Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

lunes, 2 de julio de 2007

Hasta la polla


En el momento de escribir esto son las 6:10 de la mañana. No es que haya madrugado mucho, es que no me he acostado, ni me acostaré. No me han dejado, como tantas otras veces.

Las puñeteras amigas vampiresas que tengo siempre me la juegan. "Ay, Leo, ven, te necesito, tengo que hablar..." Sí, ahora se llama hablar, pero las muy cabronas sólo sienten esa imperiosa necesidad dialogante de madrugada. Últimamente me he puesto duro, salvo que sea viernes o sábado: "Tía, esto se tiene que acabar. Recuerda que trabajo y a las ocho tengo que estar en mi puesto", es más o menos lo que respondo. Pero a ellas les suda el coño, porque ellas son el centro del Universo y lo demás no cuenta. Si además se ponen a llorar desconsoladamente, como ocurrió esta mañana, ya ni les cuento.

Acaba de llamarme Yolaida, muy enfadada porque la metí en un taxi sin irme con ella a su casa, y también porque le he confesado que mañana --hoy-- he quedado con otra. Lo cierto es que yo me quedaba con Yolaida, quizás por la costumbre, pero aún no puedo decidir porque no me he follado todavía a la otra, así que ya veremos.

No sé, es que todo me parece una gran gilipollez. Yolaida folla conmigo pero se avergüenza de mí ante sus amigos porque no visto según las modas, pero en secreto me busca cuando está harta de babosos vestidos a la moda y necesita un buen polvo, la criatura. Patético. La otra no puede hablar de mí abiertamente porque tiene pareja... Más patético aún.

Por otro lado tenemos a la otra, de la que empiezo a pensar mal, porque si he quedado con ella es porque está hasta el cuello de deudas y necesita un préstamo, pero un préstamo en metálico ya que tiene no sé qué problemas con su cuenta... ¿No es raro todo esto? Ahora me veo atrapado porque tengo que determinar si se trata de una puta con estilo o de una damisela en apuros. Lo primero es reprobable; para lo segundo siempre contarán conmigo, cual anacrónico Don Quijote.

Son las siete horas y cinco minutos de la mañana. No puedo seguir con esto, he de ponerme el uniforme.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Te va la marcha, hijo

Carabiru dijo...

A ti te pasa cada cosa que alucino.

Las mujeres se aprovechan de tí querido Leónidas, no les dejes, son maaaalas, o eso le dice mi abuela a mi hermano, a mi me dice que son los hombres los malos, ya ves.

Anónimo dijo...

Fantasmaaaaaa ;-PPPPP

Mayolongo dijo...

Me recuerda a las peliculas de Pajares y Esteso, ya sabes a beber mucha leche y nada de prestamos.

Viajera solitaria dijo...

Bufff! Como dice Tesa, te va la marcha. Eso sí, prueba a hacer lo contrario. Llámalas tú un día de madrugada para que te echen un cable porque tienes un problema... ya verás como salen todas corriendo... por suerte o por desgracia ya me conozco ese percal...

Un besito a todos.

Anónimo dijo...

Y no hay quien te busque por lo que eres? Por ese extraño sentimiento llamado amor?

Que triste...

Anónimo dijo...

Pues para estar hasta la polla de salvar tanta damisela, se te ve muy orgulloso de ello.

Un saludo

Anónimo dijo...

yo tb kiero salvar damiselas....

Sensei Katorga dijo...

Vaya, fermosas damiselas acuden a su jergón, ávidas y sudorosas de un buen
...
Con su permiso, Leónidas, le agrego a mi lista de blgos.
Mi blog : http://lakatorga.blogspot.com/

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Bum, bum, bum... (En este momento poco más puedo decir). Bum, bum, bum... ¿Corazón, pasión, deseo, atracción por la belleza? Bum, bum, bum... ¡Parad esto! No permitáis que publique mis viejas historias... Bum, bum, bum... Joder, es tan guapa... Bum, bum, bum...