Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

domingo, 4 de mayo de 2008

El famoseo me la sopla


A mí los famosos y los borregos que los ponen en ese pedestal me la sopláis. Así de claro.

Me refiero, por supuesto, a esos famosos que lo son por una cara bonita o por hacer el payaso sin sentido del ridículo. Hay otro tipo de famosos, los "grandeshermanos" y las putipuercas (y algún putipuerco) que alcanzan la fama contando cómo se follaron a tal o a cual, pero es que a esos no los conozco ni de nombre, así que no son objeto de este vómito. También están los famosos de, a mi juicio, merecida fama, como ciertos escritores o científicos. Estos últimos me inspiran simple y puro respeto, así que tampoco serán objeto del desahogo que estoy pariendo.

Como no veo apenas la tele y tampoco voy al cine las únicas actrices cuyas caras me suenan son las porno, por las que siento desprecio pero me sirven para hacerme pajas. Seguramente me habré cruzado con muchos famosos, pero es difícil que yo los reconozca, lo que supone que su fama es para mí cuando menos relativa. Si no voy con alguien que me los señale ni me entero. Recuerdo con vergüenza ajena la noche que me crucé con Esther Arroyo, hace una década y en Tarifa. Fue en un estrecho callejón de los habituales en esa ciudad, y mis dos acompañantes se pusieron casi histéricos. "¡Mira, mira, es Esther Arroyo! ¿Le decimos algo? ¿La saludamos?"

Qué vergüenza. Una tía alta y rubia, y ni siquiera muy bella. Joder, ya por entonces me había follado a tías más guapas. ¿A qué venía tanto revuelo? Nada, es que era "famosa". Pasé junto a ella, casi rozándola, mi cabeza alta y la mirada al frente. No la miré. Sólo deseaba que mis acompañantes no la cagaran, porque no tenía la menor intención de esperar mientras pedían autógrafos chorreando abyectas babas. Lo que sí tenía muy claro es que en ese caso yo, con chulería y absoluta seriedad, le hubiera dado MI autógrafo a la Arroyo. El número de teléfono sólo si me lo hubiera pedido de rodillas. Menudo soy yo para estas tonterías. Afortunadamente pasamos de largo, creo que porque temieron que este cabeza de chorlito les montara un número ante su diosa.

Lo de Manuel Reyes fue peor si cabe. Llegué a sentir ganas de pegarle, en serio. Un momento, ¿que no saben quién es Manolito Reyes?, lo comprendo, pero si usan el enlace, que para eso lo he puesto, verán que sí que lo conocen.

Fue la tarde de un frío y lluvioso Domingo en San Fernando, hará unos seis años. Yo bebía algo que no sería una Mirinda cuando el camarero, señalando a través de los cristales de la puerta del bar, dijo:

-Ira, ahí está el Pozí retratándose.

En efecto, al otro lado de la calle, el archifamoso Pozí se dejaba fotografiar (previo pago) junto a unos reclutas. No vestían uniforme, pero eran alumnos del Centro de Instrucción y Movilización Número 2, lo sé porque son todos idénticos e inconfundibles. "Pues bueno", le dije yo a mi vaso. Me la suadaban bastante el Pozí y sus fans, pero es que después aquel grosero se metió en el bar. EN MI BAR.

Imagínense el ambiente cuando este tipo irrumpe: cuatro parroquianos (un viejo Comandante de Infantería de Marina en la Reserva, su hija con síndrome de Down, un anciano que habla con el anterior sobre las vicisitudes y problemas de cuidar de una adolescente que padece ese síndrome, y este cabeza de chorlito que estaba al margen de la conversación, más concentrado en reaccionar adecuadamente a los continuos piropos que la chica me lanzaba y ante los que no sabía qué responder). Ese era el panorama, casi familiar y cómplice, cuando entra Don Manuel Reyes.

No saludó, cosa que se puede disculpar en ciertos ambientes, pero no en aquel tan... hogareño. Dejó la puerta abierta de par en par, y les recuerdo que afuera hacía frío y estaba lloviendo. Mientras el gran Pozí se sentaba a una mesa yo me levanté de mi taburete para cerrar la puerta y a mi vuelta aproveché para echarle una mirada asesina al señor Reyes. No pareció acusarla, supongo que cuando se es famoso las miradas asesinas de los mindundis como yo resultan inofensivas.

A gritos, interrumpiendo la conversación de los venerables señores, exigió un anís que pagó con las monedas obtenidas vendiendo su patética imagen. No contento con todo esto, mediado su vaso de anís, gritó hacia nosotros:

-¡Lo que estáis diciendo son tonterías!

Ay, qué ganas me dieron de pegarle. El viejo Comandante lo miró, con una de esas miradas superficiales y llenas de desprecio que sólo la edad y la experiencia se pueden permitir, y tranquilamente reanudó su conversación, como si no hubiera pasado nada.

Pero yo sé una cosa, y es que jamás me fotografiaré junto a Manuel Reyes.

19 comentarios:

Sensei Katorga dijo...

Sin ánimo de incitar a la tan mal vista violencia, podrías haber hecho denodados esfuerzos por pegarle una soberana hostia al señor Pozí.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

A los jorobados no se les pega, Sensei, sólo se les acaricia la giba, por eso de la buena suerte y tal.

Anónimo dijo...

Coño, mira por donde, buscando gilipolladas por el gúguel voy y me encuentro con el señor Leónidas de nuevo.

Pues anda que no hay gilis "famosillos sueltos", como el Guille ese de los Serrano, que iba a mi colegio. Qué personaje más creído y subnormal.

Hale macho, cuídate.

Emilio dijo...

qué país este que coge a un petudo y lo convierte en alguien rico (esto es lo que más me molesta) y famoso.
Sabes, tengo un sueño recurrente cada vez que veo a uno de estos. Me los imagino cayendo en las fauces de un tiburón blanco enorme, uno detrás de otro... debo estar enfermo.

Anónimo dijo...

El Pozi, es un pobre desgraciao. Con esto de la globalizacion, Internet y todo este tema, los "tontos del pueblo" ahora con los tontos de España... de España y parte del extrangero.

Los subnormales con mayuscula, son los culpables y esos son nuestras madres, tias, abuelas y demás devoradoras de cutretelevision.

Un saludo.

NORMA dijo...

Yo tampoco rindo pleitesía al famoseo, venga de donde venga, ni pierdo un sólo segundo de mi vida en ello ni por ello.
Un beso.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola, personajes.

El Suicida:

Qué de tiempo, eh. Si lo piensas verás que no es extraño que me hayas encontrado mientras buscabas gilipolladas, ¿qué otra cosa escribo yo?

El Guille ese que dices no sé quién es, pero sí, seguro que si es algo creído, no te lo voy a discutir.

Cuídate tú también, que sospecho que lo necesitas más que yo.

Emilio:

Sí, fíjate lo que pasó con el Dioni, por ejemplo. De puto ladrón a algo así como una estrella de la tele. Y hablando de estrellas de la tele, tenemos a la sinvergüenza de la Ana Rosa Quintana, a la que se le pilla un plagio descarado literal, y ni se la echa de su programa ni la gente le tira tomates cuando sale a la calle, sino que sigue siendo queridísima por su legión de consumidores de telebasura. Definitivamente, somos un país de estafadores, embusteros, mangantes, analfabetos e hijos de puta.

Mondéjar:

Estoy de acuerdo en que estos personajes son encumbrados gracias a una audiencia de encefalograma plano, pero yo no soy tan benévolo con el Pozí. Más que un desgraciado me parece un sinvergüenza y un maleducado. Si por algo tiene disculpa es porque también es medio tonto.

Norma:

Tus palabras me han sorprendido mucho, más que nada porque se diría que tu blog las desmiente una por una y de modo rotundo.

NORMA dijo...

Ambos vamos de irónicos,no? Tú en mi blog y yo en el tuyo.
bsos

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ah, era eso, Norma. Pues va a ser difícil que nos entendamos, eh.

NORMA dijo...

A mi paciencia no me falta.
Me entiendo en situaciones más complicadas.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

¿Cómo de complicadas, Norma? Eeeenga, da detalles.

Anónimo dijo...

y tu lo unico que has hecho ha sido darle un poco mas de publicidad al nombrarlo en tu blog, que contradiccion...

Javier Vega dijo...

Pues yo una vez me encontré con Barragan, me acerqué y cuando viendome con papel y lípiz en mano pensó que le iba a pedir un autografo, le firmé y le dije "toma, que cuando yo sea famoso tengas tú mi primer autógrafo".... se quedo que no dijo ni mú, me di la vuelta y me largé.

salu2

Gerardo dijo...

Que yo recuerde, el tal Pozí solo era un pobre retrasado mental, además de contrahecho, que más debe inspirar compasión que desprecio.

Quienes me inspiran desprecio a mí son los que lo usaron -a él y a otros desgraciados- como bufón, riéndose en sus programas del tonto, como les gusta hacer a tantos hijos de puta. Y encima, sacando dinero. Sardá y el tal Cárdenas, cuya sección consistía en esto. Qué majos son y qué buena gente y qué risa dan.

¡Que vuelva el semáforo para reírnos también de Cañita Brava! Para partirse el pecho, es que es tan gracioso, ja, ja...

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

A mí también me parecía un pobre infeliz, Gerardo. Pero aquella tarde, en vivo, sin cámaras de por medio, parecía otro. Está claro que muchas luces no tiene, pero sospecho que se hace más el tonto de lo que en verdad es. La impresión que recibí es que es un soberbio y un malvado.

En televisión siempre me produjo más conmiseración que otra cosa, pero en vivo me pareció odioso.

Por supuesto, los explotadores de estos especímenes es asunto aparte. Canalleo puro y todo por la pasta.

Anónimo dijo...

Yo, desde que estoy viviendo fuera de casa..es que la tele ni la huelo, y muy agusto que estoy (nada de tragarse las ponzoñas que ponen a todas horas en la caja tonta... lo poco que merece la pena, son las pelis, series, documentales, porn..... y para eso ya tenemos internet y muchas más maneras de conseguirlo sin tener que aguantar a todos los soplapollas que aparecen por ahí...)

A mi una cosa que sí que me da pena es a la cantidad de gente a la que quitan un trabajo: yo veo a mis amigos estudiantes de periodismo, currando (en la medida que su carrera se lo exige) por sacarse su futuro, y un paleto subnormal está ocupando un puesto de trabajo que quizá requiriese un grado de formación mayor del que tienen (y no me refiero sólo a la carrera... sino al saber estar), aunque por otro lado me planteo (y más de uno ya me ha confirmado) que antes que tener que dedicarse a los programuchos que dirigen/aparecen esta gentuza, preferirían estar en el paro.

Lo malo es lo que decía Mondejar, que mientras haya gente que se trague estos programas, lea estas revistas, se desviva por esta gente... ahí estarán, cobrando sueldazos por decir que le echó tantos polvos a tal fulana que luego resultó tener la polla más grande que él...

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Sí, Víctor. Ya sabes, la ley de la oferta y la demanda. Hay quien me recrimina que dé tanta importancia a asuntos que ellos consideran minoritarios, pero los creen minoritarios porque no miran a su alrededor.

Vivimos en una sociedad ciega, y es bueno meterle los dedos de vez en cuando en las cuencas oculares. Si le duele, ya verás como al día siguiente está un poco más alerta, aunque sólo sea para ver venir el dedo que les quieren meter en los ojos otra vez.

Me parece que me estoy poniendo críptico. Creo que eso se debe a que me estoy aguantando desde hace rato las ganas de mear, así que discúlpame; voy a miccionar.

Anónimo dijo...

Victor, en el tema de los periodistas y el empleo pasa lo mismo que los entrenadores y el futbol (te pido permiso a Leonidas para poner esta palabra en su blog y perdon por las visitas que sufrirás)
¿Cuantos entrenadores son licenciados en educacion fisica, o simplemente han ESTUDIADO?, pues ahí los tienes, al mando de los mejores clubs y ¿que son?.. casi todosantiguos jugadores.

Resumen: Lo mediatico siempre necesita caras conocidas. Va por inercia y Guardiola es mariquita.

Gerardo dijo...

Me dan escalofríos. Ahora que explicas eso, la verdad es que podría ser un ser hasta terrorífico.