Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Disparos, sangre y telequinesis


A mis treinta y cinco años, con una vida más sedentaria de lo que debiera, comiendo más carne que otra cosa, bebiendo como un cosaco y fumando como un carretero, acumulo papeletas para la Gran Rifa de la Muerte Temprana (¡no se la pierdan, señores, y procuren asistir con sus hijos y esposas!). Pero además hago trampa y obtengo papeletas extras jugando a F.E.A.R. 2, Project Origin.

Hace ya más de tres años (mierda, si parece que fue la semana pasada) contaba por aquí que me lo paso en grande con los juegos FPS (first person shooter, creo), esos de tirador en primera persona, ya saben: uno ve en primer plano del monitor las dos manitas sosteniendo una escopetilla (o una pistolica, o una metralleta, o un bazoca, o como se llamen esos chismes), y más allá se muestra un escenario lleno de gente mala a la que hay que acribillar a tiros. Es una actividad así como relajante y placentera. Yo suelo imaginarme que disparo a futbolistas, a banqueros, a constructores, a políticos corruptos y a putas, aunque nada impide imaginar que se dispara, por ejemplo, a (ponga el lector lo que prefiera en la línea de puntos): ................................................................................................................................................................. Bueno, vale, dejo más espacio por si el lector es especialmente misántropo, enga: ................................................................................................................................................... Ea, ya está bien, no sea que acabe incluyéndome a mí también ese jodido lector psicópata.

El caso es que, aunque estos juegos son generalmente muy salutíferos y nunca he comprendido por qué no los venden en las farmacias (imaginemos a ese señor estresado que llega a las tres de la madrugada a la farmacia de guardia: "¡Por favor, un FPS de tres gigas, rápido!", "¿Lo prefiere vía PC, vía Playstation, vía Xbox...?", "Oiga, por mí como si es para Iphone, pero que tenga mucha sangre, se lo ruego")... Vaya, ya he perdido el hilo de lo que iba a decir. Ah, sí, que aunque normalmente estos juegos son cosa buena para la salud, hay excepciones. Tal es el caso de F.E.A.R., con el que estuve al borde del infarto hace tres o cuatro años, y que recomiendo a cualquier tiparraco al que le vayan los tiros, la sangre, la violencia, y las paranormalidades:



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