Como estoy pasando una etapa de mi vida un tanto agorafóbica y antisocial me he convertido en carne de chats y blogs, aunque últimamente tiro más paro lo segundo que para lo primero. Por cierto que hay por ahí bitácoras que son una delicia, y luego lee uno las columnas de algunos profesionales en los periódicos y hasta te saben a poco. Seguro que a ustedes les pasa algo así desde que descubrieron este Diario de un cabeza de chorlito.
Pero hoy les quiero hablar de chats, o mejor de las gachís (gachises o gachonas dicen los gaditanos) que me encuentro por esos mundos de la intenné. Y ya saben lo que hay tratándose de mí: mala baba, ironía y sarcasmo, misoginia y desprecio. Así que ya pueden dejar de leer las erizas de siempre, que luego he de contestar comentarios raros y me da la risa floja.
Me he llegado a convertir en una autoridad en el tema de las mujeres en los chats. Por su forma de escribir, por las cosas que cuentan, por las que no cuentan, y por las preguntas que hacen sé de ellas más que ellas mismas. Juro a vuesas mercedes que puedo reconocer el color de las bragas que una lleve puestas en determinado momento sólo por su manera de conjugar verbos.
Creo que mi afición a los chats surgió por una serie de razones que casi me empujaron a ello; mucho tiempo libre, soledad buscada, gusto por el lenguaje escrito y necesidad de comunicación (a pesar de querer estar solo). Pero sobre todo obedece a una oscura tendencia al masoquismo, pues sólo así se explica que casi siempre que entro a un chat acabe cabreado, y sin embargo vuelva a por más pasadas horas o días. Y es que la cosa es para cabrearse. Voy a hacer un esbozo del tipo de mujeres que me encuentro en esos chats, y disculpen que no haga lo mismo con los hombres; de ellos sé poco, apenas algo de los que se hacen pasar por mujeres. Si me lo permiten será con ellos con los que empiece:
Este tipo de chateadora lo es relativamente. Tanto cabría llamarlo chateadora como chateador, pues ni él mismo tiene claro si es niño o niña. No son demasiado peligrosos porque se les reconoce fácilmente y no hay problema en evitarlos. Suelen usar un alias muy provocativo, como Erika_Caliente o Tangahúmedo. Cuando nos abren una conversación privada sueltan a bocajarro ofrecimientos impúdicos y no parece interesarles nuestro aspecto, sólo buscan una polla. Está claro, se trata de un homosexual. La conversación es más o menos así:
Golfa25: Hola. ¿Te apetece una mamada?
Cabezadechorlito: No, gracias. Lo estoy dejando.
Golfa25: ¿Cómo la tienes? Soy tío. Sólo chupo. Tú no tienes que hacer nada.
Cabezadechorlito: Ya noté que eres tío. Gracias, pero es que tengo el defecto de que me gusten las mujeres.
Golfa25: Seguro que ninguna te lo hace como yo.Ya verás como te gusta. Me lo trago.
Cabezadechorlito: Pues buen provecho y suerte. Adiós.
Simpática, la Golfa25. Otro tipo de chateadora muy habitual, y bastante plasta, es la que podríamos llamar místico-profunda. Se trata de una mujer entrada en años y en kilos. Es una solterona de entre 40 y 55 años. Más bien fea y se cree interesante. Cuando conoce mi edad hace como que no le importa, pero por las rejillas de ventilación de mi ordenador veo chorrear su baba. Su alias busca despertar interés por lo diferente y dar un poco de pena. Veamos una conversación con este especimen:
Solitaria: Buenas noches. ¿Estás ocupado?
Cabezadechorlito: No, qué va. Todo tuyo. Buenas.Por cierto, tienes alias de parásito intestinal.
Solitaria: ¿Verdad que hace una mágica noche para soñar?
Cabezadechorlito: Espero que no me estés mandando a dormir.
Solitaria: No, hombre. Yo nunca le diría a nadie lo que tiene que hacer. La libertad es lo más importante que tenemos, acaso lo único. Tú haz lo que te plazca siempre y afronta las consecuencias con entereza y con una sonrisa. Sobre todo que no se te olvide la sonrisa.
Cabezadechorlito: Vale, lo he apuntado. Al grano. Me llamo Javi, 31 años y me voy a ir a cenar ya mismito, así que no me marees mucho, anda.
Solitaria: Percibo en ti cierta agresividad. Ay, esta sociedad estresante, consumista y competitiva, que nos hace agresivos y no vemos las cosas que de verdad importan, como el vuelo de una mariposa y la hormiguita que recolecta semillas para el invierno.
Cabezadechorlito: Joer. Profundidad abisal la tuya, chiquilla. Anonadado me has. Oye, ¿qué tal si te dejas de zarandajas y me cuentas algo de vos?
Solitaria: ¿Hablar de mí? Yo no soy importante. Pero como quieras. Me llamo Marga. Nací hace 47 años en un pueblo entre montañas. Me gusta leer, soñar y vivir.
Cabezadechorlito: Uhm, un poquito crecidita para mí, pero vamos, que si estás buena todo es hablarlo.
Solitaria: Ah, la carne. La carne es sólo eso, carne. Amigo Javier, dime una cosa: ¿nunca has gozado del placer de amar sin tocar, sin ver?
Cabezadechorlito: Sí, todos los días tres o cuatro veces. Me voy a cenar. Buenas noches.
Solitaria: Adiós, Javier, que los hados te protejan.
¿Ven como es una plasta? En fin, pasemos a otro tipo también habitual, para desgracia de maridos confiados: La infiel. Abundan en los chats más de lo que nos gustaría a los hombres, aunque tienen muchas ventajas. Son de las que más me repugnan desde un punto de vista moral, pero he de admitir que es interesante tratar con ellas porque son directas, con las ideas claras, nada pesadas y normalmente inteligentes e instruidas, de hecho es normal encontrarlas con carreras universitarias y buena posición social. Lo que le exigen a un posible amante es que sea discreto y muy vicioso, nada más. Usan alias para pasar desapercibidas, como Pilar o María_Málaga. Una conversación con una de ellas podría ser así:
María: Hola. Tu alias me ha llamado la atención.
Cabezadechorlito: Gracias. Perdona que te diga que a mí el tuyo para nada.
María: De eso se trata. Soy casada y no me conviene destacar. Mi marido no sabe nada de esto.
Cabezadechorlito: Ajá. Yo soy soltero, y que dure.
María: Jajaja. Tienes razón. El matrimonio es un rollo.Después de 9 años casada necesito nuevas experiencias. Necesito liberarme.
Cabezadechorlito: ¿Puedo hacer algo por ayudarte?
María: Quizás. ¿Tienes messenger?
Y ya se pueden imaginar cómo continúa la historia. Pero vamos a saltarnos esos detalles y pasemos a otro tipo: la interesada. Ésta es la que más me saca de mis casillas. Suele andar entre los 22 y los 35 años, y usa alias para captar clientes más que amantes, como Rubia_despampanante o Morenazaguapa. Veámosla en acción:
Bombonazo: Hola. ¿Estás?
Cabezadechorlito: Estoy. A tu disposición.
Bombonazo: ¿Trabajas?
Cabezadechorlito: Sí. Qué remedio. ¿Y tú?
Bombonazo: ¿En qué trabajas?
Cabezadechorlito: Lo siento, no hablo de eso con desconocidos.
Bombonazo: ¿Lo ganas bien?
Cabezadechorlito: Me defiendo. ¿A qué vienen esas preguntas?
Bombonazo: Nada, hijo, por conocerte. ¿Vives solo?
Cabezadechorlito: Pues sí.
Bombonazo: ¿De alquiler o es tuya la casa?
Cabezadechorlito: Es un piso. Y es mío, pero hipotecado. ¿Hablamos de ti?
Bombonazo: ¿Qué coche tienes?
Cabezadechorlito: Ninguno.
Bombonazo: Ahm. Adiós.
Un encanto de criatura, como ven. Pobre desgraciado el que caiga en sus garras. Y ahora otro temible ejemplar:la enamoradiza. A este tipo de chateadora nunca, repito, NUNCA, hay que darle la dirección de correo electrónico, y mucho menos el número de teléfono. No usa un alias definible; se la puede encontrar por sorpresa llamándose Alicia28 ó Lamujerdetussueños. Normalmente es fea, pero extrañamente también se la puede encontrar siendo guapa. Son desequilibradas y verborreicas. Veamos un ejemplo:
Chicamaja: Perdona. ¿Interrumpo?
Cabezadechorlito: En absoluto. ¿Cómo estás?
Chicamaja: Nerviosa. Es que te he visto varios días en el general, y me pareces muy interesante. No me atrevía a hablar contigo.
Cabezadechorlito: ¿Y eso?
Chicamaja: No sé. Será por tu forma de expresarte. Siento algo muy especial hacia ti.
Cabezadechorlito: Gracias. Me siento halagado.
Chicamaja: ¿De verdad te halago? Qué bien. Oye, creo que te quiero.
Cabezadechorlito: ¿Pero qué coño dices? ¿Tú de qué manicomio te has escapado?
Chicamaja: Jajaja. Qué simpático eres. Quiero conocerte. ¿Me das tu tfno?
Cabezadechorlito: No, ni de coña.
Chicamaja: OK. Dame tu messenger.
Cabezadechorlito: Nooooo...
Chicamaja: Me da igual. Te veré por aquí. Voy a enamorarte. Te quiero.
Cabezadechorlito: Vale, muy bien, gracias. Me voy.
Chicamaja: Adiós, mi vida. Te esperaré. Te quiero, amor mío.
Da un poco de miedo, eh. Me recuerda a la protagonista de Misery.
Esto se está alargando demasiado. En breve la segunda parte de este humilde estudio. Aún me quedan varios tipos de chateadoras en el tintero. Mientras tanto, sean felices, se lo ruego.
1 comentario:
Comentarios importados de su ubicación anterior en Spaces:
Olivia Joules
Jajaja... pues si que puedes sacar un manual para navegantes chateadores. Se nota que gastas muchas horas en ello, si. En todo caso, para mi lo ineteresante es que hablas de Ellas. Y si, te doy la razón en que hay mucha gente rara. Yo es que eso de los chats...alguna vez "lo intenté" pero no creo tener mucha "chispa" para hablar sin mas, porque al final todos te preguntan lo mismo...
Saludos!
03/07/2006 11:50
(http://gretvas.spaces.msn.com/)
Leónidas
No me seas marrano, Javi. Esas cosas no se le preguntan a un caballero. Además, yo de eso no sé nada. Me enteré por los periódicos.
Pequeña Belsy, cuánta razón tienes, hijica mía.
02/07/2006 15:41
(http://cabezachorlito.spaces.msn.com/)
BelsanEmpress
Bah, pillar enseguida a los hombres es algo que cualquiera puede hacer. Así de simples sois. (saca la lengua).
02/07/2006 12:51
(http://belsanempress.spaces.msn.com/)
Javi
Esto es muy interesante... ¿Podrías contar algo más de lo de "María"? Y no te cortes con los detalles.
02/07/2006 12:04
(http://la-osera-de-Javi.spaces.msn.com/)
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