Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Cómeme la polla, Benedicto.


Yo antes creía en Dios. En uno cualquiera, vamos. Creo recordar que el dios en el que yo creía tenía un difuso aspecto de dios cristiano, pero eso fue una coyuntura cultural de mi tiempo y mi lugar. De haber nacido en Afganistán probablemente hubiera creído en un dios islamista, y de haber nacido en la Grecia de hace veinticinco siglos probablemente hubiera creído en los múltiples y olímpicos dioses jerarquizados.

O quizá no. Quizá no me creería un carajo de ninguna de esas tonterías contrarias al pensamiento crítico y a los datos que la más humilde observación de la naturaleza nos ofrece. Sin embargo, aun no creyendo las bobadas cruelmente manipuladoras de las religiones, bien posible es que me hubiera callado, que cobardemente hubiera silenciado mis convicciones o mis sospechas para salvar la vida. No debe olvidarse que aún hoy hay lugares donde se mata por el delito de no creer en el dios oficialmente elegido; que sigue existiendo gentuza deseosa de matar a quien no comparta sus mitos.

Yo antes creía en un dios, en uno cualquiera. Era un niño y me habían adiestrado para creer eso, sabrán disculparme. Yo antes creía en un dios como creía que las mujeres son seres angelicales y que los soldados estamos siempre al servicio de nobles razones. Yo antes creía en un dios, leía libros de J. J. Benítez y soñaba con que mi mundo negro podría volverse rosa. Era un niño y era ingenuo, compréndanme.

Ahora que ese mundo negro de mi infancia se ha vuelto de un agradable gris claro, tirando a blanco, me doy cuenta de que los dioses -¡cualesquiera!- ni existen ni deben existir. Ya es bastante chunga la vida como para que esas entelequias nos la jodan aún más con sus caprichos que en verdad solo obedecen a los oscuros deseos de unas personas dominadas por enfermizas mentes. La absurda hipótesis de la existencia de un dios es solamente la excusa para crear una religión, y las religiones son solamente la excusa para que hagas lo que un sádico quiere que hagas.

Pues ahí tenemos al amigo Benedicto (léase el último párrafo del enlace)
, el Gran Jefe de los Católicos, afirmando que la convivencia de su creencia mágica con la otra creencia mágica llamada Islam está difícil, pero que el esfuerzo merece la pena cuando se trata de combatir unidos a quienes no profesamos religión alguna. Y yo aquí tan tranquilo hasta ahora, sin saber que esos humanos irracionales me habían declarado la guerra y que hasta establecen insospechadas alianzas para luchar contra el enemigo común: yo. Ya ven que sigo siendo un ingenuo.

Pero no. Ya basta de quedarme a verlas venir. Puesto que esos animales me han declarado la guerra me siento moralmente autorizado para salir ahora mismo a quemar iglesias, degollar curas y violar monjas. Bueno, lo de las monjas me lo pensaré, que son todas muy feas (si fueran guapas serían putas y no monjas, obviamente).

Tranquilo, Benedicto, que estoy de coña. La Guerra Santa es cosa de los fanáticos como tú, y lo que es este menda no tiene intención de hacerle pupita a nadie por no compartir su ateísmo. Esta actitud mía se podría llamar de diferentes maneras según le apliquemos un criterio filosófico o religioso, pero ¿sabes, Benedicto?, estoy casi seguro de cómo la llamas tú: ventaja.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la iglesia hemos topado, si por algo este dicho se utilizo y se sigue utilizando...

Se puede decir mas alto pero no mas claro....(lo de tu titulo)

ummm la primera jajaja y como siempre mis comentarios no tan brillantes como los vuestros,pero esperad a que coja confianza
jajajaj
bueno LEo ........los puntos supensivos abarcan mas que muchas otras palabras,aun asi..un besooo


Bebe Primera

Tirofijo dijo...

Debeis ser "hombres temerosos de dios", porque en el reino de los grelos te estarán esperando todos los curas maricones de la historia con vuestro esfinter como único objetivo. Por pecadores.

La verdad de la iglesia:
http://cretinolandia.blogspot.com/2007/03/ni-respeto-ni-hostias.html

cachalote dijo...

El Papa es el gerente de una multinacional de la salvación espiritual, que actúa en un régimen de competencia monopolística con otras multinacionales-religiones. Está claro que lo último que desea es que su producto quede desfasado, por eso se empeñan en arrinconar la razón y el espíritu crítico.

Maga dijo...

Nos jodimos..! Ahora se quieren meter con nosotros que pasamos de sus dogmas estúpidos y sus negocios eclesiásticos..!
Besos

Anónimo dijo...

hola chavales, no mezclemos...
los caminos a dios son infinitos, el único que no es válido es el de la religión católica.

nos vemos en los bares,
faber

Rocket dijo...

Estimado Leónidas y concurrencia.

El Papa es el jefe de los Católicos, no le diga usted a un luterano, anglicano, baptista, calvinista o adventista que el Papa es su jefe porque les dará la risa floja.

Y no recuerdo la frase de Saramago, y no es cuestión de buscarla por no hacerme el listillo más de la cuenta, pero creo que hablaba de agnosticismo, incluso ateísmo, y sin embargo la validez de la doctrina católica como buen código ético.

¡Ojo!, no decía, creo recordar, que hubiera que seguirlo a rajatabla, ni que estuviera todo bien, ni que no hubiera dos millones de gilipolleces, sino que la base de la doctrina católica (perdón y amor al prójimo como primerísimos mandamiento) y lo que de ella se desprendía la convertía en bastante digna.

A mi me educaron en la fé cotólica y luego salí rana y me hice agnóstico. No creo por ello que esté todo mal.

De hecho menos un par de hijoputas, recuerdo a los Hermanos Maristas con mucho cariño y, como he dicho más de una vez aquí en ésta su casa, ninguno trató de darme por culo ni en sentido real ni figurado.

Píos y célibes saludos,
Rocket (Mártir)

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Cierto, Rocket: corregido lo de cristianismo por catolicismo.