Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

viernes, 3 de octubre de 2008

Día negro en las Fuerzas Armadas


La coincidencia me ha parecido sorprendente: con unas pocas horas de diferencia dos militares, ambos con el empleo de Cabo Primero, han matado a sus respectivas parejas. Además una de las mujeres fallecidas también era militar. (Resumen de las dos noticias, con el error habitual entre periodistas de confundir el empleo de Cabo Primero con el de Cabo, que se parecen sólo en el nombre y tienen funciones bien diferentes).

Hace unos meses un Sargento mató a ex pareja y al hombre que por entonces se relacionaba con ella, casualmente también militar, un Teniente para más señas.

Anteriormente un Capitán mató a su pareja, una Cabo Primero, y a su hija.

Celos, armas de fuego e inestabilidad mental. Pésima combinación.

Creo que alguien debería tomar medidas y extremar los controles psicológicos entre los miembros de las Fuerzas Armadas, pero sin demagogia y poniendo especial cuidado en que esas disposiciones no se perviertan para acabar fomentando el trato de favor que ya de por sí reciben las mujeres militares, pues a la larga ese favoritismo empeora el problema, como cualquier injusticia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Si que deberían seguir extrictos exámenes psiquiatricos pricipalmente para saber que no se van a ir a la armería a por una pistola cada vez que se les pase por la cabeza que su mujer se la pega con otro... Pero de todos modos en este planeta hay muchos más maltratadores y asesinos que no son militares (cuando pertenecen a un grupo determinado parece que se ven mas pero no generalicemos), no nos centremos en esos solamente.

Y... Si, para variar y, con esto no quiero parecer un misógino, normalmente donde meten la cabeza las mujeres se complica la cosa... En el estamento militar más, sabiendo la cantidad de altos-babosos-mandos con potestad de hacer lo que les viene en gana y que están deseando favorecer a toda costa a la que les deje meter su cara entre sus tetas a costa de lo que sea (claro! y olé por las que se aprovechan de esa situación! Que menos mal que no son todas!)

Mtekila dijo...

tu deberias explicar eso de cabo y cabo primero. segundo. tercero. cuarto y quinto si existieran..... yo ignorante de mi pensaba k era lo mismo. pero no. jamas sera lo mismo un par de cabos sueltos que atar cabos uyuyuyuyyyyyyyy que morbo.

serias mi voluntario para llevar a cabo mis mas oscuras intensiones?






mtekila.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Deja de soñar, Mtekila. Cachitoegoma se va a poner celoso.

Quebienmesuenatunombre dijo...

Hola. Yo también creo que deberían existir exámenes psicológicos y psiquiátricos, en las FFAA, y en todos los trabajos donde se utilicen armas blancas o negras. Pero, también creo que deberían existir exámenes psiquiátricos mucho más coinzudos, para declarar aptos o no aptos, para el ejercicio de una profesión, a todos aquellos psiquiatras, cuyas armas más asesinas, consisten en dejar sueltos a los auténticos locos de atar, mientras que ingresan a personas cuerdas e inofensivas. Moraleja, o hay exámenes psiquiátricos para todos, incluyendo en primer lugar a los profesionales de la psicología y psiquiatría, o como vulgarmente se dice: nunca estaran dentro todos los que son, ni seran todos los que estan dentro. Primero que encierren a los loqueros locos, y despues a los simples locos. Porque, depende de en que situaciones, los primeros pueden ser la causa de todos los males causados. Un saludo.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Je je je, estoy de acuerdo, Jack Blake, en que mucha culpa la tienen aquellos psicólogos y psiquiatras que pervierten su ciencia mercenariamente (que espero que no sean muchos). ¿Pero quién controla a esos psicólogos y psiquiatras? Otros psicólogos y otros psiquiatras.

Anónimo dijo...

El mundo lo mueve el sexo y el dinero y los psiquiatras no están exentos de que, por intereses, hagan lo que hacen. Y... Leónidas... Creo que no son pocos los corruptos que hay.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Anónimo, tampoco yo creo que sean pocos los corruptos. En cualquier profesión.