Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

viernes, 6 de julio de 2007

Orzuelos, embarazadas, anillos de oro y gatos



Desengáñense, a pesar del título esta entrada no va sobre ninguna extraña desviación sexual, sino sobre experiencias... ¡sobrenaturales! Titotatín... tatín...

Desde hace dos semanas luzco en el párpado superior izquierdo un precioso y elegante orzuelo que me da cierto aire de distinción. En realidad tengo el ojo que parece una patata, pero lo del aire distinguido tenía su aquel, ¿a que sí? Pues bien, experiencia tan molesta y antiestética me está enseñando una serie de cosas que me tienen sobrecogido. Por ejemplo lo de la embarazada enamorada. Ah, ¿que no saben de lo que hablo? Ay, no están ustedes al día en supersticiones. Yo se lo cuento:

Resulta que, según me han referido en diferentes días y diferentes personas, cuando a uno le sale un orzuelo significa que una mujer embarazada se ha enamorado de él. Toma castañas. Cabría preguntarse, pues, a qué se debe el orzuelo en el párpado de una mujer, ¿un hombre embarazado se ha enamorado de ella, quizás? Como ven hay algo que no cuadra, pero recuerden ustedes que estamos hablando de supercherías, y para que una superchería lo sea en toda regla tiene que tener sus puntos flacos, y cuanto más disparatada mejor.

Sabe el chorlitiano lector que no soy nada amigo de creencias de este jaez, y hago bien por la cuenta que me trae. Imaginen mi angustia, mi desasosiego, si me creyera semejante tontería. Todo el tiempo acojonado, temiendo encontrarme en cualquier esquina a la susodicha con su bombo a cuestas:

Embarazada Enamorada: Oh, Leónidas, te amo. Te veo con ese orzuelo tan coqueto y se me hace el chichi pepsi cola.

Leónidas: ¡Por las barbas del profeta! Pero si es la legendaria embarazada enamorada en carne, feto y hueso...

E.E.: La misma que viste y calza.

L.: No, si calzarte está claro que algo te has calzado para tener ese bombo.

E.E.: Oh, Leo, eres tan ocurrente... ¡Estoy enamorada de ti como nunca lo estuve de ningún otro cabeza de chorlito!

L.: Puaf, pues como todas. ¿Y dónde está la noticia?

E.E.: La noticia es que... ¡Este hijo que llevo en lasentrañas mías es tuyo!

L.: Vale. Ya hablaremos de eso otro día, ahora me urge alistarme en la Legión Extranjera.

Afortunadamente para todos, especialmente para ese hipotético bebé, todo esto no son más que disparates. Pero la cosa no acaba aquí, porque también me he enterado de un remedio infalible del carajo que cura el orzuelo en un santiamén, o más exactamente en un minuto, según me aseguraba un compañero. El remedio consiste en coger un anillo de oro (tiene que ser de oro, y no del que cagó el moro) y frotarlo enérgicamente contra la ropa hasta que se caliente, después se aplica directamente en el orzuelo. Un minuto más tarde no habrá orzuelo. Otros amables y charlatanes compañeros corroboraron la infalibilidad del remedio. Ahora cabría preguntarse por qué puñetas la gente aguanta los orzuelos durante semanas habiendo un remedio tan sencillo y eficaz, ¿será, acaso, que a la peña le va eso de tener un ojo como si acabaran de pelearse con Rocky? Otra estupidez para la colección, si bien es cierto que en este caso hay una explicación para tan descabellada idea, que tiene su origen en tratamientos reales, pero deformados por la ignorancia y la superchería. Como dijo alguien cuyo nombre desconozco, pero que debía de ser un tipo interesante: "No creo en la sabiduría popular cuando se basa en la ignorancia colectiva". O algo así.

Me propuse callarles la boca a los que me aseguraban que lo del anillo funcionaba. Fue fácil. Un compañero me dejó uno de esos horteras y enormes sellos de oro, y ahí que me puse a hacer el gilipollas frotando el anillo, como un Aladino con agnosia visual. Cuando consideré que estaba bastante caliente lo puse sobre el párpado. Calidez, sensación de estar haciendo el tonto y... ¡oh, también alivio! Así estuve un buen rato. "Cuando notes que se ha enfriado tienes que volver a frotarlo", me dijeron. "¿Habrá una cámara oculta?", pensé yo. Así lo hice, muchas veces, durante unos dos o tres minutos. Nada, el orzuelo no cambió su aspecto ni siquiera mínimamente, pero algo quedó claro: el calor alivia.

Cuando quedó patente que no era cierto que en un minuto desaparecería el orzuelo cambiaron la versión. No, en realidad no hace falta un minuto, hay que estar un buen rato. ¿Cuánto es un buen rato? ¿Quince minutos o siete horas frotando anillos? Con estas cosas siempre ocurre lo mismo, los crédulos se niegan a admitir su error, y donde dijeron digo dicen Diego, y así hasta que las ranas se peinen con tupé. Soplagaiteces, en fin.

Sin embargo, y volviendo a lo que decía sobre tratamientos reales, esta del anillo de oro es una creencia que, aunque desvirtuada y exagerada, tiene una base real. Tras una somera investigación a cargo de mi primo Google descubro que los orzuelos son una obstrucción de las glándulas sebáceas que "engrasan" las pestañas. Si no hay complicaciones remiten solos al cabo de un tiempo, pero el proceso de cura se puede acelerar con la aplicación de calor, el cual dilatará los poros y liberará lo que no es otra cosa que acumulación de grasa. Esto explica la fe popular en el anillo calentado por frotamiento, pero, ¿por qué ha de ser de oro? Pues porque parece ser que antiguamente se trataban los orzuelos mediante unas curas con sales de oro, de ahí que la ignorancia colectiva llegara a la conclusión de que calentar un anillo de oro y aplicarlo al párpado funcionaría. Luego ya vienen las creencias del todo irracionales, como la que me aseguraba que en un minuto desaparecería el orzuelo. De hecho, normalmente, hacen falta varias aplicaciones diarias de compresas calientes durante varios días.

Otro asunto curioso que ha salido a la luz entre mis compañeros debido a mi famoso orzuelo tiene más que ver con los prejuicios que con las supersticiones, pero seguimos con lo mismo de siempre: la ignorancia, la maldita ignorancia, y sobre todo, las pocas o ningunas ganas de reducirla. Estos días he tenido que escuchar frases como las que siguen: "Eso va a ser por culpa del gato", "mata ya a ese puto gato", "¿Tienes un gato? ¡Mátalo!" Simpatiquillos, eh, y siempre encantados de culpar a los gatos de cualquier mal. No saben lo que se pierden por no conocerlos. Pobre Gusifluky. Vale que es un hijoputa del tamaño de la manga de una beata, pero él no tiene nada que ver con mi glándula sebácea obstruida, el pobre.

ACTUALIZACIÓN (09-jul-07): Ahora me entero de otra versión levemente distinta sobre la superstición de la embarazada. Según algunos, se trataría de una embarazada que, por despecho ante mi desprecio, me habría echado el archiconocido mal de ojo. Titotatín... tatín...

15 comentarios:

Sensei Katorga dijo...

Vaya, ya tienes para hacer un primer capítulo en un supuesto tratado de Pamemas, Engañabobos y desmanes por el estilo. Muy bueno. Un saludo murciano.

Carabiru dijo...

Si serán animales! pobre gusifluky, con lo rebonito que es!!!

Mmmmm digo yo... entonces todo marido con mujer embarazada... debería tener uno no???, claro, las muy... no están enamoradas, o quizá la alianza de oro es un antídoto/amuleto contra los orzuelos???!!!!

Por cierto, muchas gracias por la clase magistral sobre como curar un orzuelo y por qué se producen.

Ya se sabe, nunca te acostarás sin saber una cosa más.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola, Addie, paisanico. Jolines, tío, qué recuerdos de Águilas... Allí me partieron la cara por primera vez. A pesar de ello es un buen recuerdo, no te creas. Una historia con final feliz... al menos temporalmente feliz, ya se sabe que la dicha es más corta que la picha. (Joder, estoy sembrao).

Carabiru, ¿a que sí? ¿A que el Gusi es muy chico y muy lindo? ¿A que es lo más bonico que ha parío mare? ¿A que nos lo comíamos a bocaos y a besos?

Anónimo dijo...

Leónidas, no había leido de que eres de Cádiz, hace 3 años estuve allí, son las mejores playas de Andalucia, las de Huelva también.
Me encantó.
Me iria a vivir a Andalucía no lo descarto el marcharme dentro de unos años, es mi ilusión.

Anónimo dijo...

.Mis Padres son de esa zona, no diré de donde concretamente, toda mi familia por parte materna y paterna son andaluces, y aunque yo no he nacido allí, me tira mucho.
La sangre es la sangre, que coña!.
No hablo con el deje andaluz, sin embargo de mi madre se me han pegado algunas palabras, es la que más conserva el deje andaluz.
Cuando llega el verano y no puedo ir allí, lo paso fatal, me da vida el ir allí y bañarme y pasear por la playa, además me sienta muy bien aquel clima para mi salud.
¡Que envidia me das!, envidia sana por supuesto.

Anónimo dijo...

Me acabo de acordar de una cosa Leónidas, cuando estuve en tu tierra, fuí a misa a una iglesia de Algeciras y allí me encontre con una talla preciosa de Nuestra Señora del Buen Fin, me impacto y le pedí una cosa, me la concedió.
La Virgen siempre concede todo lo que se le pide con fe y con amor.
Si alguna vez vas a visitarla, dale un beso de mi parte.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Por supuesto, Rosa, cuenta con ello.

Anónimo dijo...

Graias Leónidas, ella te lo recompensara. Tiene la mano derecha extendida hacia abajo, yo pegué mi mano en la suya, me gusta hacer eso.
En Cádiz tenéis muchas Comunidades Neocatecumenales, que gente más maja.

Anónimo dijo...

También dicen que los orzuelos se curan poniendo una llave hueca (supongo que de esas que llevaban los armarios antiguos, de las abuelas) sobre el párpado.
Mi hijo, que tuvo varios de pequeño, se quedó sin que su mami probase ese infalible remedio. Ay, mira que si por incrédula tuve al niño padeciendo baños de suero caliente y pomadas desinfectantes sin motivo
mala madre soy...

Sensei Katorga dijo...

Si te partieron la cara en Águilas vente para acá, nos metemos dos ginebras entre pecho y espalda y salimos a buscar a los desafortunados . Ostias, pijo.

Anónimo dijo...

Jejeje, pues como tú dices debe de haber algún hombre embarazado enamorado de mí, porque también me salió un orzuelo hace unos meses. Por cierto, si te alistas en la legión extranGera, con g de gato, no llegarás muy lejos o... quizás esta vez también es mi imaginación... ;-)
Besitos, Miri.

Carabiru dijo...

Jajajajja!
Rosa queriéndote llevar por el buen camino.
Addie por el malo.

Y miri se te sube a las barbas!!!!

Jajajajajaja, aissss.

Salu2

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ay, Miri, admito que tengo cierto problema con las ges y las jotas. Ya me corrigió en su momento mi idolatrada Doña María Jesús, la mejor profe de Lengua entre todas las mejores profes de Lengua, pero ni por esas. Debe de ser algo así como una tara genética contra la que nada tiene que hacer el aprendizaje... ¿o aprendizage?

Anónimo dijo...

Pues yo tengo oido que un orzuelo te sale, no cuando una embarazada se enamora de tí, sino cuando te mira malamente. Sé que te hacía ilusión, pero creo que te han engañado.
El remedio de mi abuela era escupir en la calle y echarle un puñado de sal encima, conforme el sol secaba el escupitajo se te iba curando el orzuelo.Yo nunca lo he probado, pero por probar no pìerdes nada.
Un beso guapetón

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Sí, Layose, también me han dado esa otra versión recientemente sobre la embarazada. Y ahora mismo vengo de Mercadona y el cajero, tras cobrarme y sin conocerme de nada, me ha dado otro remedio, así por las buenas. Algo sobre agua (mineral; no puede ser del grifo)y azúcar, y que tras aplicarme esa mermelada me apriete el orzuelo hasta que sangre. Él afirma que con su hija le funciona. Yo, en cambio, estoy por llamar a los de servicios sociales para que le retiren la custodia de la sufrida niña.

Parece que hay tantos remedios como personas en el mundo. Yo ya te digo que lo del escupitajo no funciona, porque escupo cada vez que me entra polvo en la boca, cosa habitual con el viento de Levante gaditano, y ahí sigue el orzuelo.

En cambio desde hace dos días está mejorando, y me dice cierta amiga que se debe a unas velas blancas que ha encendido para ese fin.

Conclusión: Estáis todos como cabras.