Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

miércoles, 18 de julio de 2007

Torres, mi ídolo


Hoy toca hablar de un nuevo héroe para mí. Se llama Torres, y seguro que algún despistado lector estará pensando en el futbolista ese friqui que lleva no sé qué tatuado en élfico en el brazo. Pues no, futboleros, lo siento. El día que Leónidas hable de un futbolista, estén seguros, no será para admirarlo.

Tampoco hablaré de mi jefe, Dani Torres, pues resultaría indignamente pelotero.

Hoy toca hablar de un juez. Leo en El Confidencial que "las formas estrella del juez Torres enervan al colectivo de abogados de Marbella". Digo yo que se referirán a la tercera acepción del verbo enervar en el Drae, o sea, que los picapleitos están nerviosos, porque las otras dos no me cuadran. Y no me extraña que estén nerviositos, los pobres, porque parece que en esa gran cueva de ladrones que ha sido Marbella quien más quien menos esconde un cadáver en el armario y un buen montón de mierda bajo la alfombra. Abogados, políticos, notarios, policías, constructores, banqueros... y hasta algún juez. Ahí tiene que haber nervios y adrenalina a carretadas desde que el juez Torres se ha propuesto no dejar títere con cabeza. Normal que los abogados, tan pretendidamente intocables ellos, estén cagándose por la pata abajo ahora que el señor Torres los tiene enfilados. Y oye, que los habrá honestísimos y tal, que no digo que no los haya así, pero vamos, que me parece de perlas que se los investigue, y si están libres de pecado, pues no sé a qué viene ese "enervamiento". Yo creo que más bien es cagalitrosis lo que tienen. (Cagalitrosis: cagarse por litros, y no por kilos, de modo incontenible, debido las más de las veces a un ataque de pánico y con el propósito de que su perseguidor ceje en la persecución desanimado por el insufrible olor).

Pues bien, ahora nos salen esos señores abogados haciéndose los ofendidos y echando pestes del señor Torres, (no dejen de captar el doble sentido tan logrado, aunque esté feo que lo diga yo). Que si ese tío va de juez estrella, que si no sabe una mierda de instruir un caso, que si las prisas, que si es un chulito, que si mi abuela fuma en pipa, que si nosotros somos güenos, que si tal y que si cual. Anda ya, hombre. Menos lagrimitas y más colaboración, ¿o es que tenéis algo que esconder?

El juez Torres le está bajando los humos a mucha gentuza, le está poniendo los pavos a la sombra a otra mucha, y le está poniendo las peras a cuarto al resto. Y por eso se merece mi aplauso, mi admiración, y hasta mi pornoteca. Pero... da miedo, eh, tan serio, tan entregado, tan valiente, tan dispuesto a recibir un tiro por la espalda, tan incorruptible... Joder, es que ese tío no parece de este mundo... de vuestro mundo.

Pues ya está, lo acusamos de ser un puto juez estrella y lo hundimos, por chulo y por no respetar las normas, nuestras normas. Uy, Torres, mira lo que dicen, que eres una estrella. Panda de golfos, pues claro que lo es, y una galaxia entera si me apuran. Y él no tiene la culpa.

Me pregunto si habrá jueces de naturaleza tímida que por miedo a ver sus nombres en primera página y su cara en el telediario no destaparán grandes corrupciones. Me lo pregunto y me respondo a mí mismo que sí, que seguro que se dan casos de ese tipo; los jueces son tan humanos como ustedes, como yo, incluso como Gusifluky. Y me parece terrible que por timidez, por miedo a convertirse en "estrellas", haya jueces que toleren la impunidad.

Así que si Su Señoría el juez Torres se ha convertido en una estrella, bien ganado se lo tiene, y quien lo ha puesto ahí ha sido, además de su abnegación y su sentido de la justicia, la corrupción marbellí, incluidos los abogados que se han ensuciado con ello, que sin duda son muchos más de los que ahora conocemos y de los que llegaremos a conocer.

Finalmente no puedo dejar de mencionar algo leído en la noticia de El Confidencial, algo que me ha parecido tan absurdo, falso y malintencionado, que no sé ni por dónde coger. Palabras supuestamente textuales del abogado Manuel Pelayo: “Nadie se vende por una botella de champán. Pero él [el juez Torres] sí que ha recibido 750.000 euros del Ministerio de Interior por la medalla al mérito policial y aquí nadie dice nada”. ¿Perdón? ¿Me lo explica? ¿Cuántos euros, dice? Hasta donde yo tengo entendido muchos policías de a pie reciben esa medalla, y si con ella recibieran tal cantidad de boniatos me temo que la mayoría se retirarían, amén de que las arcas del Estado se verían seriamente afectadas. Por otra parte, sospecho que es el equivalente a la Cruz al Mérito Militar en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Civil, y este cabeza de chorlito, como indigno poseedor de dicha Cruz, quiere saber dónde están sus 750.000 eurazos. ¿Me lo explica, señor Pelayo? ¿Usted no andará un poco confundido? Porque lo que es yo, tras googlear un poco, sólo encuentro esto. (Ruego a los lectores que, en caso de encontrar explicación a las palabras de Pelayo me lo hagan saber. Tengo un interés personal en saber de dónde sale esa burrada. Muchas gracias).

3 comentarios:

Carabiru dijo...

Uala, fíjate, un libro pa triunfar en la vida...

Pues este señor Torres (ya me parecía a mi raro que fueras a hablar de frubolistas) tiene mi más sincera admiración, porque con toda la mafia que puebla Marbella, lo que está haciendo va más allá de lo peligroso.

Debería haber más como él.
Salu2

Anónimo dijo...

¿Te he contado alguna vez cuánto me pone a mí otro juez estrella, aquel apellidado Garzón?

Sobre el enervamiento de los sres. letrados: quien no tiene nada que ocultar, no tiene, tampoco, motivo para enervarse.

Veo que siguen vendiéndose libros con el sistema de llamar a la puerta, ahora todo más fácil con entrar a un blog y dejar una url.

Besitos de jueves

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Carlos, coleguita, si espamear los blogs es tu manera de triunfar en la vida, me vas a permitir que siga siendo un fracasado.

Pues a mí, Tesa, antes me caía bien Garzón, pero ya no. Me da a mí que este señor hace más política que impartir justicia.