Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Tratado puteril. Capítulo uno. El puterío como condición natural de la mujer


Está bien, admitámoslo ya de una vez. Las mujeres son unas rameras debido a cuestiones puramente evolutivas. En su manera de proceder no hay perversión alguna, tan sólo el fiel seguimiento de un dictado natural contra el que poco podemos hacer, salvo conocerlo, comprenderlo, y evitarnos daños innecesarios pretendiendo el imposible de actuar contra natura.

Para entender a qué se debe esta característica debemos empezar hablando del humano neonato. El bebé es un ser débil, frágil, y totalmente dependiente de la madre durante bastantes años. Incapaz de alimentarse y protegerse solo, necesita de los cuidados maternos a tiempo completo. La madre, a su vez, queda durante esos años incapacitada para trabajar o cazar. De ahí la importancia de unirse con cierta fidelidad a un hombre protector. Esta fidelidad es relativa, pues bastará que otro hombre más protector se interese por ella para que cambie de pareja.

Ahora bien, ¿qué entendemos por un hombre protector? Un hombre protector, originalmente, era un macho fuerte y sano, buen cazador y responsable. Era un tipo que salía de casa al amanecer y a la hora de la cena estaba de vuelta con un mamut al hombro, sin entretenerse tomando cervezas con los amigotes. Hoy en día esto ha cambiado ligeramente, y ahora el macho protector ideal es aquel que tiene mucho dinero, con el que puede pagar a otros para que cacen por él mamuts y lo que se tercie. Los instintos en la hembra humana siguen siendo básicamente los mismos, por eso se sienten atraídas por los machos fuertes, pero adaptándose a los tiempos saben que el macho protector de hoy es el de la cartera de piel de cocodrilo y Ferrari en el garaje. Él es quien mejor puede garantizar la alimentación, la seguridad y el abrigo, tanto de la madre como de los hijos.

Centenares de milenios de evolución dejan honda impronta, y siendo consecuentes no podemos ahora pedirle a las mujeres que guíen sus pasos por el amor tal como lo entendemos los hombres. Somos animales, y el idealismo es cosa de transtornados que sufren defectos mentales.

Algún hombre especialmente ingenuo podrá argumentar en contra de lo expuesto aduciendo que su mujer (esposa, querida, amiga íntima, manceba, concubina o lo que sea) lleva unida a él largos y felices años a pesar de ser pobre de solemnidad. Ya. Y probablemente ella sea más fea que un pie. Hay que entender que hombres millonarios hay pocos; mujeres guapas, muchas. Sólo las más aptas (entendiendo por aptas las más apetecibles sexualmente) alcanzan el objetivo de unirse al actual macho alfa, el de la cartera de piel de cocodrilo y Ferrari, recuerden. Si de veras es usted pobre puedo asegurarle que su pareja no es un bombón precisamente. Esto no quita, claro que no, que para usted sea la mujer más guapa del mundo. Lo que pretendo decir (con mucho tacto), es que, a lo mejor, los señores millonarios no comparten sus gustos en cuanto a belleza, lo que sería una suerte para usted, porque, desengáñese, si su mujer gustara a un millonario no sería su mujer. Tampoco es que los millonarios sean unos hombres malos y envidiosos que le quieren quitar las mujeres a los pobres, que habrá de todo, y además no les hace falta, porque ya se encargan ellas de buscarlos. Ahora, por favor, no desprecie usted a su mujer, hombre, que ella no tiene la culpa de ser así de fea y de puta. Lo de la fealdad es cuestión de gustos (hagamos como que nos creemos eso) y lo del puterío es, como ya dijimos, un rasgo evolutivo.

Si bien es cierto que la mujer lleva el puterío en los genes, no menos cierto es que podría luchar un poco contra su instinto. A fin de cuentas vivimos en una sociedad que para seguir existiendo nos exige refrenar ciertos impulsos, y creo yo que de igual manera que la inmensa mayoría de los hombres no violamos a cuanta fémina bella nos cruzamos por la calle, también ellas podrían poner de su parte y ser algo menos putas. De todos modos, en DCC nos mostramos comprensivos con la puteril condición femenina, y somos de la opinión, usando jerga jurídica, de que la mujer no es una puta culposa ni dolosa, en tanto en cuanto no la creemos consciente de su venalidad, ni engaña a nadie al seguir unas pautas que le han sido impuestas por la Madre Naturaleza, esa misma Madre que tantos hijos de puta ha parido.

Y sigo abogando en descargo de la mujer al insistir en que ella no es consciente de estar en venta. Ellas, realmente, creen en el amor. Lo que pasa es que su amor no es igual que el del hombre, lo que por otra parte constituye un argumento más en contra de la seudoteoría del Diseño Inteligente: ¿qué clase de Dios tarado crearía dos sexos complementarios que tienen tan diferente concepto del amor? Cuando la mujer se abre de piernas ante un millonario siempre se justificará explicando que está enamoradísima de él, y el caso es que ellas mismas se lo creen. Pregúntenles si se hubieran enamorado del mismo hombre en caso de que fuera pobre, y les responderán ofendidas que por supuestísimo que sí, sin embargo, pónganles delante a otro hombre más rico y ya verán qué pronto se desenamoran del primero para "enamorarse" del segundo, y una vez más estarán convencidas de lo genuino de su amor. Amor que en DCC no nos atrevemos a poner en duda, pero expresando nuestra convicción de que el objeto de ese amor no es hombre alguno, sino su cuenta bancaria.


(PRÓXIMO CAPÍTULO: Las edades del puterío).

16 comentarios:

la doctora yvonne dijo...

Estimado Leónidas,
también existen, te lo recuerdo, hombres que se emparejan con una mujer porque ésta tiene dinero, hombres interesados, escaladores, advenedizos.

Es idiota pretender que la codicia, un pecado viejo como el mundo, sólo atañe a la mitad de la humanidad.

Se nota que trabajas duro para convencerte de que tu deprecio por el sexo opuesto al tuyo tiene una justificación.

Te aconsejo a tí y a todos los misóginos, que no busquen esa justificación en teorías extrañas, tiradas de los pelos, sino en su propia historia personal.
Saludos!

Anónimo dijo...

Iba a contestar un comentario largo y justificado, pero es que no merece la pena. ¿Para qué?

En lugar de ello te recomiendo que la próxima vez que hagas largas disertaciones sobre genes y evolución leas antes "El gen egoísta" de Dawkins o cualquier otra obra científica sobre biología evolutiva. Según la hipótesis del gen egoísta, la búsqueda femenina de la seguridad para la crianza de sus hijos es un hecho, pero se traduce en la selección de una pareja fiel, y no en la garantía de acceso a recursos materiales. Por supuesto que Dawkins no tiene por qué tener razón. Al fin y al cabo esto es una hipótesis. Pero leer algo sobre el tema al menos te dará las bases para entenderlo, porque todo lo demás son disertaciones estériles sin fundamento.

No es que no tengas derecho a plantear tu propia hipótesis, pero yo por mi parte confío más en otras teorías evolutivas. O a lo mejor es que soy demasiado clásica y no termino de entender esta "ciencia de vanguardia".

Besos,
Miri

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Yvonne, hola. ¿Qué tal, cómo estás? Te veo muy bien.

Miri:

[Iba a contestar un comentario largo y justificado, pero es que no merece la pena.] La Asociación de Chorlitianos Lectores Indefensos te agradece el cambio de opinión, de verdad.

A ver, o sea, que tú has pensado que mi tratado puteril es una cosa científica y tal, ¿no? Pues estamos apañaos. Cienes y cienes de veces te dije que el ácido lisérgico se toma en pequeñas dosis.

PD: ¿Dawkins? ¿Quién es ese don nadie? ¡Qué sabrá él!

PD2: Esto no es un ataque personal, es una broma.

PD3: ¡Golfa! ¡Arpía! ¡Bruja! ¡Pérfida!

PD4: La PD3 sí era un ataque personal

PD5: Para que veas la diferencia.

PD6: Este recurso estilístico de las posdatas interminables y numeradas lo aprendí de Montoya.

PD7: No vale hacer rimas de mal gusto con ese apellido.

PD8: No enlazo su blog porque no le gusta tener visitas.

PD9: Por el culo se te mueve.

PD10: Ya he terminado.

Anónimo dijo...

Veo que no has entendido nada. Vuelve a leer mi comentario. Yendo sobrio, se entiende.

Besos,
Miri

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Será que no lo entendí, Miri. Pero el caso es que me la has jugado con malas artes: Por fin decides dejar un comentario de tamaño razonable, pero entonces... ¡ME MANDAS VOLVER A LEERLO! Eso es trampa. Para eso me dejas un comentario el doble de largo pero lo leo una sola vez y se consigue lo mismo.

Anónimo dijo...

Lo de "sobrio" iba en serio.

Besos,
Miri

Anónimo dijo...

Mi papá ha muerto. Ha metido la cabeza en el horno y ha abierto el gas. Sus últimas palabras fueron algo así como:

"¡Pero qué cansina, dios mío! ¡Qué cansina que es la Miri!"

No sé qué quiso decir. Lo echaré de menos.

Anónimo dijo...

Hay que ver las sandeces que se pueden decir cuando uno no tiene nada que decir...

Anónimo dijo...

Pero mira que llegas a ser cabrón, Leó. Te recuerdo lo sensible que es nuestra Miri -aquella conversación que mantuvimos las tres, y que casi termino con la autoestima la pobre chica-.

Y tú, Miri, parece que no lo conozcas, joer. Es que os gusta escucharlo, coño.

P.D.

Mi más sentido pésame, Gusi. Aunque no le apreciaba, ni le consideraba un amigo, creo que el mundo estará mejor sin él.

Anónimo dijo...

P.D.: Tu entrada MUY larga (por dios!).

P.D.2: Aparte de ser MUY larga es repetitiva y bastante cansina.

P.D.3: No creo que leas esto por razones obvias (recordemos tu cabeza dentro del horno).

P.D.4: Así que confío en que Gusi (ese gato pijo que se lava, ya sabes) te lo haga saber.

P.D.5: Con qué cojones rima Montoya?

P.D.6: Montoya NO es mi apellido.

P.D.7: Por TU culpa he arrastrado un sueño de la hostia todo el jodido día.

P.D.8: Jerez no es una puta isla.

P.D.9: Dice mi pare que quiere hablar contigo seriamente.

P.D.10: Sé que me amas, la pregunta sería: ¿CUÁNTO?.

MO.

GUIZMO dijo...

Hay una parte del discurso con la que estoy absolutamente de acuerdo. Es más, alguna vez lo he comentado con alguien (a quien no le sentó demasiado bien pero bueno): el "hombre protector de la prole" de antaño hoy en día ya no es el más fuerte físicamente sino el más adinerado. Eso es algo bastante innegable. Y de ahí se pueden sacar teorías parecidas a las de Leónidas que de tontas no tienen un pelo. Él las lleva a un extremo y puede que generalize y utilize palabras ofensivas pero repito: es una teoría bastante interesante y profunda en el fondo.

marmotilla dijo...

Cierto, guizmito. Me voy a buscar a alguien con más dinero que mi actual pareja, que no creo que sea demasiado difícil.

Tú también te montas unas teorías qu dan asquito.

Anónimo dijo...

Jajajaja, Javi. Me acuerdo de la conversación... menudo soponcio pasé. Es que mira que sois crueles... y yo mira si soy herible...

Un besito, y me alegro de leerte de nuevo, señal inequívoca de que sigues vivo.

Ta pronto,
Miri

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hostia, Guizmito, la has cagado, macho.

benzodiacepinas dijo...

dando la vuelta, el hombre es promiscuo por naturaleza. Qué le hacemos, somo así de putas.

el problema vendrá, cuando no necesitemos a los hombres... extrapolemos al máximo. Los hombres están acabados, mujeres independientes. El día que los niños se encarguen por catálogo, estaremos perdidos.

Anónimo dijo...

Leónidas levantas pasiones jajaja por supuesto q imagino q el artículo fuera de pretender q se tome en serio lo q en realidad pretendías era despertar la risa. Pues si, lo has conseguido me he reido un buen rato. Seguiré leyéndote.