Hay gente que no crece.

(Publicado originalmente en Spaces el 28 de Mayo de 2006)

Hay gente que no crece. Son enanos mentales, y en cierto modo peligrosos.

¿Es peligrosa una pistola cargada? Bueno, por sí misma no lo es. Hagan el siguiente experimento si tienen alguna a mano:

1. Una vez cargada el arma, con sumo cuidado deposítenla en un cajón.
2. Asegúrense de que no queda al alcance de nadie salvo del experimentador.
3. Pasada una semana búsquenla donde la guardaron.
4. Hagan una lista de los daños que esa pistola ha producido.

Mi pronóstico es el siguiente: la lista quedará en blanco. Ahora les propongo otro experimento. Lo llamaremos EXPERIMENTO B. Sigan estos pasos:

1. Una vez cargada el arma, métansela en la cintura del pantalón.
2. Olviden todo cuanto hayan aprendido sobre valores cívicos, sobre respeto a la vida, sobre piedad, y no respeten el dolor ajeno ni ninguna clase de derechos.
3. Piensen en ese vecino que tiene un coche mejor que el de ustedes y que no se merece. O en esa guarra que les calentó la polla y a la que nunca se pudieron tirar. O en ese crío que siempre se pone a gritar en lo mejor de la siesta. O en... da igual, piensen en aquello que los jode, que los ha jodido siempre. Ahora pueden ajustar cuentas.
4. Sientan cómo el Lado Oscuro, cálido y acogedor, los recibe.
5. ¿Listos? Salgan a la calle. No olviden la pistola. Suerte y buena caza.
6. Ahora hagan una lista de la gente a la que se han cargado.

¿Adónde quiero llegar con todo este desvarío? Pues quiero ir a la siguiente pregunta: Tanto en el primer experimento como en el segundo, ¿qué responsabilidad tuvo la pistola? Respuesta: Evidentemente ninguna, la responsabilidad fue en todo momento del individuo.

Pues bien, los enanos mentales de los que hablaba al principio son pistolas cargadas, susceptibles de ser manipuladas por gente cruel, malvada, perturbada, o por oscuros intereses egoístas.

Si usted me dice que no hace ningún mal creyéndose a gente como Uri Geller, J.J. Benítez o su relevo el tontito de Íker, pues no, señor mío, usted es peligroso. Usted es la pistola cargada en manos de sinvergüenzas, y jamás harán un buen uso de usted, es más, si pueden lo manipularán adecuadamente para hacerme daño a mí. Lo mismo vale para los votantes de políticos corruptos o extremistas. Lo mismo vale para fieles religiosos integristas.

Con trece años empecé a leer las idioteces de J. J. Benítez. Y lo confieso, me gustaron. Sabía que había mucha exageración y que los datos eran manipulados o imposibles de verificar, pero a pesar de ello disfrutaba y algo me creía. A los diecinueve años sentí vergüenza leyendo otro libro de ese estafador, y ahí se acabó lo que se daba. En esos siete años maduré y aprendí a pensar, a dudar, a verificar, y a entender un poco cómo nos manipulan (o lo pretenden) ciertos tipos. En el caso del ínclito Benítez es sólo por interés económico, es un mercenario de la mentira, o mejor una puta de la falsedad, pero alguien de su catadura moral dirigiendo un país lo mete en guerras, y no se le caen los anillos por masacrar a su población y a la "enemiga" con tal de obtener algo que a fin de cuentas es por su propio interés. Por esto, por todo esto y por más, es tan importante mantener un espíritu crítico. Yo no quiero ser la pistola cargada en manos de nadie.

En fin, la adolescencia ya se sabe. Pero hace tiempo que dejé atrás esa etapa escalofriante, y ahora me pone los pelos de punta comprobar cómo hay gente que no evolucionó. Esta tarde me he estado dando una vuelta por algunos de los blogs que frecuento (Microsiervos, Magonia, Halón Disparado, El Retorno de los Charlatanes... todos muy recomendables) y he cogido uno de mis monumentales cabreos con el mundo. Es increíble la estulticia que se aprecia en algunos de los lectores mediante sus comentarios. ¿Es que la gente no lee, no observa, no quiere mirar a su lado y ver lo que se cuece? ¿Por qué se dejan manipular tan fácilmente? A veces pienso, perdónenme, que me muevo entre retrasados. ¿Soy la oveja rebelde (que no necesariamente negra) en el rebaño? Y sobre todo, ¿quién es el hijoputa que pastorea el rebaño y con qué intereses? ¿Sólo quiere nuestra lana o nos dirige al matadero?

Mientras escribo esto me acabo de enterar de que en una encuesta el 78 por ciento de los encuestados respondieron que Alonso Quijano es el de Café Quijano. Se me quitan las ganas de seguir escribiendo. A lo mejor un 78 por ciento del rebaño no hace mal encaminándose al matadero. Pardiez.

ACLARACIÓN: En vista de cómo está el patio, y en previsión de que algunos lectores, pongamos el 78 por ciento, se tomen en serio el EXPERIMENTO B, aclaro que era pura ironía, broma, juego literario, pamplinita. Coño, que hay que explicarlo to.