Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

martes, 21 de octubre de 2008

Merkel la ñoña y Sarkozy el sobón


Actualización (22-10-08): Bueno, pues no. Desde Berlín dicen que todo ha sido un bulo.

¡Mwajajajaja…! Me parto de risa con las ocurrencias de algunos capitostes. Según el elpais.com la canciller alemana Angela Merkel se ha quejado, embajada mediante, de los modos demasiado amigables del presidente gabacho, Nicolas Sarkozy.

Parece ser que la puritana señora se siente incómoda por los sobeteos, palmaditas y besuqueos del francés. Me hubiera encantado ver la cara de Sarkozy cuando el embajador alemán le ha hecho llegar el mensaje de su jefa. Imagínense la escena:

-Esto… a ver cómo se lo digo, señor presidente… bueno, la cosa es que en Alemania nuestras manos no son tan largas como las de ustedes… No sé si me he explicado- dirá el embajador.

Sarkozy se mirará las manos y las comparará discretamente con las del alemán, observando –eso es seguro- que las del embajador son más grandotas que las suyas.

-Señor embajador, no entiendo un carajo de lo que pretende decirme. Sea claro.

-¡Que a la canciller Merkel le repatean sus manoseos, hombre! En la próxima reunión, que corra el aire, silvuplé.

Qué glorioso momento, pardiez.

Vamos a ver, señora canciller, yo comprendo que le molesten los magreos de Sarko. A mí se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en la proximidad física de semejante personaje. Sí, me solidarizo con usted, peeeero, usted es la representante de Alemania ante el mundo, y usted se tiene que relacionar con gente de diversa cultura, con costumbres que van desde la A a la Z. Va en el cargo, señora. Y en el sueldo.

¿Se ha parado usted a pensar, mi estimada señora, lo ofensiva que su queja de colegiala ñoña puede resultar a los franceses? Cuando se dio la lección de diplomacia usted estaba de cuartelera, parece.

Y, por supuesto, no quiero ni pensar que sus reparos se deban a la sospecha de intenciones libidinosas por parte del presidente francés. Tenga usted en cuenta, querida Angela, que monsieur Sarkozy ya anda más que servido con ese bello zorrón cantarín con el que se ha casado. No es por desmerecerla a usted, señora canciller, pero la verdad es que no hay comparación. (Sí, yo también me perdí la lección de diplomacia, pero a mí se me disculpa porque en lugar de canciller alemán soy un simple cabeza de chorlito español).

Pues eso, Angelita, que no pasa nada porque te toquen un poco, mujer. Cuando te acostumbres, hasta te dará gustito. Verás qué bien, tonta.

5 comentarios:

Rocket dijo...

Estimado Leonidas,

Le Petite Napoleon/ anda un poco salidillo/ y le restriega el membrillo/ a la jefa del teutón.

Que he tenido que ir a elpais.com a comprobarlo, mire usted, porque no daba crédito a su entrada.

¡Pero en que mundo vivimos!, Señor, Señor.

Saludos,
Rocket

Anónimo dijo...

Pobre mujer, Sarkozy la mira y ve a su abuelita y se deshace en mimos. Y La Merkel piensa que este hombre quiere decorar su interior.

En el fondo lo va pidiendo a gritos.

¿Esto es culo o codo?

Saludos.

Anónimo dijo...

Si es por la jeta de la canciller yo juraría que es culo.

Anónimo dijo...

Mas que por la jeta, lo decia por ese canalon que tiene la señora Merkel entre las aldabas (donde se guarda el bolso) si le amplias la zona, parece un culo... yo creo que es un culo.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Sabia yo que todo era un culo, bulo.

Saludos.