Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

martes, 17 de abril de 2007

El Intruso


(Cuento pretendidamente espeluznante publicado originalmente en Spaces, en dos entradas correspondientes a los días 11 y 12 de Enero de 2007).


Estoy cansado, pero también eufórico. El esfuerzo ha merecido la pena.

En estos momentos Ser Gigantesco Uno y Ser Gigantesco Dos miran absortos el aparato de luces cambiantes. Tengo muchas ganas de que salgan de esa estancia donde está el aparato de luces cambiantes y descubran que volvemos a ser libres.

Me gustaría ir Yo mismo a avisarlos, pero desde El Incidente del Afilado de Uñas cierran esa estancia para que Yo no pueda entrar. El Incidente del Afilado de Uñas se produjo hace un tiempo, antes de que llegara El Intruso y mientras Ser Gigantesco Uno estaba sufriendo a El Parásito.

Ahora que lo pienso, creo que fue durante los tiempos de El Parásito cuando dejamos de ser un grupo feliz y unido. Recordaré toda la historia mientras los dos Seres Gigantescos continúan mirando el aparato de luces cambiantes:

Éramos un grupo unido en un mundo paradisíaco donde no faltaba de nada. Los Seres Gigantescos, mis siervos, se encargaban de que jamás me faltara agua fresca, comida deliciosa, juegos divertidos y caricias relajantes que me provocaban un inmediato ronroneo. También retiraban mis excrementos del cajón de arena manteniéndolo siempre limpio. Era un mundo idílico formado por Ser Gigantesco Uno, Ser Gigantesco Dos y Yo. Los Seres Gigantescos son raros y enormes, ruidosos y casi sin pelo, emiten sonidos muy variados tanto por la boca como por el ano, y a veces me pisan accidentalmente con sus enormes y torpes patazas.

Ser Gigantesco Uno es mi preferido. Es el que más tiempo pasaba conmigo y emite sonidos agudos que percibo mejor que los del otro Ser Gigantesco. Casi no tiene pelo, sólo un poco encima de la cabeza, pero es larguísimo y me gusta tocarlo y morderlo porque me hace cosquillas y porque es muy aromático. Tiene dos bultos grandes y mullidos sobre los que me gusta mucho dormir, pero desde que empezó a sufrir a El Parásito no me ha dejado volver a hacerlo.

Ser Gigantesco Dos me trata bien, y se parece a mí más que Ser Gigantesco Uno, porque Ser Gigantesco Dos tiene más pelo, aunque no tanto como Yo, ni mucho menos. También se me parece un poco porque tiene rabo, aunque colocado por delante y mucho más pequeño que el de Yo. Con mi rabo podrían hacerse cuatro rabos del tamaño del rabo de Ser Gigantesco Dos, y quizás hasta sobraba algo. La verdad es que no entiendo cómo Ser Gigantesco Dos puede usar esa mierda de rabo para equilibrarse durante los saltos o las caídas. Ser Gigantesco Dos y Yo nos llevamos bien, pero no es mi favorito porque cuando emite sonidos no los percibo con la claridad necesaria y además desaparece del mundo todos los días y cuando reaparece suele encerrarse en la estancia del aparato de luces cambiantes y no me hace mucho caso.

Luego estaba Yo, y no había nadie más por aquel entonces. Yo soy el único normal del grupo, el único con un tamaño razonable, el único cubierto de pelo, el único que se expresa con un lenguaje comprensible, el único que sabe ronronear, el único lo bastante digno como para comer carne cruda.

Éramos felices los tres en nuestro mundo.

Pero después nos sobrevino el feo asunto de El Parásito.

Un mal día Ser Gigantesco Uno empezó a rechazarme. Ya no me dejaba dormir sobre sus bultos ni me acariciaba ni nada de nada. Yo empecé a notar que Ser Gigantesco Uno se hinchaba día a día, sin duda aquejado por un parásito interno.

Fue por entonces cuando llegaron al mundo unos Seres Gigantescos que nunca había visto hasta entonces. Trajeron unos muebles muy grandes y olorosos, además de blanditos, que introdujeron en la estancia del aparato de luces cambiantes. Luego desaparecieron del mundo esos nuevos Seres Gigantescos y Yo me dediqué a explorar lo que habían dejado en el mundo, y como olía muy bien y era blando decidí que era un sitio perfecto para afilarme las uñas y ya de paso impregnarlo con mi olor. En ese momento aparecieron Ser Gigantesco Uno y Ser Gigantesco Dos, y empezaron a emitir fuertes ruidos por sus bocas y hasta Ser Gigantesco Dos me golpeó, cosa que nunca antes había hecho uno de mis siervos. A aquello lo llamo el Incidente del Afilado de Uñas, que no fue nada comparado con el Incidente del Pan Recién Hecho que vendría mucho después. En cualquier caso lo cierto es que después del Incidente del Afilado de Uñas no he vuelto a entrar en la sala del aparato de luces cambiantes.

La enfermedad parasitaria que padecía Ser Gigantesco Uno se agravó hasta ser verdaderamente seria. Ser Gigantesco Uno se infló y parecía que iba a estallar, pero una madrugada, de repente, los dos Seres Gigantescos empezaron a dar gritos y se marcharon del mundo. Me dejaron sin agua fresca y sin comida durante mucho tiempo...

... y cuando volvieron al mundo Ser Gigantesco Uno había sanado, El Parásito había desaparecido, pero Ser Gigantesco Uno, acompañado por Ser Gigantesco Dos, traía envuelto en trapos algo que se movía y emitía tenues ruiditos: El Intruso.

Desde que llegó El Intruso el mundo ha cambiado. Ahora todo es menos confortable y el mundo se ha llenado de nuevos olores y ruidos. Ser Gigantesco Uno casi nunca se acerca a Yo y tampoco Ser Gigantesco Dos me presta demasiada atención. Mis siervos se han convertido en los siervos de El Intruso.

El Intruso es una criatura de tamaño normal como Yo, pero con forma de Ser Gigantesco. Es una sorprendente fuente de ruidos y olores nuevos. Me gusta observarlo.

Frecuentemente veo a El Intruso agarrado a Ser Gigantesco Uno, succionando sus bultos como hizo aquella garrapata con Yo. El Intruso también es un parásito.

Cuando Ser Gigantesco Uno y Ser Gigantesco Dos se van a su cama y permanecen quietos mucho rato cierran la puerta para que Yo no pueda entrar. Antes no era así, incluso a veces cogían a Yo y me llevaban a su cama, pero desde que llegó El Intruso han instalado una cama pequeña con barrotes junto a la cama grande y rechazan la presencia de Yo.

El Intruso nunca está solo. Casi nunca. Una vez Ser Gigantesco Dos estaba mirando el aparato de luces cambiantes y Ser Gigantesco Uno salió de su cama y fue al sitio de la comida dejando solo a El Intruso en la cama pequeña de barrotes. Yo salté a esa cama pequeña con barrotes y quedé sobre El Intruso. Nunca antes había estado tan cerca de El Intruso. Olfateé detenidamente su cara de parásito. El Intruso tenía un agradable aroma de pan recién hecho. Cuando volvió Ser Gigantesco Uno me cogió y me hizo volar hasta estrellarme en una pared y empezó a emitir fuertes ruidos por su boca, y entonces llegó Ser Gigantesco Dos y me golpeó en la cara con su pie duro. Ser Gigantesco Uno y Ser Gigantesco Dos hacían ruidos muy fuertes mirándose fijamente
y entonces El Intruso también empezó a emitir ruidos fuertes y aquello era muy molesto para Yo y Yo estaba muy asustado porque Yo no comprendía nada y Yo no quería recibir más golpes en la cara con el pie duro ni estrellarme en más paredes.

Aquello fue el Incidente del Pan Recién Hecho y desde entonces no he vuelto a ver solo a El Intruso.

Hasta hoy.

Ser Gigantesco Uno y Ser Gigantesco Dos se han metido en la estancia del aparato de luces cambiantes y Yo he probado a empujar la puerta de la habitación donde se esconde El Intruso. La puerta se ha abierto. He visto clara la oportunidad de liberar al mundo de El Intruso.

He trabajado rápidamente porque no quería otro Incidente del Pan Recién Hecho. Ha sido difícil porque El Intruso se movía mucho pero cuando he mordido su cuello ya no lo he soltado hasta que El Intruso se ha quedado quieto. Después he seguido mordiendo por si era una trampa y también porque me gustaba el sabor de El Intruso. Todo se ha ensuciado mucho de líquido caliente, pero ya estoy seguro de que El Intruso no podrá molestarnos más.

Estoy cansado, pero también eufórico. El esfuerzo ha merecido la pena.

Oigo la puerta de la estancia donde está el aparato de luces cambiantes. Oigo acercándose los pasos de Ser Gigantesco Uno y estoy impaciente por ver su alegría. Volvemos a ser un grupo feliz y unido...

1 comentario:

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Comentarios importados de Spaces:

marta marmota
Anda, qué historia tan chula! Me la había saltado, últimamente no tengo tiempo de leer cosas largas, pero como hoy tengo el día libre y un trabajo que debería estar haciendo y que, por supuesto, no estoy haciendo... pues eso.

Cuando vino mi hermana a casa, le dimos la gata a mis abuelos. Yo había leído que se pueden poner celosos (los gatos, no los abuelos, aunque supongo que éstos también), y nunca se sabe...
17/01/2007 9:56
(http://elsuenodelamarmota.spaces.live.com/)

PaOlA...
Y desde cuando que los gatos piensan?

15/01/2007 4:07
(http://paola1973spain.spaces.live.com/)

Álex
O pensándolo mejor, nunca tendré hijos. Ni gato. Tal vez novia, si hay suerte. Cosas veredes
14/01/2007 22:40


Álex
Qué bonito. Jamás tendré gato.
13/01/2007 21:15


Javi
Ahora sí, es que ayer estaba un poco espeso.
La historia es estupenda. Siempre me han gustado mucho los relatos desde el punto de vista de los animales y desde luego, con los conocimientos y experiencia que tienes tu con los felinos, has sabido reflejar a la perfección lo que cabría esperar que piensa un gato doméstico.

13/01/2007 10:42
(http://la-osera-de-Javi.spaces.live.com/)

Carabiru
Guaaaa!!!! me imaginaba algo por el estilo pero ni de lejos tan... definitivo, vaya...
aunque, claro, es precisamente por ese don de sorprenderme que tienes que me paso por aquí de vez en cuando.
Me encanta la forma en la que describes la forma de ver el mundo según un gato.

Salu2
13/01/2007 0:25
(http://carabiru.spaces.live.com/)

PaOlA...
Instintos gatunos???... mmmmm nop, no acabo de convenserme.
Definitivamente no me gusta la idea.... menos los gatos!

13/01/2007 0:15
(http://paola1973spain.spaces.live.com/)

Tío Fétido
Si encuentras excrecencias rojizas o marrones en los granos de centeno, mejor no hagas pan...
12/01/2007 23:08
(http://cagoenlapus2.spaces.live.com/)

La_YoSeFiN
Pues fijate que a mi no me ha gustado tanto como otros que escribe, aun asi muy bien , muy bien.
Saludos

12/01/2007 19:31
(http://hurracaine.spaces.live.com/)

Javi
Cojonudo, macho. Hacía tiempo que no publicabas algo tan crudo. Tan "en tu línea".

12/01/2007 18:49
(http://la-osera-de-Javi.spaces.live.com/)

Keksi Aate


Tremendo.



12/01/2007 18:45
(http://keksiaate.spaces.live.com/)

Inconformista Severo
Pues yo no veia venir el final. La verdad es que me ha cogido con los pantalones bajados y aun me esta costando un esfuerzo reponerme del susto. Pero me ha gustado, quizá por que soy sado-mosiquista, quizás por que realmente, Leonidas, eres un as escribiendo.

Es elegancia con la que describes la visión de un gato (por cierto, también coincide como me lo imagino yo, aunque más que creer que nos miran de igual a igual, yo pienso que nos ignoran, menos cuando quieren, claro) y como llegas al final, ese final que quizá es por que soy algo cortito, pero que no esperaba...Muerte al usurpador Stephen King, viva Leonidas, el autentico rey...
12/01/2007 18:13
(http://meoquidemanimo.spaces.live.com/)

Tesa
Mi hijo huele siempre a galletas
...aunque no las haya comido (dan ganas de comérselo a él, pero a besos)

12/01/2007 17:13
(http://Logotipos.spaces.live.com/)

Liliana
Hola Leónidas. esta vez no te he leído. Vengo a informarte de que mi space ha sido borrado de la red sin previo aviso, supongo q por la censura de microsoft respecto a las imagenes de cuerpos desnudos. No obstante tengo una ventanita en blogger llamada http://ladimensiondelili.blogspot.com , aunq probablemente disfrutaràs más de las lecturas en un blog escondido dentro del perfil blogger (cara B). Tea grego a favoritos para no perder el contacto, pues dudo q me devuelvan el space. besos y hasta pronto.

Lili.
12/01/2007 17:06


Leónidas

Ya, Tesa, ya lo sé, pero el recuerdo que tengo de cómo olían mis hermanos pequeños cuando eran bebés es ése: pan recién hecho. Me refiero a cómo olía su piel, no sus pañales ni los baberos, claro.

Curiosamente volví a encontrarme con ese olor cuando por primera vez besé los pechos de una mujer. Ahora el aroma del pan recién hecho me recuerda a bebés y a tetas de adolescente. Ay, qué habrá sido de Rosa Ana...


12/01/2007 16:45
(http://cabezachorlito.spaces.live.com/)

Tesa
...Lo veía venir. Muy bueno, Chorli.
Se nota que no hueles intrusos frecuentemente. O huelen a Champú Johnsons cuando están recién bañaditos ... o a caquitas veredes ...o a vomitona. ;)
12/01/2007 16:32
(http://logotipos.spaces.live.com)

María
Cariñito lindo, pero qué borde que puedes llegar a ser, lo digo por Miri, con lo maja que es. La tienda de campaña la tienes montada tú todo el día mirando las descargas del emule, ehhheeeeehhhhhehhhhhhh!
Mi psicópata es el centro del universo, ama y señora de cada rincón, lo sé, lo admito, me tiene dominada, pero así es mi gata, lo consigue todo a cambio de nada y yo que encima soy una blanda.
Quiero la segunda parte, quiero la segunda parte, quiero la segunda parteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!
Por cierto, no me martirices mucho por la entrada de Jota, recuerda que soy una niña pequeñita y diminuta, chiquitilla y minúscula.
Besitos como las patas a los patos.

12/01/2007 11:42
(http://may82may.spaces.live.com/)

PaOlA...
Oye Leonidas creo que estas abusando de esa sana
y deliciosa comida para gatos que tanto te gusta!

Il faut faire attention mon ami!

12/01/2007 3:02
(http://paola1973spain.spaces.live.com/)

Leónidas

Miri, cuatro minutos de diferencia de mi anterior comentario al tuyo, es evidente que has instalado la tienda de campaña aquí.

Creo que no supe expresarme. Me parece maravilloso que una mujer seria como vos me preste tanta atención, lo que pasa es que me choca. Recuerda que esto es el DIARIO DE UN CABEZA DE CHORLITO. No le des más importancia de la que tiene.

Tesa, a mí también me gusta.


11/01/2007 21:36
(http://cabezachorlito.spaces.live.com/)

Tesa
En casa, el intruso siempre ha convivido en paz y armonía con los seres normales con pelo y rabo largo.
Me encanta tu relato
11/01/2007 21:25
(http://logotipos.spaces.live.com)

Miri
Sí, me aburro casi tanto como tú. Es lo que hay. O que hay algún comentario por la blogosfera que has leído y te has picado. Eso o que eres el centro del universo, tal como creías.
Ale, tómate una tila y descansa.
Saludos,
Miri
11/01/2007 21:19
(http://coti-82.spaces.live.com/)

Leónidas


Miri, dime la verdad, ¿tú vives en mi blog? ¿El ruido que oigo por las noches es el ondear de la tienda de campaña que has montado en mi blog?



11/01/2007 21:15
(http://cabezachorlito.spaces.live.com/)

Leónidas


Carabiru, no es desdén en verdad, lo que pasa es que nos miran de igual a igual.


11/01/2007 21:11
(http://cabezachorlito.spaces.live.com/)

Miri
Mira que estás susceptible, ¿eh?
Que es un comentario, coñe. ¿Dónde has visto tú la mala fé?
A veces pienso que sufres de síndrome premenstrual, ¿eh?
Besitos,
Miri
11/01/2007 21:10
(http://coti-82.spaces.live.com/)

Leónidas


Claro que conozco a los gatos, Keksi, como que han sido durante muchos años lo más parecido que he tenido a un amigo. Los conozco, y por eso los quiero.

Miri, el final es previsible, sí, pero no hablemos de ello. Ya sabes, si el cuento es tan previsible y eso es lo que importa ahórrate visitas a este blog y vuelve la semana que viene. Para entonces creo que habré terminado el puto cuento.

Perico, bueno, vale, lo que tú digas... ¿...?


11/01/2007 21:08
(http://cabezachorlito.spaces.live.com/)

Carabiru
Jejejeje, siempre pensé que los gatos nos veían de esa manera, sobre todo al observar como a veces nos miran con desdén.
Estoy deseando ver como acaba esto...
Salu2
11/01/2007 20:58
(http://carabiru.spaces.live.com/)

Perico
Que viva la criatura!!!!!!!



11/01/2007 19:54


Miri
Jo, qué mal rollo me da la razón por la cual el gato debe de estar eufórico... no me la quiero imaginar.
Creo que conozco el final.
Saludos,
Miri
11/01/2007 18:50
(http://coti-82.spaces.live.com/)

Keksi Aate

Eres bueno, tío.

Y conoces a los gatos.


11/01/2007 18:39
(http://keksiaate.spaces.live.com/)