Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

sábado, 31 de marzo de 2007

Sobre libros y ladrones


(Publicado originalmente en Spaces el 9 de Diciembre de 2006).


Tras las pertinentes consultas con mi asesora legal sé que ya puedo publicar esto tranquilamente:

Leo libros. Sí, en serio. Llámenme pervertido o bicho raro, pero no quiero engañar a nadie y me confieso: leo libros, ya saben, esos extraños objetos rectangulares compuestos por cientos de páginas que cuentan cosas. Soy así de rarito.

Y además, ya puestos a confesarnos, les diré que deseaba tener mi propia vivienda para dedicar un espacio a lo que sería mi biblioteca. Una biblioteca humilde pero mi biblioteca al fin y al cabo. Una microbiblioteca en la que falta de todo, pero en la que no sobra nada. Los libros nunca sobran. Pueden faltar, pero sobrar jamás.

Acaparo libros casi de un modo enfermizo. No los busco en bibliotecas públicas porque libro que leo libro que se queda en mis estantes. Devolver un libro que me ha gustado me revienta, pero lo devuelvo si ha sido prestado, y luego me toca comprarlo sólo para sentir el placer de buscarle su sitio alfabético en mi pequeña biblioteca. Así que hace muchos años que dejé de visitar bibliotecas públicas. Ahora directamente los compro y punto.

Tuve una excelente profesora de Lengua y gran lectora que una vez nos dijo: "Hay dos cosas que a la gente le cuesta devolver: el dinero y los libros". Yo era un niño cuando oí eso, pero no sólo no lo he olvidado sino que además mi experiencia lo suscribe.

Esa misma profesora nos contó a sus pupilos el caso del robo que sufrió en su domicilio, y nos resaltó el hecho de que las grandes cajas de libros que tenía permanecieron intactas para los ladrones. Los libros no interesan a los cacos.

O sí. Hay chorizos muy raritos.

Hará unos diecisiete años, aprovechando un puente, alguien asaltó mi colegio. Rotura de cristales, cerraduras forzadas, expedientes desaparecidos, pintadas en las paredes...

... y este cabeza de chorlito tuvo conocimiento de todo aquello antes que la policía y que cualquier profesor. Digamos que Leónidas estaba bien relacionado por aquellos tiempos. Entre mi pandilla se encontraba lo más granado del barrio. Siempre he sentido debilidad por el lado oscuro.

Leónidas se puso una mochila al hombro, se armó de una linterna y se infiltró en ese edificio enorme mientras sonaban los truenos y los rayos iluminaban fugazmente su camino. Una maldita noche de tormenta y truenos. Una noche perfecta para lo que Leónidas hizo.

Leo fue a la Sala de Profesores, teniendo todo ese colegio opresor a su disposición en una noche tormentosa. Y ahí dejó un regalo en uno de los vasitos de plástico que usaban los profesores para tomar café, y después metió ese vasito en el congelador, un recuerdo. Estoy seguro de que andan dotados de la necesaria imaginación para saber qué contenía el vaso. Qué quieren que les diga, era todo muy excitante, joder.

Después este cabeza de chorlito inspeccionó la pequeña biblioteca del colegio, y robé un par de libros. Para eso había llevado la mochila. Las revistas pornográficas que descubrieron bajo llave en un cajón de mi profesor de Matemáticas a mí no me interesaban tanto, yo sólo quería libros. Fueron dos solamente, y recuerdo cuáles eran y por qué razones los escogí. Me van a permitir que ese pequeño secreto me lo reserve.

Una vez fui un ladrón. Un ladrón rarito aficionado a la poesía.


1 comentario:

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Comentarios importados desde Spaces:

Carabiru
Yo espero tener en mi casa una biblioteca, espero que grande, aunque de momento es más bien escasa, al menos para mi gusto.
Últimamente leo mucho libro prestado, más que nada porque mi carrera me hace gastar un montón de pasta, y los libros van muy caro y mi presupuesto es más bien pequeñito... aunque voy apuntando los libros que quiero que figuren en mi colección en un futuro.

Jejeje, cuando veo una gran biblioteca se me hace la boca agua, y siempre pienso que si me tocara la lotería me compraría una librería enterita, no se donde la metería, pero ese es otro problema distinto.

No llego a los 160 libros, pero leo una cantidad bastante considerable al año, de pequeña era la rara de la familia, la rara del cole, la rara del pueblo... sí, esa que se sienta por la tarde en las escaleras de fuera con un libro un ratillo todos los días... la que iba cada dos días a la biblioteca del cole a coger un libro nuevo...

Me alegra comprobar que hay más raritos como yo por aquí.
09/12/2006 22:55
(http://carabiru.spaces.live.com/)

Álex
Sí, 160. Cuando estés en verano aburrido en un apartamento durante 20 días creo que lo comprenderás. Esas vacaciones me leí todos los que había en el puto kiosco que había cerca de donde yo estaba. El resto del año leo por la noche una hora y media o por ahí. Si el libro está interesante ya me quedo toda la noche hasta que lo acabo.

Yo lo vivo, lo de leer
09/12/2006 20:15


Leónidas


Perdón... ¿160 este año?

Sin comentarios...

09/12/2006 18:57
(http://cabezachorlito.spaces.live.com/)

Álex
¡¡Cómo que (sin nombre)!! ¡¡Yo soy Álex, cojones!!
En fin, supongo que entre Javi, Tesa, tú, yo, y algún otro despistado podríamos crear un grupo de "Lectores anónimos"
Yo tengo toda mi habitación llena de libros. Sí, no tengo las típicas estanterías con Action Man, jugadores del Madrid o fotos de Pamela Anderson, Jenna Jameson y Jessica Alba. Yo tengo libros. Libros en la mesita, en las estanterías, en los cajones, en los armarios, debajo de mi cama... Ya no me caben más libros, llevo este año leídos más de 160. Propios, sin ser prestados claro. Estoy mal, muy mal... Mira que prefiero quedarme leyendo que salir con mis "amigos" por la calle...
Soy rarito.

PD-Que regalo más bonito que dejaste en la nevera. Yo me encontré una sustancia parecida entre las páginas de un libro de la biblioteca de Arganda del Rey... Una de las razones por als que dejé de ir
09/12/2006 18:30
(http://alxsalamanca.spaces.live.com/)