Métete tu cartita por el culo, subnormal

(Publicado originalmente en Spaces el 20 de Agosto de 2006).

Hace tiempo que quería rajar sobre esto, y hoy me voy a quedar a gusto. Me ha dado por ahí. Desde que tengo gato estoy muy contento y eso no puede ser bueno, así que voy a coger uno de mis monumentales cabreos con el mundo a medida que escribo. Como ven el Cabeza de Chorlito es un Juan Palomo auténtico, hasta para encabronarme me basto solito.

Niños, dejad de leer, que el nivel de palabras malsonantes e insultos se va a disparar en cualquier momento.

Hoy vamos a despacharnos con el asuntillo ese de las cadenas solidarias por correo electrónico. Ya saben, las cartitas esas que si las reenviamos a todo dios salvarán la vida de algún niño en alguna parte. Podríamos hablar de las otras, las amenazantes, que nos advierten de que en caso de no seguir la cadena estúpida una serpiente nos picará en los huevos o nos pasarán cosas aún peores. También están las que nos recomiendan hacer tal o cual cosa so pena de cerrarnos la cuenta de correo, y las que nos ordenan reenviar la consabida advertencia de que el programa MSN Messenger pasará a ser de pago. En fin, como ven hay retrasados para todos los gustos y de todos los colores. Si los tontos volaran cubrirían el cielo, los rayos solares no alcanzarían la superficie terrestre, las plantas no podrían hacer la fotosíntesis, el planeta se enfriaría... el Apocalipsis, vamos. Afortunadamente para la gente normal los tontos no vuelan, ahora que dar por culo lo dan bien dao. El caso es que si me pongo a rajar de todos los tipos de cadenas agilipolladas no acabo la entrada en dos meses, y como tengo un lindo gatito del que cuidar abreviaré y me centro sólo en las cadenas "solidarias", que de solidarias tienen poco como explicaré más adelante.

Abro paréntesis. Cometí la imprudencia hace cosa de un año de darle mi dirección de correo a una imbécil en un chat, jamás se ha puesto en contacto conmigo para nada, salvo para mandarme insistemente, casi todos los días, alguna de estas canalladas encadenadas. Una vez, hasta los cojones ya de ella, le envié un educado correo que decía algo así como "oye, nena, deja de enviarme porquería" pero no sirvió de nada, así que días y varias cadenas después le envié otro correo, éste más subido de tono pero igualmente diplomático, que decía algo como "mala zorra, como reciba algo más de ti, lo que sea, me voy a hacer un llavero con tu clítoris, so subnormal" pero tampoco funcionó. Para mí que la gachí ni los lee, y lo que hace con esos mensajes es reenviarlos también a sus contactos. Sería gracioso. Curiosamente hace un par de semanas que no me envía más mierda. Quizá esté de vacaciones en un lugar sin ordenadores, o tal vez se ha muerto. Si es esto último: Gracias, Señor, por los pequeños favores, y si la tienes contigo inmerecidamente, por favor, no dejes que se acerque a una conexión de internet. Cierro paréntesis.

Sigamos con los "solidarios" de las cadenitas. Encadenados de verdad querría yo verlos. Voy a poner un ejemplo real especialmente hijoputesco. Se trata de una de las muchas que he recibido. La conservaba para la ocasión:

SI ANULA ESTO SINCERAMENTE NO TIENE UN CORAZON!!!!!!

Hola Soy un padre de 29 años de edad. Mi esposa y yo hemos tenido una vida maravillosa junta. Dios nos bendijo demasiado con una niña.
El nombre de nuestra hija es Rachel, y tiene 10 años; no hace mucho los doctores le descubrieron cáncer cerebral en su pequeño cuerpo. Hay solo una manera de preservar su funcionamiento. Nosotros no tenemos suficiente dinero para pagar el precio.

AOL Y ZDNET han estado de acuerdo en ayudarnos y la única manera en que puede ayudarnos es esta:

Nosotros le enviamos este E-Mail y usted se lo envía a sus conocidos y estos a su vez a sus demás conocidos. AOL rastreara este E-Mail y por cada 3 personas que reciban este mensaje AOL donará 32 centavos, ayúdenos por favor, 2 minutos de su tiempo le pueden salvar la vida a mi hija.

Jose Luis Gutierrez Vazquez
Jefe de proyectos del Consejo Asesor de Computo,
DGSCA -UNAM Tels
5622-8056, 5622-8060 Fax: 5622-8563 e-mail:

jlgv@servidor.unam.mx

MANDALO NO SEAS

MALA ONDA A TODOS NOS PUEDE PASAR

¿Que no sea mala onda? ¿Pero qué expresión es ésa? Joder, daría hasta risa si no fuera todo tan condenadamente hijoputesco. Bueno, antes de seguir, arrojemos un poco de luz sobre las tinieblas y veamos cómo se retuercen de dolor, las muy perras. Echen un vistazo aquí. Voy a dejar de lado el gracioso temita de la gentuza que crea estos hoaxes (acabo de enterarme de que los entendidos los llaman así) porque ya lo explican en el enlace que les ofrezco.

Hablemos de ustedes. Venga, no lo nieguen, les encanta hablar de ustedes. Creo que entre mis tres o cuatro lectores habituales ninguno peca de transmitir estas cadenitas, pero por si acaso advierto lo siguiente: Enviarme algo así es uno de los caminos más rápidos que pueden imaginarse para formar parte de mi lista negra. Quien envía una marranada de tal calibre tal vez, sólo tal vez, sea bienintencionado, pero, no les quepa duda, ante todo es idiota. Se trata de alguien sin sentido crítico, alguien que no distingue entre el sentido común y un bocadillo de mortadela. Se trata, en fin, de alguien que no quiero a mi lado. Cuando es gente con formación universitaria quien me manda estas perlas, cosa que increíblemente sucede más de lo que debería, me entran unas ganas locas de cagarme en todo, algo así como una diarrea de mala hostia. No me sean mediopedos y corten las cadenas. Con un par de cojones y la conciencia limpia. No teman, no hay ninguna Rachel muriéndose de "cáncer cerebral".

En alguna ocasión he podido preguntarle a alguien a quien creía con dos dedos de frente el porqué de enviarme estas majaderías. Su respuesta, decepcionante, fue: "No, si yo tampoco me lo creo, pero por si acaso". A lo que yo podría añadir: "Pues prueba a tirarte de un octavo piso, por si acaso vuelas y aún no te has enterado."

El caso es que yo pretendía exponer más a fondo mi punto de vista sobre esta mierda, pero ahora, investigando para parir este vómito, he descubierto que en internet hay muchísima información sobre el particular, y como no tengo nada mejor que aportar me retiro recomendando un libro, El fabuloso libro de las leyendas urbanas, de Jan Harold Brunvand, y unos enlaces que harán las delicias de aquellos interesados en combatir la galopante estulticia que se cierne sobre la humanidad: NAUFRAGANDO POR LA RED, ROMPECADENAS... Hay más, venga, busquen ustedes, joder, hagan algo. Y si no quieren, peor para ustedes. Total, a mí me la suda tres litros.

Actualización (19-09-06): Esto es deprimente. La petarda de la que hablaba, la que creía que podría estar muerta, resulta que ha vuelto al ataque, con uno o dos mensajes chorras a diario.

Para colmo cierta dama, universitaria para más señas, me ha enviado... ¿lo adivinan? Sí, la cartita encadenada que pongo como ejemplo de estupidez, ya saben, la de Rachel, que tiene, en su pequeño cuerpo la pobre, ese nefasto cáncer cerebral.

Estoy predicando al vacío. Pero no me voy a quedar de brazos cruzados, no. Ahora mismo le voy a pedir que lea esta entrada, a ver si al menos le saco los colores. Me da penita porque me cae muy bien, pero hay que ser inflexibles.