Volador la tenga en su Gloria) todo mindundi se atreve a hablar de minas como si las echara por el culo. Pues bien, hoy, si les apetece, van a leer lo que este cabeza de chorlito tiene que decir al respecto, que echar por el culo minas no ha echado todavía ninguna que él sepa, pero ha trabajado bastante con ellas, de hecho en 1996 me pasé todo el puto verano reconociendo una por una 65.000 minas, con sus respectivas 65.000 espoletas. 130.000 elementos repasados uno por uno para nada, sólo para que unos meses después se ordenara su destrucción merced a esas apariencias políticamente correctas y estúpidamente estratégicas. Una vez más, a tomar por culo la defensa territorial; lo que mola es ser políticamente correctos. Me encanta.

Poca gente sabe que hay una normativa internacional para el tendido de campos de minas. Como dato curioso diré que siempre que se tiende un campo de minas hay que señalizarlo claramente para que tanto personal civil como personal militar enemigo lo prevea, no así al contrario, es decir, sí sería legal señalizar una extensión como campo de minas sin que hubiera una sola mina. La razón es evidente, un campo minado busca impedir o retrasar el avance del enemigo, y para eso ya es válida la simple existencia de carteles advirtiendo que hay minas en las proximidades, en cambio lo contrario, o sea poner minas sin advertirlo, es una hijoputada que ningún militar profesional haría. Entonces, ¿qué pasa?

Pues pasa que las minas cabronas que nadie sabe dónde están han sido colocadas por tropas irregulares, guerrilleros o simples asesinos que aprovechan el descontrol de un país en guerra para hacer lo que les sale de los cojones. Y a esta escoria poco les importan los tratados internacionales, de modo que seguirán haciéndolo, con Diana de Gales de por medio o sin Diana de Gales. Mientras tanto, España encantada de firmar tratados superguays que se cargan una parte sustancial de su industria y que además le impiden usar una herramienta del todo necesaria el día que, el Monstruo de Espagueti Volador no lo quiera, tengamos que defender por la fuerza Ceuta o Melilla.

¿Saben una cosa? Las minas que reconocí en aquel verano estaban en buen estado, aunque con restos de arena... arena del Sáhara. Procedían de la línea de minas que se tendió para proteger el Sáhara español, y como el tendido se hizo como se tenía que hacer, el día que hubo que entregar ese vasto territorio se levantó el campo minado con tal pulcritud que yo, veinte años después, pude efectuar un reconocimiento organoléptico de aquellas minas en sus envases originales. Compañeros zapadores, gracias por vuestra profesionalidad. Esto lo hace nuestro país y cualquier otro, quienes no lo hacen son los guerrilleros y grupos armados sin control, pero esos tampoco obedecen tratados made by Lady Di. ¿Qué hemos conseguido además de dejar en bragas parte de nuestra industria y de nuestras fronteras? Pues hemos conseguido hacernos más vulnerables y hacer más fuertes a enemigos potenciales y a industrias competidoras extranjeras (Marruecos y EE.UU. no han firmado el tratado en contra de las minas). Bien, muy bien. Tan orgulloso me siento que los orgasmos se suceden unos a otros.

Y bueno, nada más, sólo que me apetecía este desahogo.


Sois todas unas putas, el blog

He descubierto recientemente un blog que tengo que recomendarles, no hacerlo sería una deslealtad hacia mí mismo. Se llama Sois todas unas putas, y ya supondrán que con ese título chorrea misoginia con generoso caudal. Yo he llegado a pensar que lo escribe el mismísimo antropólogo japonés Misó Gino, viejo conocido en DCC, pero no, parece que lo escribe un tal "El putas", o al menos así se hace llamar.

En este blog he encontrado un cortometraje, dramatización de un famoso chiste que seguramente conocerán pero que es deliciosamente divertido y fusilo aquí sin ningún pudor. (Atención a la cara de placer perverso del rubito en el momento cumbre, a cincuenta y cinco segundos del final, mwajajajaja):


viernes, 24 de agosto de 2007

García Lorca y el rock


La sonora poesía de Federico García Lorca, con esas metáforas sublimes y ese ritmo cantarín, debe de gustar a cualquiera, pero, ¿se la imaginan cantada por un grupo rockero? Ya, yo tampo me la imaginaba, hasta que alguien me presentó a Marea.

Déjenme copiar el famoso "Romance de la Guardia Civil" y luego pasamos a la música:


Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.
¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas, banderas.
La luna y la calabaza
con las guindas se conserva.
¡Oh ciudad de los gitanos!
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.
Cuando llegaba la noche,
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera.
El viento vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinoche,
noche que noche nochera. .
---00OOO00-- .
La Virgen y San José
perdieron sus castañuelas,
y buscan a los gitanos
para ver si las encuentran.
La Virgen viene vestida
con un traje de alcaldesa,
de papel de chocolate
con los collares de almendras.
San José mueve los brazos
bajo una capa de seda.
Detrás va Pedro Domecq
con tres sultanes de Persia.
La media luna soñaba
un éxtasis de cigüeña.
Estandartes y faroles
invaden las azoteas.
Por los espejos sollozan
bailarinas sin caderas.
Agua y sombra, sombra y agua
por Jerez de la Frontera. .
---00OOO00-- .
¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas, banderas.
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita .
---00OOO00-- .
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
sin peines para sus crenchas.
Avanzan de dos en fondo
a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos en fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo se les antoja
una vitrina de espuelas. .
---00OOO00-- .
La ciudad, libre de miedo,
multiplicaba sus puertas.
Cuarenta guardias civiles
entraron a saco por ellas.
Los relojes se pararon,
y el coñac de las botellas
se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas.
Un vuelo de gritos largos
se levantó en las veletas.
Los sables cortan las brisas
que los cascos atropellan.
Por las calles de penumbra
huyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de moneda.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando detrás fugaces
remolinos de tijeras. .
---00OOO00-- .
En el portal de Belén
los gitanos se congregan.
San José, lleno de heridas,
amortaja a una doncella.
Tercos fusiles agudos
por toda la noche suenan.
La Virgen cura a los niños
con salivilla de estrella.
Pero la guardia civil
avanza sembrando hogueras
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborios
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas;
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra,
el alba meció sus hombros
en largo perfil de piedra. .
---00OOO00-- .
¡Oh ciudad de los gitanos!
La guardia civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena.

Y ahora escuchen esta maravillosa versión de Marea:



Música gaditana carnavalera


En Octubre de 1998 llegué a tierras gaditanas, y aquí sigo. Muchos han sido los disgustos desde entonces, el peor de ellos haber conocido a la Hija de Satanás, pero debo admitir que, junto al clima, hay cosas buenas. He descubierto algo que siempre me llena de asombro y placer: la música del carnaval gaditano.

Para el gaditano su carnaval es sagrado, y bien sabemos los que llevamos un tiempo aquí que por esas fechas se disparan las "bajas médicas" en todos los trabajos. El gaditano común vendería los dientes de oro de su abuela, y hasta vendería a la mismísima abuela con tal de obtener una entrada para la final del concurso en el Teatro Falla.

Parados, militares, soldadores, tenderos, fontaneros, electricistas, vividores, estafadores, albañiles, sinvergüenzas, administrativos, técnicos, ingenieros y pescadores buscan la forma de aunarse y ensayar juntos durante todo el año. El Carnaval gaditano iguala a todo cristo. Mola un cuarto de kilo y me gusta su música y, sobre todo, sus voces:



miércoles, 22 de agosto de 2007

Lo que pasa por jugar con petardos



He visto un vídeo en el blog del Tirador Solitario que me ha recordado la historia de Ovejera. Fue uno de mis jefes, allá por 1996 y 1997, más o menos. Coincidimos además en dos destinos, Granada y Almería.

Él estaba en Granada y se negaba a hacer cierto trabajillo (quizá les hable de eso en el año 2035, aproximadamente), por lo que me mandaron allí en comisión de servicio durante unos meses para hacerle el trabajo sucio. Apenas hablamos en aquellos meses y jamás me dio las gracias, Ovejera no salía de la oficina y yo no salía del taller de desbarate de munición.

Más adelante, en Almería, cuando otro de mis jefes perdió definitivamente la cabeza y vació el cargador de una pistola sobre los trofeos y los cuadros de la cantina (quizá les hable de eso en el año 2035, aproximadamente), Ovejera vino para sustituirlo, teniéndome a mí como su mano derecha.

Ovejera era un especialista químico artificiero de la antigua escuela, ideal para preguntarle cuando dabas con munición antigua que no habías estudiado, pero no esperaras más ayuda de su parte; odiaba la especialidad y odiaba los explosivos. Andaba por las cincuenta primaveras y yo tendría unos veintidós años, y aún así salimos juntos de copas alguna que otra noche. Ovejera tenía mucha labia y siempre ligaba con las camareras. Memorable aquel fin de semana en el que su mujer, preocupada, llamó al cuartel preguntando por su esposo:

--¿Puedo hablar con Ovejera?

-- Imposible, señora, está pasando el fin de semana en Granada.

-- No, hijo, soy su mujer y aquí no está. Me dijo que se quedaba de servicio.

-- Ah... pues... ejem... intentaré buscarlo.

Luego supimos que había pasado el fin de semana con la última camarera, el muy mariconazo, con lo buena que estaba la piba... De la bronca que tuvo con su señora no nos quiso contar nada, claro.

Entretanto Ovejera y yo cogimos algo de confianza y me atreví a preguntarle por la enorme cicatriz que surcaba parte de su cara y cuello. Me contó que fue por una granada de mortero. Estaba quemando envases de cartón embreado --una de las más tediosas funciones del químico artificiero-- que en su momento contuvieron granadas de sesenta milímetros, y por lo visto se le coló un envase que contenía su original contenido; ya se podrán figurar lo que vino después. Cuando la granada de mortero se cansó de recibir los lametazos de las llamas hizo lo que ellas saben hacer: ¡Catapún! Y desde entonces este señor luce una enorme cicatriz. (Aunque no aprendió la lección, como les contaré en el año 2035, aproximadamente).

No tiene mayor importancia, medalla de sufrimientos por la patria y a seguir palante. Pero me he acordado de todo esto por otro accidente con granada de mortero, pero esta vez no habrá medalla de sufrimientos por la patria y no creo que el "afectado" lo pueda contar:




(En mis reiteradas menciones a las historias que podré contar en el año 2035 me refiero al año en el que previsiblemente, más o menos, pasaré a la reserva, y entonces dejaré de estar sujeto al régimen disciplinario de las fuerzas armadas y por fin me convertiré en un ciudadano de pleno derecho y podré contar verdades como puños sin que me metan en la cárcel).

El nombre Ovejera es una alteración del verdadero nombre.






lunes, 20 de agosto de 2007

Se han fallado los premios Marmota. (¡Y man dao uno!)


ADVERTENCIA: Post de autobombo al mejor estilo de Microsiervos.



Premio Marmota

Por estos días se han fallado los famosos premios Marmota que todo bloguero anhela. Por el nombre podría pensarse que los premios Marmota son algo así como un reconocimiento público a las propiedades somníferas de un blog, pero nada más lejos de la verdad. Se trata de un galardón concedido por la prestigiosa periodista Marta Marmota a quien a ella le sale del coño, sin más explicaciones.

Este humilde cabeza de chorlito ha sido beneficiario de uno de esos estimados galardones y no quepo en mí de gozo, (aquí lo tienen todo por si no se lo creen). Dice Marta de mí cosas tan bonitas como éstas:

"El cuarto Marmota es para Diario de un cabeza de chorlito. Leo es un bestia, un machista y no estoy de acuerdo con la mitad de las cosas que dice. Sin embargo, en una blogosfera en la que triunfa el corta y pega y la curiosidad tecnológica, se agradece que haya personas que sean capaces de escribir tan bien, con originalidad, creatividad, ingenio y sentido del humor. Y además, me ha hecho reír más de una vez, que es algo que siempre da puntos extra." (¿No es para comérsela a besos?)

Y ahora, por si les interesa, mi discurso de agradecimiento al recibir tan honroso premio:



DISCURSO DE AGRADECIMIENTO.



(Pronunciado por D. Leónidas Kowalski de Arimatea, autor del Diario de un cabeza de chorlito)




Ejem, grfff,puaj. (Tosecilla para aclararse la garganta).

Señoras, señores, saltimbanquis y futbolistas, amigos todos (salvo los futbolistas), muchas gracias por estar aquí.

Allá por 1939, recién concluida la Guerra Civil, empecé a escribir posts (entonces los llamábamos entradas), posts que publicaba casi a diario con sumo cariño en el Internet de aquellos días, que funcionaba a pedales. En aquella época de hambruna casi todos mis textos versaban sobre comida o ensalzaban la figura del Caudillo. ¿Quién me iba a mí a decir entonces que algún día mi labor se vería recompensada? Yo, que siempre huí de la popularidad, del reconocimiento social, de las mujeres con ladillas... ¡Yo, recibiendo un premio blogosférico! Cágate, lorito.

Este inmerecido cuarto premio Marmota (y digo inmerecido porque me merecía el primero) es un noble colofón a mi carrera como bitacorista y estaré orgulloso de exhibirlo en mi salón, junto a la colección de gatos disecados.

Quiero dar las gracias a todos cuantos me apoyaron a lo largo de la existencia del Diario de un cabeza de chorlito: ¡Gracias, Gusifluky! Ya está.

En estos momentos de sublime emoción, si las lágrimas no me interrumpen, debo hacer especial mención de Marta Marmota:

A Marta la conocí en el verano de 1954, con motivo de un concurso de paellas en Cincinnati (Ohio), que como todo el mundo sabe es donde mejores paellas se preparan. Por aquel entonces la dulce Martita era una linda muchacha de sesenta y ocho años, nada que ver con la momia en que se ha convertido. Desde el primer momento nos caímos fatal, por eso yo supe que habría de pasar más de medio siglo hasta que me otorgara algún premio. Y ese momento ha llegado, amigos míos, y con él ha llegado el momento de confesar que Marta Marmota ganó el Primer Certamen de Paellas de Cincinnati haciendo trampas, pues sé de buena tinta que presentó una paella de plástico, por eso no permitió que nadie la probara.

Dice Marta al concederme este galardón que soy bestia y machista. Acierta en lo primero y yerra en lo segundo, pero como me ha dado un premio hoy no discutiré.

Dice también la generosa Torma Tortoma... Uy, perdón, es que estoy tan nervioso, ayssss... Marta Marmota, que la he hecho reír más de una vez, y eso, amigos míos, es lo más bonito que una mujer puede decirme, después de "claro que me lo tragaré todo, cariño" y después de "no dejes de follarme nunca, cabrón". Así que gracias, Marta, muchas gracias.

Y ahora, para finalizar, cantemos todos juntos la Canción de los Amiguitos:


Qué amiguitos soooomos,
qué bien nos llevaaaamos,
cuánto nos quereeemos,
qué felices taaaamos.


Sniff, sniff...¡GRACIAS!


viernes, 17 de agosto de 2007

La reaparición del japonés


Oh queridos lectores, oh amigos todos, triste día para esta gran sociedad igualitaria, paritaria y paria.


Cuando ya creíamos habernos librado del profesor Misó Gino, ese maldito antropólogo japonés que tantos disgustos nos ha dado, me entero por la prensa de que sigue vivo y en libertad. Antes de contarles las últimas noticias los pondré en antecedentes:

-Las tres ges del japonés. Donde se nos presenta al malvado antropólogo Misó Gino y su abyecta teoría sobre las tres ges, así como se nos informa sobre algunas de sus publicaciones.

-La teoría del coreano. Donde nos vuelve a sorprender con un estudio en el que deja a las mujeres a la altura del betún y sabemos que se ha refugiado en búnker secreto huyendo de las feministas. (Hay dudas sobre su verdadero origen, ¿japonés o coreano?, los medios no se ponen de acuerdo).

-La tesis del oriental. Donde nos sorprende Gino apareciendo en Andalucía para dar una conferencia en la sede de la asociación Hombres Humillados. En esta ocasión el antropólogo presenta su tesis según la cual la mujer española no está en desventaja laboral y todo es un montaje para seguir acaparando ventajas sociales y económicas. La Vicepresidenta del Gobierno, Férnández de la Verga, le declara la guerra a Misó Gino y la capitán Bragas Blindades está a punto de cazarlo.

-La esposa del asiático. Donde estupefactos nos enteramos de que el antropólogo se ha casado con una manchega y podemos ver un estremecedor vídeo en el que la pobre mujer, María Ascensión del Calvario, nos relata el ídem que está pasando por culpa de su esposo.

-El tratamiento del oriental. Donde espeluznados asistimos a un horrendo espectáculo en el que el profesor Misó Gino pone en práctica un método de su invención para, según afirma, "reconducir a la mujer rebelde".

-Se busca al asiático, vivo o muerto. Donde desde la Vicepresidencia del Gobierno se pone precio a la cabeza de Gino, o más bien se pone precio a otras partes de su amarilla anatomía y este cabeza de chorlito sospecha que está cerca el final del malvado antropólogo. Pero no. Yo estaba equivocado...

Reproduzco a continuación la noticia completa de la edición digital de LaVozdelMudo.com:


La Voz del Mudo
El antropólogo Misó Gino, de nuevo en España y provocando.
Cádiz. 17 de Agosto de 2007. Escolapio Nera Yprincipal.


La redacción del La Voz del Mudo ha tenido acceso a las declaraciones que Doña Gertrudis Pepsia hacía el domingo pasado en la comisaría de San Fernando, Cádiz. Lo que sigue es un extracto de la denuncia: "(...) y estaba yo tan tranquila en el autobús de los Comes, el que viene para acá desde Cádiz, ¿sabe usted?, cuando veo que en la parada de Cortadura entra un hombrecito pequeño, de color amarillo, ay, pobre, estará afectado del hígado, pensé yo, porque es que yo hice un curso de socorrista y de esto sé mucho, ¿sabe usted?, y luego me doy cuenta de que tiene los ojos así como achinados, y entonces me digo, no, calla, este hombrecillo no está malo del hígado, a éste lo que le pasa es que es chino o de por ahí, ¿sabe usted?, y va el chinito y se sienta detrás mío, y a eso que empieza a cantar algo, ¿sabe usted?, así como tarareando, y en eso que empiezo a prestar atención, pero no porque yo sea una cotilla, señor guardia, lo que pasa es que era como una rumbilla o una canción así agitanada, ¿sabe usted?, y a mí me gusta mucho esa clase de música así que escucho y entonces es cuando oigo cosas horribles (...)"


Algunas de las frases que pudo oír Doña Gertrudis son las siguientes: "La cogí del cuello, la tiré al colchón, me lancé hacia ella, le di un palizón", y también: "Las mujeres todo lo saben hacer, juegan al fútbol y al tenis y hasta torean también. Ningunas cogen un pico, ni se ponen a currar a hacer ninguna autopista; no saben las tías na".

Ante las sospechas de haber recuperado la pista del esquivo Misó Gino las autoridades han activado el PAPO (Plan de Alerta Por Ovarios), y la capitán de la Guardia Civil Doña Susana Bragas Blindadas ha tomado el control de la operación. "Esta vez no se me escapa", declaraba a este periódico la benemérita oficial mientras embadurnaba con vaselina su porra, ignoramos con qué motivo.

Dentro del PAPO se contempla la orden de cortar las vías de comunicación y establecer inviolables controles por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías locales, bomberos, asociaciones feministas y Ejército.

Por otra parte La Voz del Mudo ha contactado con un afamado experto, quien tras arduos esfuerzos nos ha facilitado la canción que tarareaba Misó Gino en el autobús, motivo por el que desde esta redacción le mostramos el mayor de los agradecimientos.


domingo, 12 de agosto de 2007

¿Existen los platillos volantes?


¡Coño, pues va a ser que sí! (Pero ojito, que son terrestres).




Leo por ahí que por unos 90.000 dólares podremos tener nuestro propio platillo volante, el M200G. Yo ya estoy ahorrando, pero no para comprar un cacharro de estos, sino para comprar metros cuadrados en las azoteas y después alquilarlos como plaza de aparcamiento. El negocio del futuro, amigos.

(Uhmm... hay algo que no me cuadra. ¿Cómo se desplaza horizontalmente? En el vídeo vemos que lo sujeta una grúa, por seguridad supuestamente dado que estaban de pruebas, pero se eleva a más de tres metros, y eso no es lo que dicen en otros sitios).

sábado, 11 de agosto de 2007

Pues yo lo veo bien, oiga

Ese asuntillo que tantos gritos de histeria ha puesto en el cielo a mí no me parece del todo mal. Incluso diría que me parece muy bien si no fuera porque tengo miedo de que me linchen si lo digo, así que en lugar de mostrar mi íntima conformidad con la decisión del juez voy a suavizar cobardemente los términos y lo dejo en que "no lo veo del todo mal". Eufemismo, creo que llaman a esto. Pánico al que va de "tolerante" y megamoderno por la vida, lo llamo yo.

Que el juez Ferrín Calamita es un anacronismo con toga no se lo discuto a nadie, de hecho hace veinte años enchironó a un par de sevillanas, aquí en Cádiz, por enseñar en la playa más carnes de las debidas. Sí, parece que este señor nació para inquisidor y asador de brujas, pero con varios siglos de retraso, y se ha quedado en juez, que tampoco es moco de pavo.

Pero volviendo al tema de la custodia sobre dos niñas que este juez ha retirado a una madre lesbiana tengo que mostrarme, en principio, de acuerdo. Partiendo de que desconozco las circunstancias particulares del caso así como la legalidad vigente al respecto, es decir, admitiendo que no tengo ni puta idea acerca de lo que estoy hablando, muestro mi apoyo a esa disposición. Porque:

A) Será legal que Pedro percuta el orto de Rafa, o que María le coma la almeja a Juani, pero nunca podrá ser natural.

B) Será legal que las parejas homosexuales adopten niños, incluso que adopten gatos, pero lo primero no es natural. De hecho la propia adopción no es natural.

C) Será legal que Paco y Mariano tengan la custodia de la pequeña Miriam, fruto del anterior matrimonio de Paco cuando todavía no se había dado cuenta de su pérdida de aceite. Pero eso no es natural, por muy legal e incluso conveniente que pueda resultar según los casos.

D) Será legal que un niño crezca en un ambiente donde dos hombres se comen la boca, con el siempre espectacular "efecto velcro" en caso de que sean barbudos,o que se eduque en un hogar en el que sus dos "madres" se meten mano. Sí, será legal, pero no natural.

Todo muy legal y admisible, pero no me jodan queriéndomelo vender como "natural". Es como el condón, que es muy legal y hasta recomendable, pero tiene de natural lo que yo tengo de futbolero. Y es que la cosa tiene su intríngulis, porque cuando actuamos contra natura suelen aparecer consecuencias indeseadas.

¿Un niño criado por una pareja de homosexuales tendrá las mismas posibilidades de alcanzar una madurez sana y equilibrada que otro criado por una pareja heterosexual? Ni idea, la verdad. Lo que sí es un hecho es que evolutivamente la especie humana se ha desarrollado con dos sexos que se complementan. El hermafrodismo no es una característica de nuestra especie, ni nuestra sociedad se ha cimentado gracias a las parejas homosexuales. La homosexualidad es una anomalía, no una opción tan natural como otra cualquiera, y eso debe tener unas consecuencias.

Será legalísimo todo este rollo, pero no obedece a los usos y costumbres de nuestra sociedad, sociedad que, no hace falta decirlo, está llenita de defectos que tenemos que arreglar, y en ello estamos, pero no me parece que sea buena forma de hacerlo inventando leyes que le dan la vuelta a todo, como si nuestro triste devenir por la existencia fuera un calcetín.

Y ahí está Su Señoría Don Fernando Ferrín Calamita, que ha decidido que esa pareja de damas no eran los padres --¿padres?-- adecuados para esa niña. No sé a qué viene tanto escándalo. ¿Acaso no estamos acostumbrados a ver que que se le retira la custodia de un hijo a parejas heterosexuales? Pues a las homosexuales también les puede ocurrir, y me parece que esto tiene que ver con la pretendida igualdad de la que tanto se habla, esa misma igualdad por la que tanto han luchado los homosexuales. Igualdad... qué fácil es confundir esta palabra con la palabra "ventajas". De esto las mujeres saben mucho.

Ya que tanto nos mola la igualdad deberíamos preguntarnos por qué queremos niños que no sean iguales a sus compañeros de clase. Niños que en lugar de decir "mi mamá piensa esto y mi papá lo otro" dirán "mi mamá piensa esto pero mi otra mamá opina lo otro". O como lo expresen, que ésa es otra. A ver cómo se apañan.

Finalmente, una invitación para imaginar: Imaginen que todo fuera al revés, que el padre fuera homosexual y tuviera la custodia de las niñas, y que el juez le diera la razón a la madre, heterosexual, y le retirara la custodia al padre. Con sinceridad, ¿creen que el caso hubiera levantado la misma polvareda?

Y ahora ya pueden empezar a despellejarme por facha, por homófobo, por reaccionario y por cabrón.

Internet es malo (y a Elton John le falta un hervor)


Yo, como siempre, me entero tarde de las cosas. Aún así no me puedo resistir a comentar esta grandísima majadería de Sir Elton John:

[Tras atacar a los que se quedan "blogueando, en lugar de salir a protestar a la calle", Elton John asegura que espera que "el próximo movimiento sea tirar abajo Internet". Y continúa: "Creo que sería un experimento increíble cerrar Internet completamente durante cinco años y ver qué tipo de arte se produce en ese periodo".] (Noticia completa. Llegué a ella gracias al blog de David Bravo).

Pues yo, como pueden ver, soy de "los que se quedan blogueando", y si este personaje de gafas de colorines y orto dilatado se cree que voy a salir a la calle a pedir el cierre de Internet va listo. El cierre de Internet... no, si por pedir que no quede. Ya puestos, ¿por qué no pedir la vuelta a las cavernas? ¡Ah, no, eso no, que entonces no podría vender discos el payaso este!

Caray, qué ganas me están entrando de descargarme gratis el último disco de este tiparraco --por joder nada más porque a mí no me gusta su música--, y es que estos millonarios cabreados me empujan hacia el lado oscuro. Con lo bueno que yo sería, si me dejaran.

jueves, 9 de agosto de 2007

La vieja de la tienda


Al volver del trabajo casi siempre pasaba por la diminuta tienda y compraba tabaco. Eran aquellos tiempos anteriores a la Gran Cruzada Antitabaco y uno podía comprarlo casi en cualquier parte. Me atendía una simpática anciana gorda y risueña de la que me hice amigo. Ya saben, una de esas personas que inspira un cariño espontáneo. Nos convertimos en algo así como abuela y nieto recíprocamente adoptados.

Un día me encontré a una mujer de mediana edad en lugar de la abuela. Su hija o su nuera, supuse. Tuve miedo de preguntar por la vieja.

Días después volví a encontrarme con la anciana. Me alegró ver de nuevo su familiar ropa negra y su cara plácida de mujer sencilla, pero algo había cambiado, porque tenía la mirada perdida y ya no atendía tras el mostrador. Estaba sentada a la puerta de la tienducha, tomaba el sol y dejaba que el tiempo hiciera su inexorable trabajo sin oponer resistencia. Resignada, derrotada. La saludé cálidamente, le pregunté qué le había pasado, le conté que la había echado de menos. Ella me miró con la confusión pintada en la cara y con una sonrisa de compromiso, para preguntarme después:

-- ¿Quién eres, hijo?

-- ¿No se acuerda de mí? --. Sólo habría pasado una semana, dos a lo sumo.

Permaneció unos segundos mirándome de hito en hito, entre confundida y desconfiada, y al cabo de ese tiempo, que se me hizo eterno, se echó a llorar impotente, avergonzada y más vencida que antes.

Puse mi mano en su hombro y murmuré una despedida. No tuve valor para nada más.

Nunca más volví a pasar por aquel sitio, no sé si para ahorrarle dolor a la anciana senil o para ahorrármelo yo. Creo que más bien fue por lo segundo.

Doce años después me acuerdo mucho de aquella anciana que no podía acordarse de mí. Quizá sea para equilibrar la balanza, no sé.

A veces la vida es un pelín hija de puta.

domingo, 5 de agosto de 2007

Solaris


Hace unos días he terminado de leer Solaris, de Stanislav Lem, y esta noche me he atrevido a ver la última versión cinematográfica, de Soderbergh, (2003), con Clooney como protagonista. Unos veinte minutos he aguantado. Vaya manera de cargarse la genialidad de Lem.

En esta versión de la historia arruinan ideas necesarias, y a mi juicio (dentro del los veinte minutos que soporté) lo peor es presentar a Harey (llamada Rheya e interpretada por
Natascha McElhone en la película de Soderbergh) con esa cara de putón verbenero. Eso ha sido un crimen inmerecedor de perdón, amigos. A mí la McElhone me la pone dura, porque a mí me van las golfas que cumplen a la perfección el papel de malas de la película, sin embargo: ¡Harey era una santa y yo me había enamorado de ella! ¡Harey no podía tener esa cara de zorrón! ¡Soderbergh, hijo de puta, devuélveme a mi amada! (Es oportuno decir en este momento que he visto unos segundos de la primera versión cinematográfica, de 1972 y dirigida por Andrei Tarkovski, y la coprotagonista Harey es clavadita a como yo la había imaginado durante la lectura de la novela).

Pero le vamos a dar por culo a la peli y vamos a seguir comentando la excelente novela del amigo Stanislav. Dicen en la contraportada del ejemplar que tengo:

"Solaris tiene varios niveles, y es a la vez un rompecabezas psicobiológico, una parábola acerca de las relaciones humanas, y una demostración de que los criterios antropocéntricos son inaplicables en el mundo moderno... Las estrellas son para Lem de algún modo lo que Utopía fue para Moro o Brob-dingng para Swift; un espejo parabólico para nosotros mismos". (Un tal Darko Suvin fue el tontarra que escribió esto, y creo que no leyó la novela).

Solaris es otra cosa más seria y más sencilla. Solaris es la historia de un hombre enamorado de una mujer que está muerta. Es la historia de un amor imposible, del más imposible de los amores. Es eso, aunque los gafapastas digan otra cosa. Solaris es la más triste historia de amor que he leído aun siendo comeculos de los románticos.

A Bécquer le hubiera encantado esta novela de ciencia ficción, y dejaos de "rompecabezas psicobiológicos".


Actualización, (06-08-07): El propio Stanislav Lem me ha salido respondón, y afirma en una entrevista lo siguiente: "Aunque admito que la 'visión de Soderbergh' no está desprovista de ambición, gusto y clima, yo no estoy satisfecho con la preeminencia del amor. Solaris puede ser percibida como la cuenca de un río... y Soderbergh eligió sólo uno de sus afluentes. El principal problema me parece que es el hecho de que, incluso como una adaptación trágico-romántica, parece demasiado exigente para la audiencia masiva, la cual es alimentada por la papilla de Hollywood. Si en el futuro alguien intenta una adaptación más fiel, temo que ésta sólo sería comprendida por una pequeña audiencia".

O sea, que ambos estamos en desacuerdo con el punto de vista de Soderbergh, aunque por razones radicalmente diferentes. Pues sepa usted, señor Lem --listillo, que es usted un listillo--, que a mí lo que me interesa de su novela es esa perturbadora historia de amor, y que lo demás (mimoides y otras zarandajas) sólo me parece paja para rellenar el asunto de Kelvin y Harey.

Corrijo: era usted un listillo.

sábado, 4 de agosto de 2007

En apoyo de la razón


Tenía trece o catorce años cuando me dio por leer al desvergonzado
J. J. Benítez y sus falsedades ufológicas, como 100.000 mentiras de ovnis (¿o era 100.000 kilómetros tras los ovnis?) y debía de tener diecinueve o veinte cuando lo leí por última vez. Entretanto yo había madurado algo, había leído bastante y había adquirido el suficiente sentido crítico para darme cuenta de que ese tipo no era trigo limpio. Desde entonces lo aborrezco, por embustero, por estafador y por haberme tenido engañado durante toda mi adolescencia.

A los treinta años empiezo a moverme por Internet, y aquí descubro a muchísimas personas que con envidiable capacidad y con rigor desenmascaran a esta clase de individuos que viven del engaño y de fomentar la ignorancia. Desde entonces ya no me he sentido solo en mi escepticismo, y nunca les podré agradecer adecuadamente a estos divulgadores del pensamiento crítico lo que han hecho por mí. Entre ellos se encuentra Luis Alfonso Gámez, autor del imprescindible blog Magonia, al que Benítez le ha ganado recientemente un juicio por ataques a su honor.

En realidad L. A. Gámez se limitaba a llamar mentiroso al que lo es, ni más ni menos, porque lo de Benítez no se puede disfrazar de errores, creencias u opiniones; lo de Benítez es simple y puramente el engaño más villano sin atenuantes de ninguna clase, a menos que tener la cara de cemento sea un atenuante.

A mí, como víctima durante muchos años de este terco embustero llamado Juan José Benítez, la noticia de la sentencia condenatoria contra Gámez me ha sentado francamente mal. No me sirve de consuelo que Benítez haya obtenido una indemnización de sólo 6.000 euros frente a los 80.000 que pedía, aunque me alegra que el juez haya desestimado su pretensión de que sean borrados los artículos de Magonia que hacen referencia a su indigna persona. De hecho, voy a aprovechar esa circunstancia para apoyar a Gámez siguiendo la sugerencia de Círculo Escéptico (encantadísimo, además), y ya de paso cobrarme una pequeña venganza contra Benítez, porque durante un tiempo indefinido voy a exponer bien a la vista los enlaces que llevan a esos artículos que tanto han molestado al charlatán. Ahí se los dejo, en la columna de la derecha, bajo el título "Las verdades del barquero".

Tanto si son ustedes personas crédulas como si son escépticas les recomiendo que inviertan unos minutos en seguir alguno de esos enlaces. Todos tienen algo que enseñar, y no es raro que el que se las da de culto se encuentre alguna sorpresita, porque nadie lo sabe todo.

Dios existe, y se llama Google


A veces hacemos afirmaciones un tanto osadas, como decir que en Internet se puede encontrar TODO. Pues no es así, desengáñense.

Les cuento esto porque me gusta estar pendiente de los criterios de búqueda con los que algunas personas (mayoritariamente enfermas) acaban aterrizando en el diario chorlitesco, y siempre es una experiencia desternillante. ¿Que me siento deprimido? Pues allá que voy a la pestaña Recent Keyword Activity del contador de estadísticas, y en cuestión de segundos me estoy echando unas risas. Antidepresivo autorecetado vía Internet, oigan.

Hoy, sin ir más lejos, me encuentro entre otras búsquedas (respetada la ortografía original): me follo al gato; mi abuelo me follo; marranadas con la polla; mi abuela me folla. Como ven la gente está fatal, y ojo con los abuelitos, que tienen mucho peligro. Pero esto es lo de siempre, hasta aquí no había motivo de sorpresa.

En ocasiones veo criterios de búsqueda de lo más ingenuos, como si usaran el buscador --Google casi siempre-- confundiéndolo con un oráculo omnisapiente. Son búsquedas utópicas en las que se le pregunta directamente a Internet algo como esto: quiero números de teléfono de guarras para follar gratis, o necesito saber si mi novio me quiere.

Pero lo de hoy... lo de hoy ha sido muy heavy, en serio. Atención: el numero de la loteria del 7 de agosto 2007 cual es dios mio. (Les recuerdo que hoy es día 4 de Agosto de 2007).

A esto se le llama tener fe en Internet.

viernes, 3 de agosto de 2007

La Guerra de las Salamandras


En ocasiones se ha comentado de pasada en esta bitácora algún libro, pero creo que hasta ahora no había dedicado una entrada a uno en concreto. Y si me equivoco tampoco pasa nada, que por algo soy un cabeza de chorlito.

Hoy quiero hablarles de La Guerra de las Salamandras, un clásico de la literatura de ciencia ficción, de Karel Čapek. Es una novela inteligente y salpicada de humoradas con muy mala hostia, pero que casi no se notan como tales porque están genialmente integradas en la trama. En algunos momentos se hace muy patente la crítica, más o menos irónica, del nazismo, entre otras cosas. El checoslovaco parió su libro en 1936, entre Un Mundo Feliz (1932), de Aldous Huxley, y 1984 (1949), de George Orwell. Interesante época aquella, que nos ha dejado estas tres obras de ciencia ficción más bien pesimistas.

De 1984, ¿qué decir?, y en cuanto a Un Mundo Feliz sólo recomendarlo fervorosamente, ya que he descubierto que es menos conocido de lo que pensaba. Ahora hablemos de las salamandras.

Las salamandras, quiero decir las salamandras de las que habla esta novela, son unos enormes e inteligentes bichos descubiertos en una remota isla. Por la noche salen del agua y caminan bípedos, pueden manejar herramientas y aprender a hablar, a leer... ¡algunas se doctoran en diferentes ramas del saber y empiezan a enseñarnos cosas a los humanos! Nosotros, las personas, no tardamos en ver en ellas un gran negocio, usando a las salamandras como esclavos para toda clase de construcciones submarinas. Con el paso de los años la codicia humana, los rencores entre los diferentes países y la falta de respeto por esta especie recién descubierta hacen que la cosa se tuerza. Mientras tanto les hemos proporcionado a las salamandras armas, explosivos y diferentes máquinas.

Son las salamandras unos seres feos y delicados fuera del agua, pero simpáticos, educados, dóciles y serviles. Al menos yo he llegado a cogerles cariño durante las 230 páginas que hemos recorrido juntos, y he sentido desprecio por esos desalmados humanos que experimentaban con ellas con bárbaras técnicas sin la más mínima empatía. Por eso cuando Chief Salamander aparece en escena, ya en las últimas páginas del libro, y lidera la rebelión de las salamandras, me he alegrado. Entonces, claro, les dan a los humanos la del pulpo. Yo no sé ustedes, pero en ese momento este cabeza de chorlito, a pesar de su supuesta condición de humano, se ha puesto de lado de las salamandras.

Pero aún quedaba una sorpresa, porque Chief Salamander... Bueno, mejor me callo. Descúbranlo ustedes, si les place.

Nekromantik


Ustedes no serán personas completas hasta que vean la película Nekromantik. Háganme caso y véanla, cambiará sus vidas.
Aún recuerdo el gesto preocupado del dependiente del videoclub, hace ya diez años. Me miró muy serio y dijo algo como "esto es muy fuerte... ¿estás seguro?". Tenía razón, era muy fuerte.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Sobre novelistas y novetontas


Hoy, por primera vez en la historia de esta bitácora, me voy a meter con las mujeres, (no os riáis, cabrones).


¿Os ha ocurrido alguna vez que dedicáis muchas horas a la lectura de un libraco infumable por eso de la honrilla y por no dejarlo a medias? Seguro que sí. ¿Y os habéis planteado después lo interesante que sería descubrir una manera para saber, de antemano, si un libro os va a gustar? Seguramente también. Imaginad el ahorro de tiempo que eso supondría; leeríais sólo aquello que os proporcionara placer, sin perder horas y más horas con basurilla pseudoliteraria. Pues bien, vuestro amigo el cabeza de chorlito hace años que va camino de alcanzar esa utopía. ¿Que cómo lo he conseguido? Pues como primera medida he dejado de leer novelas escritas por mujeres, así de simple.

Es que escriben con el culo, oye --tranquilas, blogueras, que me refiero al género novelístico, así que no os sintáis aludidas--. Casi todo lo que he leído escrito por fémina pluma... Un momento, un momento que esto lo tengo que repetir: ESCRITO POR FÉMINA PLUMA (toma ya, qué musical suena la frasecita y qué cosa tan pedante y tonta me ha salido... ¿seré mujer?). Bueno, a lo que íbamos: Digo que casi todo lo que leo escrito por una mujer me sabe a rayos, truenos y centellas. No me gustan ni su estilo narrativo, ni sus argumentos, ni sus desenlaces, ni sus personajes, ni nada de nada. Sin embargo creo que esa literatura es más agradablemente consumida por otras mujeres. ¿Puede que de modo natural, sin intención, las mujeres escriban para mujeres? Sospecho que sí.

La mujer y el hombre somos diferentes físicamente (haced el siguiente experimento: desnudad a un hombre y a una mujer y ponedlos juntos, veréis ciertas diferencias constitutivas, así como observaréis que al hombre se le pone la chorra tiesa con la cercanía de la mujer desnuda, ¡por dios, que alguien tape a esa golfa, se acabó el experimento!), y también somos emocionalmente distintos, por mucho que algunos forofos de la igualdad insensata se empeñen en negarlo. Una prueba de esta diferencia emocional es que a mí, como hombre, me gusta una tía buenorra sin importarme su dinero, en cambio, la tía buenorra pasa de mí porque yo no soy rico, sin importarle lo buenorro que estoy, ¿ven como no somos iguales?

Pues todo esto tiene también su reflejo en la Literatura. Ellas escriben libritos que a mí no me gustan, y yo escribo un blog que a ellas les encantaría si lo conocieran. Somos diferentes, admitámoslo sin complejos, y está bien que así sea, aunque eso suponga llenar las librerías con bosta firmada por mujer, pero...

...¡Hombres libres del mundo, rebelaos! ¡Dejad de leer novelas paridas por mujeres! ¡Las mujeres deben parir hijos, no libros!