Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Un gran paso adelante... ¡con talante!


Leo en la edición de hoy del diario digital Actualidad Anacrónica una curiosa noticia firmada por Doña María Tenia Platelminto Lamprea:

Como consecuencia de los cambios sociopolíticos acaecidos en los últimos años, el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), ha ordenado al Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) la elaboración de un nuevo Reglamento de Orden Cerrado.

Con la finalidad de unificar los movimientos de orden cerrado de las Unidades que emplean diferentes fusiles (CETME-L en algunos casos y HK G-36 en otros), y el objetivo no menos importante de adaptar el orden cerrado a la realidad política actual, a partir de la entrada en vigor de la mencionada orden se eliminará la presencia de armamento en los actos castrenses. Esta medida pretende simplificar la instrucción del Soldado y de la Soldada, así como evitar asperezas con nacionalistas, separatistas, pacifistas y cualesquiera otros istas que pudieran surgir en el futuro, para los cuales resulta ofensivo que las Fuerzas Armadas hagan exhibición de armamento.

Este nuevo progreso en el talante zapateril nos proporcionará unas Fuerzas Desarmadas mucho más políticamente correctas, dónde va a parar. Por ello el Presidente, el Ministro de Defensa y el Estado Mayor en pleno se han felicitado los unos a los otros, se han dado palmaditas en la espalda y se han besado los hocicos mientras por lo bajini decían: "a ver si así se les olvida
lo de los BMR".

La redacción de Actualidad Anacrónica ha tenido acceso a un vídeo donde se ensayan los nuevos movimientos de orden cerrado:





(Nota de descargo, que nunca se sabe: El vídeo me lo ha pasado Dani sin saber el uso que le daría, y aunque no hace falta aclararlo, todo lo que cuenta la entrada es purita ficción, de momento al menos).

Y ahora, ya que estamos con el humor de los Monty Python y entre milicos, no deberían perderse "El Chiste más Gracioso del Mundo":


miércoles, 26 de septiembre de 2007

Otros dos paracas, y otro BMR



Pues ya lo saben ustedes, que no es noticia fresquita. Los Caballeros Legionarios Paracaidistas Germán Pérez Burgos y Stanley Mera Vera, junto a un intérprete iraní, han fallecido en Afganistán sin que esté claro si se trató de una mina activada al pisarla el vehículo en el que circulaban (un blindado medio de ruedas, BMR) o de una detonación intencionada por control remoto mediante cable.

Por si se nos estaba olvidando vuelve a ponerse en el candelero la escasa protección que ofrecen los BMR. Existen vehículos diseñados especialmente para soportar potentísimas explosiones (aquí tienen un impresionante documento al respecto), pero naturalmente los españoles no los tenemos, ni de momento está prevista su adquisición. Lo que sí tenemos, en cambio, son otro tipo de vehículos como los Pizarro o los Leopard que dan muchas más posibilidades de supervivencia a la tripulación en caso de ataque con cohetes, atentados, o minas. Pero, vaya por dios, resulta que esos vehículos no son políticamente correctos, porque el Pizarro monta un cañón de pequeño calibre y tiro rápido, y el Leopard va armado con un poderoso cañón de 120 mm., y esto, claro, no va con el talante zapateril, ni con el rollo humanitario en el que estamos metiendo cualquier cosa, ni con la Alinza de Civilizaciones, ni con las pollas en vinagre, ni con su puta madre. Por lo tanto nada de mandarlos fuera, no sea que alguien se tome en serio nuestra voluntad de proteger a los soldados, los cuales, como todo el mundo sabe, están para morirse. Y así nos va.


Luego, por supuesto, en este bendito país que antes se llamaba España, resulta que los jóvenes pasan mucho de hacerse milicos (pero se apuntan por millares al casting de Gran Hermano, aunque ese es otro tema del que hoy no me apetece hablar), y como consecuencia de la escasez de aspirantes el Minisdef se inventa unos anuncios del copón bendito con modelos repartiendo bocadillos, sonriendo mucho, la mar de felices ellos, donde jamás se les ve pegando tiros y con lemas tan asquerosamente mentirosos como aquel memorable "Un trabajo como otro cualquiera". ¡Y una polla con cebolla va a ser un trabajo como otro cualquiera!


Y digo yo, ¿esos señores que mandan a su gente a lugares llenos de minas y repletos de hijoputas con un RPG entre manos, sin permitirles usar la protección de que se dispone, no sentirán un poco de vergüenza al usar sus coches oficiales blindados para ir a la ópera?



viernes, 21 de septiembre de 2007

No quiero ser otro ladrillo en el muro


No me avergüenza decirles que el siguiente vídeo me hace llorar. Ya soy lo bastante mayor para no tener que ocultar lágrimas ni disimular pesares. Creo que he llegado a esa edad en la que uno puede permitirse llorar cuando le apetece sin temer que sea una muestra de debilidad, sin temer el qué dirán, sin temer absolutamente ninguna convención social. Simplemente lloro cuando me place, y además, qué coño, me sienta bien:




“¡Tu!, ¡si, tu!, quédate quieto muchacho!”


When we grew up and went to school
Cuando crecimos y fuimos a la escuela
there were certain teachers
habían ciertos profesores
who would hurt the children any way they could
quienes lastimarían a los chicos de cualquier forma que pudiesen


By pouring their derision
Derramando sus burlas
upon anything we did
hacia cualquier cosa que hiciésemos
exposing every weakness
señalando cada debilidad
however carefully hidden by the kids
por más que los niños las ocultaran


But in the town it was well known
Pero en el pueblo era bien sabido
when they got home at night
cuando llegaban a casa por la noche
their fat and psychopathic wives would thrash them
sus gordas y psicópatas esposas
within inches of their lives
a golpes los molían


We don't need no education
No necesitamos nada educación
we don't need no thought control
nada de control de la imaginación
no dark sarcasm in the classroom
ni oscuros sarcasmos en las aulas
teacher, leave them kids alone
maestro, deja a tus alumnos en paz


Hey, Teacher, leave those kids alone!
¡Maestro, deja a tus alumnos en paz!


All in all it's just another brick in the wall
A fin de cuentas todo es solo un ladrillo más en la pared
all in all you're just another brick in the wall
a fin de cuentas has de ser un ladrillo más en la pared


We don't need no education
No necesitamos nada educación
we don't need no thought control
nada de control de la imaginación
no dark sarcasm in the classroom
ni oscuros sarcasmos en las aulas
teachers, leave those kids alone
maestro, deja a tus alumnos en paz


Hey, Teacher, leave those kids alone!
¡Maestro, deja a tus alumnos en paz!


All in all you're just another brick in the wall
A fin de cuentas has de ser un ladrillo más en la pared
all in all you're just another brick in the wall
a fin de cuentas has de ser un ladrillo más en la pared


"Wrong, do it again!"
“mal, ¡háganlo de nuevo!”
"if you don't eat your meat, you can't have any pudding
“si no se comen su carne no pueden tener nada de pudín”
how can you have any pudding if you don't eat your meat?"
“¿como pueden comer pudín si no se comen su carne?”
"you! Yes, you behind the bikesheds, stand still laddy!"
“tu, si tu niño, estáte quieto muchacho!”
(Traducción gracias a


Por mucho que se empeñen, por mucho que mi propia madre diga que soy un fracasado, YO NO SERÉ OTRO LADRILLO EN EL MURO. ¡No!

¡¡¡NOOOOOOO!!!

¡Cógeme el gato, que se está cagando!



No sé por qué pero hoy me ha dado por acordarme de algo que me encabrona varios kilos. Se trata de esa enfermiza manía que tienen los padres noveles por exigir que cualquiera que pase cerca les tome en brazos al bebé. Pepe, coge al niño. Marianita, coge al niño. Don Pedro, coja usted al niño. Eh, oiga, señor, coja al niño... eh, señor... ¡Oiga!, ¿por qué corre?, ¡devuélvame al niño, señor!

Puaj, deberían meterlos a todos en la cárcel, por progenitores irresponsables y, sobre todo, por mal gusto y por plastas. Si se limitaran a perpetrar esa villanía con otros papás, pues bueno, entre ellos se lo guisan y ellos se lo comen, pero no, la gracia está en colgarle el mamoncito llorón a alguien que no tiene hijos. ¿Es que no se dan cuenta de que su bebé corre un grave riesgo en mis brazos? ¿Por qué las Autoridades no toman cartas en el asunto? ¿Nadie les va a retirar la custodia a estos imprudentes que ofrecen a su hijo como si pasaran la bota de vino?

Y mientras tanto, cómo no, todos ríen y te miran con esa cara de cordero degollado que pretende pasar por gesto enternecido, y llegan las gilipollescas invitaciones esperadas desde hace rato: "Y tú, ¿para cuándo? JIJIJI", "Te queda muy bien, ¿te animas a tener uno?", "Ay, mira, se le hace la boca agua... Leo, anímate y ten uno, o dos si son pequeños" . Pero vamos a ver, panda de hijos de puta, ¿os estáis burlando de mí o es que sois del todo imbéciles? ¿No sabéis que para tener un crío hacen falta dos? ¿De qué coño vais? ¿Me estáis provocando? Podría yo decir, con cara de inocente: "¿Me prestas a tu mujer?, tranquilo, nada de amor, sólo es para follármela y tener hijitos". Seguramente no volvían a darme por el saco con el tema de la descendencia.

Pero la cosa no acaba aquí. Además de estos abusos sobre el menor (uy, de esta clase de abuso nada dice la prensa...) hay que aguantar otro abuso sobre el incauto adulto que acepta sostener en brazos al crío: las putas fotos. Siempre hay fotos. Cuando sostienes en brazos a un bebé SIEMPRE hay fotos. Y SIEMPRE pasan de mano en mano en la familia, hasta que alguien las cuelga en Flickr, o vete tú a saber que otras sevicias puede cometer.

¿Yo voy mostrando a Gusifluky y exigiendo que todo cristo lo sostenga en brazos? Creo que no. Adoro a Gusi, como cada cual adora a su hijo, pero no le pido a nadie que lo tome en brazos, y de igual modo, si alguna vez tengo un hijo humano, les pido que no olviden estas palabras si falto a ellas. Recuerden, siempre, que a nadie gusta sostener a un niño salvo a sus padres, así que no jodan, hostias.

martes, 18 de septiembre de 2007

Cuídame el gato, Manuel, este mes

El pequeño Gusifluky ha vivido una experiencia traumática. Tuve que dejarlo en una residencia --gracias, Tesa, por encontrarla-- y parece que la aventura no le ha sido muy grata. Ocho días entre perros y gallinas (es que era una antigua granja y han conservado las gallinas) han provocado que Gusi adelgace y transforme su carácter. Ahora es un gatito bueno, mimoso, y ya no me muerde. Más suave que un guante ha salido de allí. Debe de pensar que más le vale portarse bien a partir de ahora, o volverá a ese siniestro lugar lleno de escandalosos bichos y donde una humana desconocida y de enormes tetas le lleva comida diariamente. Pobre Gusi, mami, pobre Gusi que tiene el pene taaaan pequeñito, y papá lo tiene taaan nande... (chiste interno, no pasa nada si no lo pillan).

Además, la residencia está en... ¿ustedes saben ese sitio donde Cristo perdió el mechero de propaganda del "Bar Rendero, hijos de Juan Rendero, especialidad chocos a la plancha"? Bueno, pues la residencia está bastante más a tomar por culo de todo, de hecho el taxi me ha costado el doble que la propia estancia del gato. Y es por eso, no lo niego, que desde aquí pido voluntarios para que a la próxima me cuiden al gato. Así, con todo el morro del mundo. Para que el atrevimiento parezca menor lo haré cantando:




Gracias por la amable y, sobre todo, desinteresada colaboración. (Y más gracias para Dani, por la cancioncilla).

domingo, 16 de septiembre de 2007

El sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, dos amigos




Últimamente me he vuelto un comprador compulsivo de libros. A otros les da por endrogarse o apedrear perros, qué le vamos a hacer. A pesar de tener en Cádiz una decena de libros en espera de recibir mi atención tuve la ocurrencia de marcharme a Murcia sólo con el casi finiquitado "Una breve historia de casi todo" --lo recomiendo, y mucho--, de Bill Bryson. Esto conllevó la irritante consecuencia de tener que comprar más libros al segundo día de estancia murciana. Yo sólo quería comprar uno, pero acabaron siendo cuatro. Una librería es a Leónidas lo que una fábrica de galletas es a Triki, al menos hasta que lo volvieron alimentariamente correcto, que ya hay que ser gilipollas, dicho sea de paso. Pero a lo que íbamos. Me hice de:


-"Enigmas históricos al descubierto" y "Nuevos enigmas históricos al descubierto", de César Vidal. Me habían hablado muy bien de este señor y me he sentido defraudado. Muchas veces es riguroso, pero otras veces "resuelve" los enigmas en plan porqueyolovalgo, sin más explicación y sin argumentar debidamente. Un ejemplo claro de esto es su conspiranoica explicación del asesinato de Kennedy. En otros casos --y también en el referido-- se cita a sí mismo para refrendar sus afirmaciones. Tócate la flor, así también "resuelvo" yo cualquier misterio. Un tanto egolatrilla me ha parecido don César.


- "El fraude de la sábana santa y las reliquias de Cristo", de J. Eslava Galán. Hace un par de semanas leí "La sábana santa, ¡vaya timo!", de F. Ares de Blas y parece que me he quedado con ganas. La verdad es que no he podido resistirme a hojear el libro de Eslava y creo que me va a dar mucha más diversión que el de Ares.


-Y finalmente, "La reina sin espejo", de Lorenzo Silva, que es adonde yo quería llegar y el motivo de esta entrada. Lo estaba esperando, sin saber que llevaba ya bastante tiempo publicado, así que fue una gran sorpresa, gratísima, encontrarlo por casualidad. "La reina sin espejo" es la cuarta aventura de dos guardias civiles, el sargento Rubén Bevilacqua y la cabo Virginia Chamorro. Las tres anteriores fueron, por este orden: "El alquimista impaciente", "El lejano país de los estanques" y "La niebla y la doncella". La primera novela de la serie, por cierto, se me ocurrió prestársela, precisamente, a una guardia civil. Naturalmente me he quedado sin ella (me refiero a la novela, aunque tampoco conservo a la picoletilla). "El Honor es mi divisa", reza el lema de la Benemérita Guardia Civil, lamentablemente en ese concepto del honor no entra la devolución de los libros prestados, según parece.


No es cosa común la novela policíaca donde los protagonistas sean guardias civiles. Lo más parecido que conozco son las aventuras de Lituma ("Lituma en los Andes", "¿Quién mató a Palomino Molero?", y otros relatos de M. Vargas Llosa), pero se trataba de guardias civiles peruanos --sí, amigos, hay países sudamericanos que también tienen su Guardia Civil--. Ignoro si Lorenzo Silva se inspiró en las aventuras de Lituma y su ayudante Tomás para crear a Bevilacqua y su ayudante Chamorro, pero las similitudes (al igual que las diferencias) no son pocas.


Dejando aparte las comparaciones diré que Rubén y Virginia son investigadores de homicidios. Sus casos, como no podía ser de otra manera, son extraños y aparentemente irresolubles, y a la trama no le falta nunca un ligero toque poético que no llega a hacerse cargante. Las relaciones entre el sargento y la cabo son de exquisito respeto y profesionalidad, de mutua admiración disimulada y lo más castas que cabe imaginar, a pesar de lo cual en algunos momentos el lector puede sentir que ambos se mueven en un delicado equilibrio entre el servicio y lo personal, equilibrio que, hay que decirlo, nunca llega a romperse.


Bevilacqua es un psicólogo que se metió a guardia para escapar del paro, y que ha sabido ganarse a sus jefes. Chamorro es una fracasada aspirante a la Academia General Militar, pero que ha sabido ganarse a su sargento. Los dos son cojonudos y si existieran y yo fuera asesinado estaría bien que fueran ellos quienes llevaran mi caso.


Un detalle que me fascina en estas novelas es cómo Lorenzo Silva trata las relaciones interjerárquicas de los militares (recordemos que la Guardia Civil es un Cuerpo de naturaleza militar, aunque a muchos les joda). Me consta que para la mayoría de civiles es difícil entender cómo funcionan dichas relaciones, y es habitual que los escritores metan la pata al intentar recrearlas. Silva, en cambio, lo hace con una destreza ajustadamente realista. Otro autor que de esto sabe mucho es A. Pérez-Reverte, pero en este último no debe sorprendernos dado que tras más de dos décadas como reportero de guerra tuvo tiempo para empaparse de la peculiar idiosincrasia militroncha. Me pregunto si lo de Lorenzo Silva se debe a agudeza psicológica o a buenos asesores. Supongo que será un mucho de las dos cosas.


Sin son ustedes aficionados a la novela policíaca les recomiendo insistentemente que descubran a Bevilacqua y a Chamorro. Y si son aficionados a leer lo que sea, también. No se trata del típico caso de un asesinato complejo que acaba resolviéndose, es mucho más que eso. Los personajes son casi tridimensionales, los diálogos entre Rubén y Virginia no tienen desperdicio, y como ya dije no falta un tenue halo poético en todas sus aventuras.


Ah, y para colmo acabo de descubrir que Bevilacqua y yo compartimos gustos:


"Introduje un cedé en la ranura del reproductor y busqué la pista. Sonó una guitarra despaciosa, casi melancólica. La voz del cantante comenzó a desgranar con mucho sentimiento unos versos:


Los caballos negros son.

Las herraduras son negras.

Sobre las capas relucen

manchas de tinta y de cera.

Tienen, por eso no lloran,

de plomo las calaveras...


--¿De qué me suena esto? --dijo.


--Te doy una pista: es un romance, y desde luego no lo escriben ellos. Sigue escuchando, a ver si lo sacas-- la desafié.


Chamorro puso atención, mientras su mirada se mantenía fija en el horizonte al fondo de la autopista. La canción continuaba:


Oh, ciudad de los gitanos,

apaga tus verdes luces

que viene la Benemérita...


A partir de esta última palabra la música se aceleraba, entraba la batería y el bajo y sonaban rasgueos de guitarra eléctrica. Lo que seguía, a ritmo de rock, era el relato de una razia de los siniestros jinetes contra los indefensos gitanos. No faltaban los detalles truculentos:


Rosa la de los Camborios

gime sentada en su puerta

con los dos pechos cortados

puestos en una bandeja.


--¿García Lorca? --dedujo mi compañera entonces.


--Exacto. El Romance de la Guardia Civil española. ¿A que le ponen una música bastante aparente? A mí por lo menos me gusta.


--Desde luego, qué cosas tienes --repuso, meneando la cabeza--. Ya puestos, sugiere que los inviten a tocar en la próxima Patrona.


--¿Y por qué no? Sería una experiencia catártica --bromeé." (Fragmento del capítulo cuarto de "La reina sin espejo", de Lorenzo Silva).

domingo, 9 de septiembre de 2007

Nadie lo dice...


¿Por qué nadie lo dice? Es un detalle resaltable, y sin embargo... nadie se atreve a mencionarlo.


Vamos a ver, amigachos, ¿qué coño os pasa? ¿Estáis amariconados? ¿O es que sois demasiado políticamente correctos para hablar de eso? Puaj, me limpio el culo con vuestros miramientos, que por cierto son más suaves que el papel higiénico que uso habitualmente. Vuestras delicadeces me acarician el culo hasta ponerme la polla bien dura y morcillona.

Personas, mucho se ha hablado sobre la pareja McCann, y a mí ante tanta incertidumbre (y en el triste convencimiento de que a Madelaine no la vamos a encontrar viva) hay otro detalle que me llama la atención. Y sin embargo nadie habla de ello.

¿POR QUÉ NADIE MENCIONA LO BUENA QUE ESTÁ KATE? Dios, qué pedazo de mujer...



sábado, 8 de septiembre de 2007

Emociones


Mierda de entrada, dirán muchos en esta época que de tan antimilitarista confunde la defensa con la violencia. Pero como bien saben los lectores habituales de este blog me la suda tres kilos lo que puedan ustedes pensar.

Ateo como soy, y teniendo en cuenta que mi única actuación judicial en la vida fue motivada por un legionario que tuvo a bien destrozarme la cara a fuerza (nunca mejor dicho) de puñetazos, debo reconocer que La Legión española, con sus defectos y virtudes, está compuesta por gente especial, y valiosa.

Quizá se hacen legionarios por un sueldo estable. Quizá por afán de aventuras. Quizá por reconocimiento profesional. Quizá porque un gran dolor les muerde, como un lobo, el corazón... (Eso dice "El Novio de la Muerte")... pero están ahí, y "ahí" supone cualquier parte. Son nuestros legionarios. Respétenlos, y si no son capaces de respetarlos sean, al menos, capaces de conocer sus gestas y plantearse si de veras serían capaces de imitarlas:



Que soy ateo, y que paso del "Cristo de la Buena Muerte", o del diablo de su puta madre, pero ellos son mis legionarios..., y eso nadie me lo quita. Ellos son tan míos como yo de ellos, y a ellos los tuve cerca cuando de ustedes no supe nada... Van a permitirme pues que hoy me acuerde de ellos, porque sí, porque me da la gana. ¿Hace falta otro motivo?

martes, 4 de septiembre de 2007

Otras vidas y muchos tiros


Aunque en el blogueril mundo me hago llamar Leónidas K. de Arimatea lo cierto es que las dos últimas noches me han conocido como Marcado, nadie sabe mi nombre verdadero y yo no puedo recordarlo tras un accidente. Lo de Marcado es por un tatuaje en mi antebrazo en el que pone S.T.A.L.K.E.R.

He pasado esas dos noches deambulando por las inmediaciones de Chernobyl, enfrentándome a criaturas monstruosas producto de la radiación, a soldados con muy mala uva, a comerciantes sin escrúpulos y a asesinos del más diverso pelaje. He pasado algo de miedo y mucha tensión. Coño, hasta algo conocido como anomalías me han sacudido de vez en cuando el cuerpo. Pero sobre todo me he hartado a pegar tiros. Cuando amanece, fatigado y apestando a pólvora, recupero mi nombre (Leónidas o cualquier otro, qué más da, el caso es tener un nombre, una identidad y una memoria) y me voy en busca de Gusifluky, que me mira reprobador por el abandono nocturno. No entiende, pobre criatura, que tenía que luchar por mi supervivencia en un mundo despiadado donde impera la ley del más rápido y del más hijoputa.

He aquí un vídeo que, cual turista japonés, me he traído:





No es la primera vez que sufro estos extraños cambios de personalidad. Sin ir más lejos antes de ser Marcado fui un soldado de la IIª G.M. Un soldado anónimo que igual era alemán como ruso, y tanto en un caso como en otro casi siempre desempeñé el papel de francotirador, que es ideal para alguien solitario y tranquilo como yo. También he traído recuerdos:





Pero hace cosa de un año viví una experiencia deliciosa. Fue como estar en una película bélica y de terror a partes iguales en la que el protagonista era yo. Pero aquello no fue una película, aquello era peligrosamente real:





Y sin embargo nada como lo vivido en el año 2004, cuando para evitar mis propios monstruos con nombre de mujer decidí plantar cara a otros venidos de quién sabe dónde, mucho menos peligrosos. Me convertí en un joven doctor en física llamado Gordon Freeman, y aquel fue mi inolvidable bautismo de fuego:





Posteriormente, en 2006, volví a ser poseído por el astuto y combativo doctor Freeman, y quedé asombrado por los cambios que se habían producido mientras tanto en la Tierra, lamentablemente en poder de la Alianza:







Ah, amigos, cuántos cartuchos consumidos, cuántas vidas arrebatadas, cuántos litros de sangre salpicando paredes, cuántos cuerpos mutilados, cuántas vísceras cubiertas de moscas... Cuántas noches sin dormir.



Nota: Los vídeos corresponden, por orden, a los siguientes juegos (todos muy recomendables para enfermos de la acción en primera persona como este cabeza de chorlito):










sábado, 1 de septiembre de 2007

Me ha vuelto a llamar mi prima Paqui


Esperaba su llamada, es cierto. Todos los años me llama el primero de Septiembre.

Mi prima Paqui vive en un chalet perdido en la sierra de una provincia que no mencionaré. Es una cuarentona solitaria que vive de una sustanciosa herencia recibida al morir nuestro tío Alfredo. Ella se quedó el chalet y un buen montón de millones. Yo me quedé el Porsche y otro buen montón de millones.

--Ya ha llegado. ¿Cuándo vienes?

--Estaré allí antes de medianoche. Prepáralo todo.

--Todo está listo desde hace una semana. Miguel, date prisa, por favor. Tengo miedo. Está más raro que nunca.

--Tranquila, Paqui, yo también tengo la maleta lista desde hace una semana.

Después hemos colgado, poco más había que decir.

Nuestro tío Alfredo fue siempre un hombre humilde, soltero y sin vicios, salvo jugar a la quiniela. Hace veinte años la suerte le concedió un pleno al quince y con él una suma de muchos, muchísimos ceros. Se compró aquel chalet y el Porsche que ahora es mío. También se compró un revólver, para defenderse de los ladrones según decía.

A casi nadie extrañó que un buen día mi prima Paqui fuera a visitarlo y se lo encontrara tirado en el salón con un tiro en la cabeza. El arma, ya fría como el cadáver, estaba a unos centímetros del cuerpo. Fue un caso claro de suicidio y una demostración de que el dinero no da la felicidad. "Es que estaba demasiado solo, el pobre", decía todo el mundo.

En realidad Paqui y yo lo habíamos planeado todo desde meses antes. Como sus únicos herederos la tentación era enorme. Y lo hicimos bien, o la policía muy mal. Desde entonces, hace ya más de quince años, Paqui y yo vivimos estupendamente, y sin duda aprovechamos mejor que el viejo toda esa enorme cantidad de pasta. ¿Saben?, cuando se es rico como yo la libertad adquiere un nuevo significado más... amplio. Me tiro a las mejores hembras y puedo permitirme escupir a la cara de un político pagando una insignificante multa. Soy dios.

¿Hemos pagado algún precio mi prima y yo por nuestro crimen? Sí, lo estamos pagando, pero es un precio ínfimo que asumimos con gusto. Al menos yo. Creo que para Paqui no es tan agradable, pero es su problema. Debió hacerme caso y echar abajo el chalet, irse a vivir lejos de allí y olvidarse de todo. Pero no, a ella le gustaba aquella casona y la soledad que la rodeaba y se quiso quedar. Fue, y es, una decisión equivocada que nos exige... cierta servidumbre, digamos. A pesar de ello lo aceptamos. Bien merece la pena perder un día al año a cambio de vivir los restantes 364 como reyes.

A mi tío lo matamos con su revólver un uno de Septiembre. En el primer aniversario de su muerte yo estaba en el que había sido su chalet celebrándolo con mi prima cuando llamaron a la puerta. Allí estaba mi tío Alfredo, vestido como el día de su muerte, con sangre reseca en la cara y media cabeza arrancada. Se tambaleaba como un borracho y tartamudeando nos decía que no encontraba las llaves de su casa. Paqui se puso histérica y se arrodilló pidiendo perdón a Dios, pero yo soy más práctico y fui a la cocina a por un cuchillo (ya no teníamos el revólver). Apuñalé a aquel engendro hasta estar seguro de que había muerto... otra vez.

Cuando logré que mi prima se calmara me ayudó a enterrarlo en el monte. Desde entonces mi tío Alfredo no ha faltado a su cita con nosotros cada uno de Septiembre. Los primeros años yo dormía la noche antes en el chalet y lo esperábamos desde primera hora de la mañana, pero era una pérdida de tiempo para mí, porque no todos los años llega a la misma hora, así que conseguí convencer a mi prima para que en adelante me llamara cuando él llega. No hay ningún problema, nuestro tío es inofensivo, tan sólo se muestra confundido y tiene problemas para mantener el equilibrio y para hablar, pero se deja hacer. Lo único de lo que se tiene que preocupar Paqui es de sentarlo en alguna parte que previamente ha plastificado (por las manchas de sangre), llamarme, y después esperar. Ella no se atreve a acabar con él: ése es mi trabajo.

Y lo haré bien, como siempre. Lo más penoso es enterrarlo después, durante la noche, equipados con palas, picos y linternas. Además, ni Paqui ni yo somos demasiado fuertes, y nuestro tío Alfredo pesa un huevo. De meterlo en el Porsche y llevarlo lejos ni hablar, además un año lo enterramos a más de cien kilómetros sirviéndonos del todoterreno de mi prima y no sirvió para nada, al año siguiente apareció igual, con su media cabeza, su sangre reseca y su ropa impoluta, sin el menor rastro de tierra.

En la llamada me ha dicho Paqui que hoy "está más raro que nunca". No me sorprende. He notado que cada año parece más lúcido, más vivo, menos confundido. El año pasado lo oí decir "sob... sobrinos, me hab... habéis ma... maaa... tado". Paqui no lo oyó porque siempre se refugia en el piso de arriba cuando me dispongo a apuñalar a nuestro tío, y no quise contárselo porque no me interesa que pierda los nervios.

La solución está clara. Él vuelve siempre a su casa. Hay que echar abajo ese chalet, pero mi prima se niega. Por eso esta vez voy a coger el Porsche, me voy a plantar en tres horas allí y voy a acabar con los dos.

Además, qué coño, soy el único heredero de mi prima Paqui.