Sus Afónicas Majestades

(Texto proveniente de Spaces, donde se publicó el 16 de Agosto de 2006).

Pues sí, 80 € la entrada más barata. 360 otras. Juas. Y van y cancelan el concierto, los muy guays. Vaya con los Rolling Stones de los cojones.

Tiene que joder que te hagan esa guarrada, pero en cierto modo me alegro (el Cabeza de Chorlito es así de miserable) porque hay que ser gilipuertas para pagar 60.000 pelas por una entrada. Quien paga esa cantidad por ver a unos ancianos berreando es un desequilibrado, y a lo mejor este encontronazo con la realidad, simpre tan puta y tan bromista, le inyecta algo de sensatez. O no es un desequilibrado, tal vez sea otra cosa, no sé si peor, igual o mejor. Puede que se trate de uno de esos tiparracos sobradísimos de dinero que no se pueden mezclar con la plebe, sentaditos en el césped. No, por Dios, ellos no, ellos tienen que ir a su zona VIP, a escasos metros de los rockeros, a ver si hay suerte y pueden ser rociados por los salivazos del Jagger. Pues toma, ahora el mismo Jagger ha decidido que esa gente, a pesar de poder permitirse esa entrada de 360 eurazos, no es digna ni de los escupitajos de Su Satánica Majestad. Eso es chulería y lo demás pamplinas.

Debo confesarles, pacientes lectores, que sólo he comprado un disco original en mi vida, y era precisamente de estos tipos. Forty licks, se llama. Una recopilación que compré sólo por la canción Pain It, Black. Me costó un dineral y os juro por David Bravo que nunca más volveré a hacer tal cosa. Pero bueno, que sí, que vale, que hay cosas de los hoy Afónicas Majestades que me gustan, sin embargo lo que han hecho es una cerdada, desde luego. Es evidente que están viejecitos y no se pueden dar mucha caña, y claro, han decidido reservarse para los dos conciertos que tienen en Londres dentro de unos días. Y es que uno pone en la balanza Londres y El Ejido y... Uy, coño, qué risa más tonta me acaba de entrar.

Pero se me quita la risa pronto a mí. Me basta con recordar la entrevista radiofónica al alcalde de ese pueblo almeriense que he escuchado esta mañana. Según él, a pesar de la decepción, el frustrado evento ha sido rentable para El Ejido. Los hoteles llenos, la hostelería sacando unas perras, ya saben, lo de siempre. Además, El Ejido ha sonado mucho en el mundo. Ha sonado muchísimo, justo todo lo que no han sonado quienes tenían que hacerlo. Triste eso de alcanzar fama mundial gracias a quien te humilla. Pues muy bien, señor alcalde, así que su pueblo ha sacado una pasta a pesar del fracaso, gracias a los ilusos que se han desplazado hasta allí y han petado los hoteles, y que les den mucho por culo ahora si se quedan sin ver a sus ídolos, lo importante es que han vaciado las carteras en beneficio de su alcaldía. Cuénteselo, insigne alcalde, a esos descerebrados que se han gastado un dinero que en algunos casos no tienen para ir a su pueblecito con el objeto de ver a Sir Jagger (ya le dan título nobiliario a cualquiera, el Apocalipsis está cerca) and company, venga, hombre, sea valiente y dígales a la cara a esos que han hecho un intenso esfuerzo económico para estar allí que no pasa nada, que para Usted ha sido muy rentable la broma. Dígaselo y después sea tan amable de contarme la cara que se les ha quedado. Listillo, que es Usted un listillo.

En fin, habrán deducido que no soy muy amigo de conciertos, y menos de los de este tipo, que por mucho que me los disfracen de arte y cultura yo estoy convencido de que son otra cosa. Ahora les confesaré otra barbaridad del Cabeza de Chorlito, parecida a la del único disco comprado: Sólo he asistido a un concierto en mi maravillosa vida. Fue en un teatro y el concierto lo daba un tal Luis Eduardo Aute, y en verdad sólo fui porque me invitó cierta profesora de francés a la que me quería tirar. Y oigan, la cosa funcionó, pero eso ya es otra historia, como diría Michael Ende.