Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Coronel Russell Williams, el grandísimo hijo de puta que dejó en mantillas a mi perversa imaginación

Que sí, coleguita, que sí, que eres muy guay, pero baja ya la manita.

Lo que son las cosas. El 20 de febrero del año en curso publiqué en este blog la primera parte de un cuento titulado Los diversos suicidios del teniente Núñez, y poco después, el día 28, publiqué la cuarta parte, donde se dice acerca del perfecto y prometedor teniente:

"[...] con su gesto imperturbable de machote... cuando de repente se le cae el pantalón y quedan a la vista unas robustas piernas cubiertas con medias y ligueros de encaje, ¡por no hablar de las bragas rosas de lencería fina!"

Pues hete aquí que ahora, ocho meses después, el mundo ha conocido a un espécimen de brillante militar, el coronel canadiense Russell Williams, que comparte con mi ficticio teniente Núñez el fetichismo por la ropa interior femenina. Hasta aquí Leónidas 1 - Realidad 1. Sin embargo el coronel Russell Williams fue mucho más allá de lo que fue mi desgraciado personaje, como ya sabrán todos ustedes (y si no lo saben aquí lo tienen), ergo Leónidas 1 - Realidad 10 (por lo menos).



Este "asuntillo" del coronel Russell Williams supera de largo al otro "asuntillo" protagonizado recientemente por un teniente coronel español (y del que curiosamente solo se hizo eco la prensa local -¿por qué?-); pero uno y otro "asuntillos" me tocan especialmente las pelotas. A mí estos "asuntillos" de jerarcas militares me duelen, porque escogí la profesión militar creyendo aquello que decía el Soldado Lope de Vega :

Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que el adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.

Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.

Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.

Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.

Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.

Y me sigo esforzando por creer en las palabras de Lope a pesar de todas las traiciones que, sin tener que remitirme a noticias escandalosas, he sufrido por parte de mis jefes. A pesar de los pesares, aquí como me ven, tan irreverente y tan rebelde a veces, resulta que quiero a mis jefes, y mis jefes son todos los oficiales y suboficiales de países con los que España forme alianza. Por eso lo del coronel canadiense me jode hasta no saben dónde. Y por eso con él, si en mi mano estuviera, sería más duro que con cualquier otro; porque me inculcaron que mis jefes militares son lo mejor que puedo tener como jefe, y esto es una doble traición: me han traicionado como ciudadano, y me han traicionado como soldado.

12 comentarios:

Cristina dijo...

¿la cortesía, el buen trato y la paciencia? ¿Esas son virtudes de tus jefes? ¿O más bien deben serlas de los soldados hacia ellos?

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

CRD, son virtudes teóricas del militar según Lope de Vega, independientemente del puesto jerárquico.

Cristina dijo...

En un mundo ideal, supongo.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Supones bien, peque.

Anónimo dijo...

Un profesional es profesional mientras trabaja, luego su vida privada la considero cosa suya, exceptuando a los curas, que son curas siempre, por eso son consecuentes con su travestismo y siempre van con faldones largos (para que no veamos las puntillas).

Pero claro, luego leo que el coronel era violador y asesino... y encima... jefe de la base aérea de Trenton, joder macho!! ¿No le notabais nada raro a este tio?

Mondejar.

Gerardo dijo...

Ese tío es un asesino en serie psicopático, lo que pasa es que lo pillaron muy pronto.

Anónimo dijo...

Que los militares son todos unos asesinos no es ninguna novedad.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Mondéjar:

Lo de que este sujeto vista ropa interior de señora es una anécdota que no pasa de ser levemente cómica, y creo que me importaría un pepino si descubriera que uno de mis jefes directos hace lo mismo, de hecho es notorio en Cádiz mi número de drag queen en algunas discotecas y salas de fiestas. ¡Pero lo otro...!

Gerardo:

Pues sí, a este elemento se le han truncado dos prometedoras carreras a la vez.

Anónimo:

Exactamente. Yo debo de ser un perfecto fracasado, porque en más de dieciséis años de servicio aún no he matado a nadie. Jo, encima de asesino, ¡incompetente!

Rocket dijo...

Estimado Leónidas y concurrencia,

En colectivos grandes hay de todo. Es un axioma.

Buenos, malos, regulares, vagos, chulos, pánfilos, sobrados, apocados, violentos, timoratos, con sentido común, descerebrados, drogadictos, currantes, desquiciados, peligrosos, inofensivos o pintamonas. Ellos o ellas que tanto da.

El Ejército no es, obviamente, una excepción.

La camaradería no es una cuestión de rango o empleo, es una cuestión de profesionalidad y operatividad. No por ello un superior saldrá de copas con sus subordinados, o sí. Eso queda en el plano personal.

A la guerra no se va uno, si puede evitarlo, con alguien a quien o que le odia.

Una vez, en un comentario en este blog, hablé de la gestión de personas y algún otro comentarista me tachó, poco menos, que de maricón.

¡Ajá!, ¿y entonces tenemos robots en los cuarteles y yo no me he enterado?

Con respecto al canadiense... ¡matarile con deshonor!

Saludos,
Rocket

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Rocket, sí que hay de todo en las FAS y sí que entiendo que así sea, pero entre otras muchas razones me hice milico profesional creyendo que así me rodearía únicamente de gente de buena fe. Ya ve, iluso que es uno.

uno que ya es viejo dijo...

Recuerdo una viñeta en un libro antiguo: -"la juventud es idealista romantica y quijotesca" decía el profesor, a lo que un alumno replicaba -"claro yo con el dinero que tengo no puedo ser otra cosa"

A este capullo, lo que se la pone dura es el poder, el poder sobre la vida de otros, sólo es coerente en su camino al orgasmo, aburrido de mandar a descubierto el placer de matar.

Aquellos soldados de Lope, aquellos tiempos, poco tenían que ver con estos.

hipy melenudo dijo...

Anonimo,mira majo eres mas simple que el mecanismo de un sonajero.