Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

miércoles, 11 de julio de 2007

Curso acelerado sobre orzuelogía y diversos tratamientos, cuál más descabellado e infalible


Hola, amiguetes. Últimamente he aprendido un huevo y la yema del otro gracias a los consejos y explicaciones de compañeros, amigos, y hasta de perfectos desconocidos, como el cajero del Mercadona que me acaba de atender. Me parecería un derroche no transmitir tanta sabiduría, así que hoy me pongo didáctico para explicar por qué aparecen los orzuelos y cómo hacerlos desaparecer.


Capítulo uno. El orzuelo (por el orto te la cuelo) . ¿Por qué aparece? (agárramela y mira cómo crece).



El orzuelo, mal y habitualmente llamado anzuelo, tiene tantos posibles orígenes como negros pelos tengo yo en los cojones. Que sepa este cabeza de chorlito se puede deber a:

  • Una mujer embarazada se ha enamorado de usted.

  • Una mujer embarazada le ha echado el famosísimo mal de ojo porque usted la ha rechazado.

  • Una mujer embarazada le ha echado el famosísimo mal de ojo porque sí, sin que medie provocación por parte de usted.

  • Su gato le ha causado una infección.

  • Un pelo se le ha infectado. (?)

  • Le está saliendo a usted un diente, pues la aparición de los orzuelos va indefectiblemente unida al crecimiento de los dientes. Aunque tenga usted ochenta años. Y no haga preguntas.

Como anécdota curiosa diré que los médicos, siempre en la inopia ellos, afirman que se debe a una glándula sebácea obstruida. Qué imaginación tienen los jodíos.


Capítulo dos. El orzuelo. ¿Cómo se cura?


Si diversas son las razones por las que se producen los orzuelos, más variedad hallamos en los tratamientos. Hoy en día, con lo que la gente sabe, el que tiene un orzuelo es porque quiere, el muy caprichoso. Veamos los tratamientos de los que tengo conocimiento a día de hoy, advirtiendo al lector que seguramente no serán los únicos:



  • Encienda una vela blanca, o dos si son pequeñas.
  • Frote un anillo de oro contra su ropa y cuando se caliente aplíquelo sobre el orzuelo.

  • Frote un anillo de oro para calentarlo, pero ojo, debe frotarlo sobre un pantalón vaquero. Después aplíquelo al orzuelo (el anillo, no el vaquero).
  • Escupa al suelo, cubra el salivazo con un puñado de sal, y a medida que el sol seca el gargajo se irá secando también el orzuelo.

  • Mate a su gato.

  • Póngase una llave (de las antiguas que son huecas) sobre el orzuelo. A esto se le llama abrir los ojos.

  • Coja un vaso de agua mineral (por alguna razón la del grifo no vale). Disuelva un puñado de azúcar. Ponga el mejunje a fuego lento, como si estuviera haciendo mermelada. Cuando esté calentito se lo aplica mediante un algodón sobre el párpado. Después apriete fuerte el orzuelo... hasta que sangre.

Como ven hay remedios para todos los gustos, y además todos bien baratos teniendo en cuenta que si optan por el del anillo de oro pueden pedirlo prestado a ese tío ricachón que hay en todas las familias.


Por si no tuvieran bastante con todos estos eficacísimos remedios de la abuela (de la abuela cuando empezó a chochear, se entiende), aún están los listillos de los médicos con sus disparatadas ocurrencias, como la de aplicar paños empapados en agua caliente para drenar la grasa acumulada en el párpado. Bah, una chorrada como una catedral, ya saben, los médicos y su dogmatismo científico. Qué canallas que son. Esos lo que quieren es que todo el mundo tenga eternos orzuelos para ser ellos los más guapos. Se habrán creído que somos tontos, caray.


Actualización (12-07-07): Otro remedio del que acabo de enterarme consiste en frotarse una mosca sobre el párpado. Con el ataque de risa que me ha dado no he podido enterarme de si la mosca tiene que estar muerta o viva. Están locos, estos romanos.


4 comentarios:

Viajera solitaria dijo...

Pues imagina la que te habrían montado si te llega a salir una verruga. Porque contra estas yo he oido todavía más tonterias...

jeje suerte con tu ojo ;)

besitos para todos

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Uy, sí, las verrugas, esa es otra. Recuerdo haber oído algo sobre enterrar en fango unas hojas de higuera, creo. Cuando las hojas se pudrieran desaparecería la verruga. Ay, la mal llamada sabiduría popular, que divertida es.

Besitos también para vos.

Carabiru dijo...

Ay Leo! y ya habrás probado todos y cada uno no???

Jajjajajaja, si es que...

¿En serio lo del cajero de mercadona??? Joer... ya no se cortan ni nada...

Un bico!

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Y tan en serio. Empezó preguntándome por mi segundo apellido (es que pagué con tarjeta) y tras charlar sobre el origen del palabro (Alburquerque), va y me suelta: "¿Eso del ojo es un orzuelo?", y luego vinieron los remedios y sus experiencias, grrrr...