Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

viernes, 2 de mayo de 2008

Adolfo Ortiz Benjumea


Se llamaba Adolfo. Al menos así se llamó en vida. Cuando falleció se le nombraba en documentos y misas como "el difunto Adolfo". La realidad, no obstante, es que todos lo hemos conocido siempre, tanto en vida como cuando pasó a ser nutriente gusanero, como "ese hijoputa".

Ese Hijoputa y yo fuimos todo lo amigos que pueden ser un cabeza de chorlito y un hijoputa. En los mejores tiempos de nuestra amistad, siendo adolescentes, él me dejaba follarme a su hermana retrasada, a cambio de lo cual yo lo dejaba partirle las patas a mi gato. Ahora, haciendo memoria, creo que nuestra amistad empezó a requebrajarse el día que se le fue la mano y mató a mi gato. Yo, en justa reciprocidad, le maté a su hermana la tonta.

Para evitar males mayores llegamos al siguiente acuerdo: Yo diría que mi gato se había suicidado, y él diría que había asesinado a su hermana.

-No sé yo... algo no me cuadra en ese trato-. Dijo Ese Hijoputa.

-Que sí, tonto. Es lo mejor para todos. Mi gato era mío, y tu hermana era tuya. Uno puede hacer lo que quiera con lo que es suyo, así que mi plan es perfecto.

-No, si dicho así vas a tener razón-. Concedió Ese Hijoputa, que como habrán notado, además de hijoputa era bastante lerdo.

-Vale, ahora sellemos nuestro pacto con sangre. Pégate un tajo, venga.

Se cortó en la muñeca con un cuchillo oxidado y me lo tendió después:

-Te toca. Córtate.

-¡Anda! Acabo de acordarme de que soy hemofílico. Si me corto me desangro. Mejor córtate tú otra vez y así será como si los dos lo hubiéramos hecho.

Y el muy tontarra volvió a cortarse. Buen chico, Ese Hijoputa.

La policía, inexplicablemente, no estuvo de acuerdo con nuestro plan. Ese Hijoputa fue internado en un centro para menores díscolos, acusado de matar a su hermana la tonta, y el muy capullo se mantuvo fiel a nuestro juramento. Jamás me delató en los diez años que pasó allí, pero casi todos los días me escribía emotivas cartas como esta:

"Querido cabeza de chorlito:

Espero que en el momento de leer la presente estés bien disfrutando de la libertad que a mí se me niega.

Yo estoy bien, aunque algunos compañeros me pegan y otros me dan por culo. Yo prefiero a los segundos, porque al menos así obtengo algo de amor. Bueno, perdona que me ponga cursi, que sé que no te gustan estas sensiblerías mías.

Vivir aquí es chungo. Cuando no me están dando por el culo me están pegando. Ya no tengo dientes por tantas hostias como me he llevado. Los funcionarios que me cuidan dicen que estoy mejor así porque no les daño la picha al chupársela. Lo bueno es que aquí nadie me llama Ese Hijoputa, me llaman Sindy, de sin dientes. Son muy simpáticos.

Algunos días sangro mucho por el culo, pero siempre hay algún funcionario que me pone pomadita en el ojete y me dice al oído amorosas palabras. Es por momentos así por los que pienso que tampoco se está tan mal aquí, y entonces resisto la tentación de faltar a nuestro pacto de sangre y contarlo todo.

Espero que te sientas orgulloso de mí. Yo siempre me sentiré orgulloso de ti. Joder, tío, cada vez que me acuerdo de cómo le partiste el cuello a mi hermana... ¡tú sí que eres un machote, no como estos maricas!

Esta carta es la número 377 que te envío, y aún no he obtenido ninguna respuesta tuya. Supongo que me han intervenido las comunicaciones y que no me llegan tus cartas porque en todas ellas me expones infalibles planes para escapar. Deseo que dentro de ocho años, cuatro meses, dos semanas y tres días estés en la puerta de este lugar esperando mi libertad como yo la espero.

Gracias por todo, Chorli.

Siempre tuyo, Adolfo, alias Ese Hijoputa, alias Sindy".

Comprenderán que yo con cada una de esas cartas me emocionara una barbaridad. Desde que empecé a recibirlas mi familia ahorró una pasta en papel higiénico. Alguna vez estuve a punto de responder a Ese Hijoputa, pero bah. Cuando saliera ya hablaríamos.

Y salió. Irreconocible, pero Ese Hijoputa salió. Estaba flaco, tuberculoso y enfermo de sida. Naturalmente, después de lo que "le hizo" a su hermana nadie en su familia quiso acogerlo, por lo que recayó sobre mí cuidar de él. Era un engorro, pero para eso están los amigos.

Le monté una tienda de campaña y lo enseñé a ganarse la vida poniendo el culo en oscuras esquinas de polígonos industriales. Obviamente, en concepto de gastos le cobraba una pequeña comisión del cien por cien de sus ingresos, y a cambio le daba un bocadillo cada dos o tres días. Ese Hijoputa, desagradecido como lo fue siempre el muy canalla, se murió a los pocos meses, provocándome con ello una sustanciosa merma en mis ingresos.

Hoy, dos de Mayo de 2008, Ese Hijoputa hubiera cumplido 28 años, y yo, que soy así de leal con mis amigos, he querido escribirle este homenaje.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajajajjajajajajajajajajajajaaaaaaaa...


Paloma.


(Con amigos como tú es que vale la pena vivir, eres un sol!)

Anónimo dijo...

Es por poder leer historias como ésta, por lo que no nos levantamos y nos vamos cuando tú llegas. Bueno, al menos no lo hacemos siempre.

Anónimo dijo...

La de aspirantes a amigo que va a tener señor K. Toda una declaración de intenciones.


Rebeca

Walter dijo...

te he seguido desde el mega comment en el blog de reme. ;) Sólo decir, que bueno al menos no tenías que follarte a su gato y él romperle las piernas a tu hermana.

Walter dijo...

he escrito reme? :s me mata

Yamil dijo...

¿Adolfo era la fidelidad encarnada?
Bueno, sería posible que fuera la ingenuidad, pero pensaré mal.

Anónimo dijo...

¿Quieres ser mi nuevo amigo?

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola a todos.

Paloma:

Sí que es verdad que soy un sol, para que te voy a decir que no, si es que sí.

Javi:

Bah, por mí como si lo hacéis siempre. Ya habrás visto que me están saliendo nuevos amigos.

Rebeca:

Cierto, todo el mundo quiere ser mi amigo, pero yo no quiero ser amigo de todo el mundo.

Raúl:

Follarse a un gato me parece una labor imposible, tienen el orto demasiado estrecho. Por lo del nombre no te preocupes, entendí que te referías al blog de María del Sagrario.

Osiris:

No te comas la cabeza. Adolfo era simplemente gilipollas.

Anónimo:

No, no quiero ser tu nuevo amigo.

Mario Lorenz dijo...

Muy muy bueno, pero me cuesta decidir quien es el mas hijoputa de los 2.