Dudas y pajas mentales

(Publicado originalmente en Spaces el uno de Spetiembre de 2006).

He observado que muchas mujeres se sienten atraídas por los curas, y no de un modo casto, no. ¿A qué se deberá esto? ¿Será por ese afán que tienen casi todas las mujeres por corromper? ¿Será porque son muy putas y deploran la virtud en los hombres? Uhmm, a veces parezco un jodido tarado misógino. Igual lo soy, oye.

Y no tiene nada que ver con lo dicho en el párrafo anterior, pero me da la gana de contarles que sé de una mujer llamada María Preciosa Perla del Mar. Casi na. Pa matar a los padres. Es como si a mi hijo Gusifluky en lugar de haberle puesto tan digno y noble nombre me hubiera dado por llamarlo José Delicioso Diamante de la Pradera. Eso no se hace, hombre. Un poquito de seriedad. Imaginen el cachondeíto de los amiguetes en la guardería. Además es una pérdida de tiempo a la hora de llamar a esa criatura. Si usted llama a una niña de cinco años por semejante nombre cuando termina de nombrarla la niña ya se ha casado con un funcionario de prisiones que se llama Alfredo, ha tenido tres hijos, se ha puesto hecha una foca y además le ha salido bigote. Nada de eso hubiera sucedido de haberse llamado, por ejemplo, Susana o Giliberta.

En fin, ¿a estas alturas de la película aún hay alguien que se trague el cuento de la homeopatía?