Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

lunes, 2 de junio de 2008

El día que mandé callar a mi superior (jerárquico)


Me apetece contarlo, caramba. Es una de esas anécdotas militares que se atesoran para contar a los nietos, y yo, al paso que voy, tengo crudo poder contárselas. Hoy van a ser ustedes mis nietos, jódanse:

Empecemos aclarando que Miguel Calle y este cabeza de chorlito somos habitualmente confundidos por nuestros oficiales. Ambos somos Cabos Primeros, morenos, guapísimos, tenemos la misma estatura, idéntico buen porte... (y no se lo cuenten a Calle, pero mi chorra mide cinco centímetros más que la suya. Claro que eso lo desconocen nuestros jefes).

Aquel día, Calle (el de la chorra con desventaja de cinco centímetros) y un servidor (el de la chorra que Príapo hubiera querido para sí) asistíamos al Teniente X en un ejercicio de tiro con fusil. Pónganse en situación, por favor: "EN POSICIÓN DE TENDIDO. VEINTE CARTUCHOS. CIEN METROS.TIRO A TIRO. INTRODUZCAN CARGADOR. CARGUEN. QUITEN SEGURO. APUNTEN. A DISCRECIÓN. ¡FUEEEE... GO!"

PUM... PUM... PUM, PUM, PUM, PUM, PUMPUMPUMPUMPUMPUMPUM... Ea, ahí tienen veinte fusiles vomitando balas. En las películas suena a cosa de risa, pero si están ustedes familiarizados con las armas de fuego sabrán que veinte fusiles disparando a la vez provocan un ruido ensordecedor. Si en ese momento el instructor quiere hacerse oír sobre el estruendo debe gritar muy alto.

Ahí estamos cuando un Soldado levanta la mano, indicando así que su arma ha sufrido una interrupción. Mi compañero, sosia según algunos, y amigo según yo, acude oportuno y servicial como es él y se pone a ayudar al Soldado en apuros. Cuando el Teniente lo ve empieza a gritar sobre los estampidos fusileros:

- ¡Kowalski! ¡Kowalski, déjalo solo! ¡Es un profesional, Kowalsi, déjalo que lo resuelva él solo!

Calle, puesto que no se llama Kowalski sino Calle, pasa de las órdenes del Teniente y sigue a lo suyo. El Teniente se encabrona:

- ¿No me oyes, Kowalski? ¡QUE LO DEJES SOLO TE ESTOY DICIENDO!

Entonces yo, el verdadero Kowalski, que estaba a unos metros tras el Teniente y hasta entonces había presenciado la escena algo confuso, me di cuenta del error del Teniente y empecé a gritar a pleno pulmón (para sacarlo de su error):

-¡CALLE, MI TENIENTE, CALLEEEEEEEEE!

El Teniente me miró, SE CALLÓ, se acercó a mí y, en voz baja, se puso a darme explicaciones de por qué se comportaba así.

Fue un momento glorioso, créanme.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado, sí.

Elena.

(Es coña eh! no soy Elena pero es que me molaba ponerlo y eso, no sé).

S.

(Ahora sí).

Javi dijo...

Te preguntaría si va en serio, pero viendo el nombre de la categoría, sé que sí. De esta me voy a estar riyendo largo y tendido, GRACIAS, hoy necesitaba esto.

Por lo otro, no te sientas obligado a nada, cada cual escribe aquello le gusta escribir.

Un saludo desde la lejanía.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Eres una cabrona como la manga de una beata, S.

Inconformista, va totalmente en serio. No sé cómo narices se me había pasado contarlo hasta ahora (ocurrió hace unos tres años). Si te ha hecho reír no sabes lo que me alegro. Calle y yo también nos echamos unas risas cada vez que lo recordamos.

Saludetes.

Anónimo dijo...

Pua a mí también me a gustado, lástima no soy nada original, en fin..
Saludos.
Gemma

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

No te preocupes por la falta de originalidad, Gemma. A mí, mientras me hagan la pelota poco me importa que sea de un modo vulgar.

Anónimo dijo...

Osti, tanto como hacer la pelota...si que te conformas con poco.
Pero que si, que me gusta, todo lo tuyo me deja un poco descolocada, pero con este me he reido un montón.
Cuidate.
Gemma.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Pues no, Gemma, no me voy a cuidar y seguiré autodestruyéndome como mejor me venga en gana. Mientras tanto sigue riéndote. Mola ser un payaso.

annabel dijo...

Cómo salgan 2.357 comentarios no vengo más.

Sobre-estimado Leónidas: si se te había ocurrido pero estabas esperando mi llegada para hacerlo.


si usted hace públicos datos personales, míos o de otros comentaristas, cabe la remota posibilidad de que actúe el largo brazo de la censura.

Menos mal... ¿te ha faltado algo que contar?

No vendré cada 10 minutos, vendré cada cinco esperando tu respuesta
(ahí lo dejo)

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Annabel, no entiendo un carajo de lo que dices, pero sí te advierto que por razones profesionales y técnicas no estaré muy disponible durante un tiempo. No me lo tomes a mal.


(¿Sobreestimado? ¡Cago en la mar!)

Anónimo dijo...

Menudo teniente tienes, o tenías que ha sido ya hace algunos ayeres.

He intentado no volver a leerte después del cuento aquel de Ali, pero que quieres, soy simplona y tus locuras me hacen reir a carcajadas. Tú sentido del humor es de lo más negro y ácido pero inigualable.

Te he subido los humos ya? he logrado que tu ego crezca un poco? Si la respuesta es si me alegro porque de eso se trata el dejar comentarios no? al menos cuando no es para criticarte por los cuentos tan.... bueno, no aptos para niños como tú dices. En fin que he escrito demasiado y no he dicho nada, pero seguiré viniendo porque me haces reir cuando hace falta.
Gracias.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola, anónima comentarista.

Ay, el cuento al que te refieres qué guerra me está dando. Hay quien, en conversación telefónica, me ha amenazado con denunciarme a la web pederastia.org, y no me ha quedado claro si estaba de broma o es que es gilipollas. No sé por qué habrías de dejar de leerme por ese cuento de mierda, que fue un simple pasatiempo literario, por más que algunos se lo tomen a la tremenda. Por cierto, es curioso que constantemente escriba cuentos con asesinatos y nadie se queje, pero es aparecer una niña violada y se pone el grito en el cielo. No sé, pero yo creo que el derecho a la vida es el más fundamental de los derechos, y sin embargo nos permitimos, todos, bromas de mal gusto sobre eso, en cambio aparecen niños en escena y nos ponemos nerviositos buscando motivos de denuncia en lo que sólo era un mediocre ejercicio literario... ¿hipócrita correctismo político, quizás? Sospecho que sí.

Otra cosa. Dices:

"Te he subido los humos ya? he logrado que tu ego crezca un poco? Si la respuesta es si me alegro porque de eso se trata el dejar comentarios no?"

Pues no, no es esa la función de los comentarios. Los halagos me gustan como al que más, pero intento ser crítico hasta con eso. Un elogio se agradece, pero los comentarios (al menos en este blog) deben servir para algo más, por ejemplo para debatir, aprender, enseñar, intercambiar información, conocer gente... ¿O acaso te crees que el Diario de un Cabeza de Chorlito es uno de esos blogs que forma parte de una red de amiguetes que se comentan mutuamente dándose eternas palmaditas en la espalda?

Sí, me gusta que digas que te hago reír; pero no que creas que espero que me digas eso.

Anónimo dijo...

Estimado Leonidas:

Si, te he dicho estimado, porque ultimadamente yo te puedo decir como yo quiera y si no te gusta, te aguantas.

Dices:
"¿O acaso te crees que el Diario de un Cabeza de Chorlito es uno de esos blogs que forma parte de una red de amiguetes que se comentan mutuamente dándose eternas palmaditas en la espalda?"

Pues mira, definitivamente no, pero que quieres a mi me encanta venir a dejar "palmaditas" cuando me ha agradado y darte una "patada en ..." cuando no me agrade.

Y es que así soy yo, pero de que regresó, regresó. Y sobre amenaza no hay engaño.
Te escribire la proxima vez que lo amerité.

Portate mal, y diviertete.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Qué extraña y graciosa manera de expresarse... Americana, supongo.

No conocía el verbo ameritar, me ha gustado mucho. Aunque ahora que lo pienso, ¿estás segura de haberlo empleado bien? ¿No deberías haber dicho "la próxima vez que lo amerites"?

Gracias, sé tú también moderadamente mala y diviértete cuanto puedas.

Anónimo dijo...

Estimado:

Americana, porque habito en América, de nacionalidad mexicana para mayor detalle.

No he usado mal el verbo no te preocupes, son modismos.

Por cierto, lo has notado ya?
He regresado y el caso ha ameritado el que escriba de nuevo. Parece que empezamos a ser de esos amiguetes que intercambian palmaditas en la espalda.

Me voy, antes de que me señales la puerta o me mandes a dormir.

Como siempre, portate mal y diviertete.