Curioso fenómeno el de las mujeres
que ya son putas desde niñas
y tan malas que te jiñas.
Las hay tan golfas y descaradas
que con sólo trece años
ya apuntan sucias maneras
y tienen las muy puercas redaños
para vestir cual cabareteras,
sin hablar de esos labios pintados
y de los infantiles rostros maquillados
de esas jóvenes criaturas
que muestran con sus pinturas
ser actual esperpento y zorras futuras.
Sueñan estas hijas del demonio
contraer matrimonio
con un viejo tonto y rico
al que matar rapidico
con cien polvos y pico.
Pero la vida es muy puta
(casi tanto como ellas)
y en algún punto de la ruta
las vuelve gordas y feas,
las aparca en el camino,
las olvida para siempre
en castigo merecido
por los corazones que han partido.
Niña, escucha lo que te digo:
nadie estará contigo
cuando esas tetas de vieja
te lleguen al ombligo.
Recuerda que el tiempo vuela
y en un tris pasarás de la escuela
a ser una solitaria abuela,
¡y te estará bien empleado
por esa breve vida de locuela
en la que nadie te habrá respetado!