Hace ya cuatro años y diez días que descubrí el sabor de tu boca. Habías buscado mi beso en el Mindanao, aquel pub tan íntimo y solitario. Yo quise jugar un poco más e hice como que no me daba cuenta de tu acercamiento. Además, yo quería sorprenderte con mi beso cuando no lo esperaras.
Te besé un rato después, cuando acabábamos de salir de aquel antro; siempre he preferido los besos callejeros. Recuerdo lo que dijiste cuando separé mis labios de los tuyos. Jajaja... Intento quedarme con la sorpresa que expresaste y no pensar en lo que ahora sé. Ay, mi niña, parecías tan sincera y buena chica entonces...
Hiciste conmigo lo que sabes hacer con todos: manipulación, mimetismo y engaño. Admito que eres una maestra en eso. Se te dio muy bien conmigo. Nada tan fácil como engañar a quien quiere ser engañado.
Pero hay algo que no acabo de comprender, amada Terukilla. Fuiste la amante de hombres famosos, de hombres millonarios, de delincuentes que te daban una vida ventajosa (mientras no acabaran en la cárcel), y yo me pregunto: ¿Por qué yo?
Actualización fechada en 06 de diciembre de 2011: Ahora sí que lo sé. Hoy sí que sé por qué me escogiste como víctima.
Las mil y una noches
Hace 15 horas
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