Instrucciones para bañar un gato

(Publicado originalmente en Spaces el 29 de Diciembre de 2006).

Hoy vamos a ponernos didácticos. El profesor Cabeza de Chorlito les va a enseñar cómo bañar a un gato y que además éste disfrute con la experiencia. Lo primero que tienen que hacer es olvidarse de esa leyenda según la cual los gatos odian el agua, y a continuación deberán proveerse de los siguientes elementos:

• Un gato vivo. (Si el gato está muerto también vale, pero no sería tan divertido, qué va, dónde va a parar...)
  
• Un calefactor.
  
• Una bañera con mampara.
  
• Champú para gatos.
  
• Un pequeño juguete de menor densidad que el agua. Es decir, cualquier cosa que flote.
  
• Mucha paciencia. Unos cuatro kilos de paciencia podrían ser suficientes si todo va bien, pero tratándose de gatos es difícil establecer una cantidad exacta.

Es importante familiarizar al gato con el agua en los días previos a su primer baño. Para ello abriremos un grifo y dejaremos que el gato juegue a cazar el chorro de agua. Lo pone todo perdido pero merece la pena.

Tengan ahora en cuenta que cabe la posibilidad de que el gato aprenda a abrir el grifo, sobre todo si se trata de un grifo monomando. Si se diera este caso surge un problema, porque el gato es un ser desaprensivo desprovisto de toda conciencia ecológica, así que abrirá los grifos, pero después se olvida de cerrarlos. Para evitar este contratiempo lo mejor es que ustedes manipulen los grifos cuando el gato no mira.

Llega el día del baño. Se encerrarán en el aseo el gato, el calefactor y usted. Enciendan el calefactor y esperen a que el ambiente esté bien caldeado. Desnúdense pero tengan la precaución, especialmente los varones, de dejarse puesta la ropa interior. Recuerden que los gatos se sienten atraídos por los objetos que cuelgan. Si el "objeto" no estuviera colgando hallándose, por contra, en estado erecto usted es un guarro, hombre, y habría que retirarle inmediatamente la custodia de ese gato.

Ahora coja el champú, el juguete y el gato. Métase con todos estos elementos en la bañera, que debe estar vacía, y cierre la mampara. No deje de hablarle en tono cariñoso a su gato. Lo que le diga no es importante, pueden decirle incluso "puto gato de mierda vas a tragar agua hasta reventar", lo que sí es importante es que sea en tono tranquilizador. El gato debe sentirse seguro y confiado, así que evite gritos y movimientos bruscos.

Bien. Abra el grifo de la bañera poco a poco y aproveche para ir ajustando la temperatura del agua. Debe ser caliente pero no mucho, recuerden que gato escaldado hasta del agua fría huye, además se trata de bañar al gato, no de cocerse él y usted, pero tampoco permita que el gato pase frío.

Si todo va bien llegados a este punto el gato se lanzará a jugar con el chorro de agua y mientras tanto usted tendrá la astucia de poner el tapón del desagüe. El nivel del agua irá subiendo poco a poco y su gato ni se dará cuenta. Cierre el grifo antes de que el agua cubra el lomo de su gato. Si el gato empieza a flotar o, lo que es peor, respira agua, se asustará y habremos echado a perder toda la operación.

Es el momento de enseñarle el juguete (bastará el tapón de plástico de una botella). Jueguen con su gato, muéstrenle que si se le da un pequeño impulso al tapón-barquito éste se desliza sobre la superficie. Lo normal es que el gato quiera repetir la maniobra por sí mismo, aunque sus movimientos serán lentos e inseguros.

¡Eviten reírse del ridículo aspecto del gato mojado! No lo humillen, su gato también tiene sentimientos.

Ahora usaremos el champú para gatos. En su defecto sirve champú para niños. No le enjabone ojos, cara ni orejas. Después proceda al aclarado como buenamente pueda. Repita el paso de enjabonado y posterior aclarado.

Su gato ya está limpito, pero le recomiendo que siga jugando con él en la bañera para que se termine de sentir cómodo en el medio acuático, lo que facilitará futuros baños. Den por terminado el remojo cuando el agua se haya enfriado demasiado o cuando el gato dé señales de inquietud.

Ahora llegamos al capítulo del secado. Es importantísimo secarlo bien antes de que se enfríe. Si usted quiere que su gato se muera puede omitir el secado, en caso contrario proceda a secarlo con una toalla. Usar el secador de pelo no es buena idea, y mi ojo de cristal me lo recuerda todas las noches cuando lo dejo en un vaso con agua sobre la mesita de noche. Tampoco pretenda secar al gato en el horno microondas, a su gato no le gustará y a usted menos cuando tenga que limpiar los pegotes de gato adheridos a las paredes del horno. No lo deje salir del aseo hasta que esté totalmente seco y esponjoso. Advierto que el gato olerá rico, resista la tentación de comérselo.

Hemos terminado. Si todo ha ido bien su gato intentará ducharse con usted a partir de esta experiencia. Con Gusifluky me pasa.

Sabía que tenía que ser CIERTO, jo, jo, jo...