Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

domingo, 1 de agosto de 2010

La maldición de las dos estrellas de ocho puntas


Tómese buena nota del terrible secreto que he descubierto, pues temo que tras revelarlo seré silenciado para siempre.

Y después de este principio tan intrigante lanzo una pregunta: ¿Están malditos los tenientes coroneles españoles?

Ahora, tras formular tan dramática cuestión arrojo la única respuesta posible: Sí.

Ya está, el secreto ha sido desvelado, y hasta ahora solo yo lo conocía. Podría dejar las cosas así; sin explicaciones, sin argumentos, sin pruebas, sin nada. Pero eso sería una jodienda para los espíritus curiosos que adivino tras cada uno de los gentiles lectores que pierden su tiempo en esta chorlitesca bitácora, y yo, que hoy me siento tan amante de la verdad como Íker Jiménez y tan honesto como un político en elecciones no dejaré de demostrar mi rotundo aserto.

Antes de nada hay que aclarar que el origen de la maldición que pesa sobre los tenientes coroneles está en el símbolo maléfico que ostentan como divisa: las dos estrellas de ocho puntas.



Divisa de teniente coronel: signo del mal

Y ahora, para que no se diga que yo estas cosas me las invento, voy a demostrar mi tesis mediante irrefutables pruebas:


1ª PRUEBA


Teniente coronel Tejero, un guardia civil con vocación de payaso

23 de febrero de 1981. Un teniente coronel de la Guardia Civil llamado Antonio Tejero Molina le hizo el gran servicio a España de dejarla en ridículo ante una atónita Europa que pudo ver como un señor vestido de verde, con una pistola en la mano y un sombrero de
toreador en la cabeza secuestraba por unas horas la libertad española, reciente y penosamente conseguida tras cuarenta años de dictadura militar y representada por el Congreso.

Memorable escena de la heroica gesta. (Ojo al detalle del anciano que permanece en pie, con los brazos en jarras e impasible el ademán cuando los asaltantes ametrallan el techo y mientras el resto de políticos se hacen un ovillo en sus escaños; ese señor era el Vicepresidente del Gobierno, Excelentísimo señor Teniente General Don Manuel Gutiérrez Mellado, y en este blog se habla de él con reverencial respeto, por lo de aquel día y por todo lo demás):





2ª PRUEBA

Pocos meses después del bochornoso tejerazo, en mayo de ese mismo año, otro teniente coronel, también del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, ayudado por varios esbirros tortura y asesina a tres individuos confundiéndolos con terroristas etarras. Luego intenta ocultar su descomunal cagada montándose una rocambolesca película y quemando los cadáveres. Este teniente coronel, ya fallecido, se llamaba Carlos Castillo Quero y al igual que el anterior iba de salvapatrias por la vida, sin darse cuenta el pobre infeliz de que lo que hay que salvar no son esas abstractas ideas conocidas como patrias, sino a las personas; y que a las personas no se las salva mediante la tortura, por muy terroristas que sean y por mucho que la Santa Madre Iglesia, tan piadosa ella, recomiende el dolor para alcanzar la salvación.

Teniente coronel Castillo Quero, otro para quien el honor era su divisa. Tócate la flor, María Luisa

3ª PRUEBA

Durante bastantes años no se deja notar la maldición del teniente coronel español -probablemente porque obedece a un ciclo que aún no ha sido debidamente estudiado-, hasta que en 2003 otro militar de ese mismo empleo vuelve a hacer de las suyas, el muy malevo.

Llegados a este punto es pertinente hacer notar que con el paso de los años los tenientes coroneles malditos sustituyen el casposo patrioterismo por el nobilísimo afán de trinque, supongo que siguiendo el ejemplo de nuestra digna clase política.

Tenemos así el caso del teniente coronel Luis Angulo Delgado, del Ejército del Aire, ludópata y chorizo confeso. Bueno, confeso solamente después de que un par de cabos, hartos ya los pobres de las repetidas desapariciones de dinero, tendieran una trampa al ladrón y lo pillaran in fraganti. Lo suyo les costó, por cierto, porque hasta que no presentaron un vídeo elocuente nadie les hizo caso. (Noticia completa, y atención al último párrafo).

4ª PRUEBA

En la Armada el equivalente jerárquico del teniente coronel se llama capitán de fragata, y su divisa no son dos estrellas de ocho puntas, sino un rollo de galones y cocas, y no se me ocurren casos entre capitanes de fragata como los anteriormente descritos; ¿no es eso una evidencia más de que las dos estrellas de ocho puntas son el Signo del Mal, carajo? ¿Aún quieren más pruebas, so incrédulos? ¡Pues Leónidas Kowalski de Arimatea tiene una última prueba bien fresquita! Tan fresca como que se ha publicado hoy mismo:

5ª PRUEBA

"Al teniente coronel se le incautó tras el atraco de Ibercaja una pistola, peluca, gorro..."

¿Qué, cómo se os ha quedado el cuerpo? Sí, yo también estoy flipando.

Antes de acabar quiero dejar una carta abierta a mi respetado teniente coronel atracador de bancos:

Mi respetado (pero poco, bien poco) teniente coronel:

Soy el cabo primero Pineda, destinado en el RACTA-4. Me he enterado por casualidad de sus latrocínicas hazañas y permítame decirle que estoy muy, pero que muy disgustado con usted. Llevo toda la puta vida oyendo que si la tropa no tiene clase, que si son unos tiñalpas, que si la vil tropaza esto, que si la soldadesca aquello... ¡y ahora me sale usted con estas!

No lo voy a juzgar por atracar bancos, no; además siempre me siento muy incómodo cuando me atrevo a opinar sobre las acciones de mis jefes (disciplinado hasta la tontuna que es uno). Pero hay algo que no me puedo callar y que le expongo aquí, con el debido respeto y subordinación: ¿Era necesario, alma de cántaro, que se dejara usted coger en pantalones cortos y calzando mocasines? ¿Es que no tiene usted el menor sentido de la elegancia, hombre de dios?

Atentamente, queda a sus órdenes, el defraudado cabo primero Pineda.

7 comentarios:

cachalote dijo...

Pero estas cosas no son exclusivas de Tenientes Coroneles, por ejemplo, hace unos años, un colega metió la mano en la caja de cierta administración y sustrajo una buena cantidad. No suficiente para vivir de rentas pero sí como para darse una buena vida durante bastante tiempo. Al tipo lo pillaron y restituyó buena parte de la pasta robada, el resto había volado. También era un caso de ludopatía.

Lo que ya me extraña más es el del tipo de los mocasines. Alguien al que se le suponen ciertas dosis de inteligencia y perspicacia, que se dedique a atracar bancos, de esa forma, en los alrededores de su domicilio...suena muy raro, que la policía no es tonta, y ya sabría lo que lo cogerían tarde o temprano, eso, unido al hecho de que inicie su actividad delictiva al jubilarse, creo que es todo un síntoma de que el hombre está desequilibrado. Hay quien se toma la jubilación muy mal.

Por otra parte, espero que la indumentaria de pantalones cortos y mocasines fuese parte de una endiablada estrategia de camuflaje que no alcanzamos a comprender. Por ejemplo, si llevase sandalias con calcetines, en algunas partes de Mallorca, lo harían pasar claramente desapercibido entre las hordas de turistas germanos XDDD

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Cachalote, ya, ya sé que estas cosas no son exclusivas de tenientes coroneles, por desgracia. De hecho lo que me fastidia es que sea precisamente un tecol quien las haga, pues a pesar del tono hijoputesco de la entrada lo cierto es que respeto enormemente a los señores de las dos estrellas de ocho puntas.

Puede que el atracador de los mocasines y pantalones cortos esté algo ido tal como dices, en cuyo caso se justifica la innoble indumentaria; pero si se trataba de un disfraz ese hombre no tiene perdón de Gusifluky. Yo es que soy muy maniático para eso de los pantalones cortos y los mocasines, sean en conjunto o por separado. Los mocasines para los indios de las películas -Toro Sentado, Caballo Loco, Lagartija Tumbada, Cocodrilo Contumaz y todos esos-; y los pantalones cortos son para hacer deporte o para ir a la playa, ¡jamás para atracar bancos!

Es que atracar bancos a mano armada es una labor con cierto riesgo de acabar siendo muerto a tiros o esposado ante periodistas. En el primer caso aparecería la foto del ladrón en un charco de sangre y con pantalones cortos, lo que queda la mar de cutre y antiestético; y en el segundo caso es vergonzoso, chabacano, vulgar y ridículo verse en la primera página de un periódico engrilletado y en pantalones cortos. Y más si eres teniente coronel y tienes 55 años. Coño, qué poca clase. Esas cosas hay que tenerlas en cuenta antes de atracar un banco. Vamos, digo yo.

Anónimo dijo...

hola chavales,
no estoy de acuerdo, es coger el rábano por las hojas, dime en que área, orden o sector no encuentras 5 casos chungos.

Faber

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Faber, no es más que una broma.

cachalote dijo...

Como me ha picado la curiosidad me he puesto a mirar cómo es eso del escalafon y cómo se progresa en él.

Mi conclusión es que el sistema es una verdadera putada tal como está montado. Unos ascienden por el simple paso del tiempo y otros ni queriendo...No se trata de que todo el mundo llegue a lo más alto, pero sí, al menos, debería existir la opción de que quien se forme y tenga experiencia, pueda optar a ascensos más allá de su escala.

Vale, que yo lo veo desde fuera y sin tener ni idea, pero lo que no es de recibo es que pueda haber gente que interés y ganas que no pueda progresar por la absurda rigidez del sistema.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

No sé, Cachalote, yo no lo veo tan mal.

cachalote dijo...

Ok, me fio de tu palabra, no me hagas caso, es lo que tiene leer cuatro cosas y sacar conclusiones así a la ligera.

Saludos