Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

viernes, 4 de mayo de 2007

La chica de la ventana (y II)



»Sometí a vigilancia su casa. Espiaba todas las ventanas de su domicilio desde la ventana de mi salón, oculto tras una cortina. Sí, sé que suena un poco patético, pero estaba obsesionado con esa mujer. Pude deducir que vivía con sus padres y con dos hermanos varones, uno mayor que ella y otro menor. Durante el día la persiana de su dormitorio estaba siempre echada, por la noche la abría para aliviar el calor de este verano y para, ya sabes, exhibirse ante mí. Poco más averigüé.

»Una noche, durante una de las sesiones de exhibicionismo y masturbación, le indiqué por gestos que saliera a la calle y nos reuniéramos. Como respuesta apagó la luz de su habitación y no la vi más esa noche ni a la siguiente. Estaba desesperado. Pensé que había transgredido unas normas que ella imponía y que para mí eran desconocidas. Pero después todo volvió a la normalidad, y una vez más intenté acercarme a ella.

»Mientras ella estaba en la cama, masturbándose bajo mi mirada, arqueando el cuerpo como gozando de largos y encadenados orgasmos, yo me dediqué a poner mi número de teléfono en cincuenta folios a los que di forma de avioncito, y un rato después el parque que nos separaba estaba lleno de aviones de papel con un número de teléfono escrito. No sirvió de nada. Nunca me llamó, y supongo que ni se molestó en recoger ninguno de esos aviones de papel que eran para ella. Si hubiera vivido sola la hubiera ido a buscar a su casa, pero no podía presentarme allí y decirle a sus padres: “hola, señores, vengo a ver a la golfa de su hija porque estoy harto de pajas y ahora me la quiero follar”. No, eso no parecía buena idea, ¿verdad?

»Nuestro perverso y excitante juego continuó, cada vez más caliente y atrevido pero sin llegar nunca al contacto físico. Una de aquellas noches de insomnio y onanismo la chica de la ventana me pidió por gestos que me masturbara a su vista. Hasta entonces ella no me había visto hacerlo. De sobra tenía que saber que lo hacía constantemente, pero ella no lo veía. La repisa de mi ventana me llegaba casi al pecho, de modo que mi polla siempre estaba oculta a su ojos. En realidad yo quería hacerlo de modo que pudiera verme, me excitaba la idea de mostrarme para ella como ella lo hacía para mí, pero hacerlo así también suponía exponerme a las posibles miradas de cientos de vecinos. Sin embargo me bastó saber que ella lo deseaba para olvidar mi vergüenza.

»Acerqué mi cama a la ventana, y en pie subido a ella, totalmente desnudo, dejé que la chica de la ventana, y cualquiera que pudiera estar mirando, me viera darme gusto hasta correrme. Me consta que le gustó, lo sé porque esa noche la chica de la ventana fue más generosa que de costumbre con sus exhibiciones. La vi a cuatro patas sobre su cama luciendo para mí un esplendoroso culo, metiendo en su coño algo que sería un consolador, y a la vez jugando con su otro estrecho agujerito que, te lo aseguro, me hubiera encantado lamer y penetrar con la lengua.

»Poco más hay que contar. Patricia volvió y no sólo dio al traste con mis escasas esperanzas de reunirme con la chica de la ventana, sino que además no pude seguir jugando con ella a ese juego que tanto nos gustaba.

»Pero yo seguía obsesionado. Ni siquiera me podía follar a Patri sin pensar en la chica de la ventana. Así que decidí quitar a Patricia de en medio. Fue fácil, aunque no agradable. Todo hubiera salido bien si no llega a ser por ese gato de mierda que sacó una mano de Patricia del contenedor de basuras. Jodidos gatos, siempre los he odiado.

»Y eso es todo, picapleitos. No quiero tu defensa, no la merezco. Sólo quiero pudrirme en la cárcel soñando con la chica de la ventana. Dejadme en paz.

La abogada, pálida, temblorosa, se marchó sin decir nada. Al día siguiente Javier fue visitado por un abogado que se presentó diciéndole:

– Hola, me llamo Víctor Sánchez, y soy el abogado que ha designado el Colegio de Abogados para usted tras la renuncia de Sonia Blasco, quien por cierto me ha confiado una carta dirigida a su nombre. Aquí la tiene.

Javier cogió el sobre cerrado que le tendía su nuevo abogado. Sin mirarlo siquiera lo despedazó y tiró los restos a la papelera.

–Ya le dije a esa tía que no quiero defensa alguna, y tampoco me interesa lo que tenga que decirme en una carta.

Pero quizás, sólo quizás, Javier hubiera hecho bien en leer esa carta que decía:

“Querido Javier:

El mundo es un pañuelo, y a veces un pañuelo empapado en lágrimas.

Espero que te vaya bien con tu nuevo abogado y que él sepa hacerlo mejor que esta inexperta y recién licenciada en Derecho. Hazme caso y alega enajenación.

Tenías razón en una cosa. A sesenta metros no podías ver la cara de la chica de la ventana, ni ella la tuya. Por eso no podías saber quién era la abogada a la que llamabas “pequeña picapleitos”. Por eso la pequeña picapleitos no podía reconocer en ti al hombre con el que tanto se ha estado divirtiendo últimamente.

El mundo es un pañuelo, y a veces un pañuelo empapado en lágrimas.

Te espera y lamenta que las cosas hayan acabado así,

Sonia, la chica de la ventana.”

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fín. Ya era hora que nos regalses otro de esos cuentos maravillosos que solo tú eres capaz de escribir.

De mayor quiero escribir como tú.

Anónimo dijo...

vaya tela que te dejen escribir estas chorradas. seguro que eres un onanista y sueñas con esta chica de la ventana y con otras chicas mas,¡que pena!. Me imagino tu triste vida ,un hombre solitario con muchos cacaos mentales y con un punto de esquizofrenia,capaz de mirar tanto a una chica como a un chico ¡bujarron!.

Carabiru dijo...

Flipo con la peña que visita blogs solo para poner a parir a los demás...
Arf...

Bueno, me encanta que hayas vuelto a regalarnos otro de tus cuentos.

Salu2

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Jajajaja...

Inconformista, gracias por los halagos, pero ni de coña es para tanto. De hecho pienso que es una mierda de cuento, pero es que me lo limitan en espacio. Por mí habría contado más, pero Nenablue.com no me dejaba.

r75, esto tiene de realidad más de lo que te crees, y sí que sueño con la chica de la ventana, y con razón. Mi vida, sexualmente, ha sido y es muy rica. Ojalá fuera más rica emocionalmente y menos sexualmente, pero no te pierdas el siguiente relato para Nenablue, que va, efectivamente, de esa ambigüedad que mencionas (...capaz de mirar tanto a una chica como a un chico), pero será sólo un relato erótico, así que no te hagas ilusiones. Falta bastante para que lo publique, pero va de lo que a ti te gusta.

Finalmente quiero resaltar esta frase tuya, r75: "vaya tela que te dejen escribir estas chorradas". Mwajajajaja... Es extraño, eh, so subnormal. ¡Qué escándalo! ¡Dejaron a alguien escribir lo que quiso! ¡Tremendo delito!JAJAAJAJJAJ... Tío, eres idiota.

Anónimo dijo...

Me gusta la historia en si, mas aun como lo has echo, escribirla digo, y si es real mejor aun, pero creo que podrias haberme sido mas explicito pero con delcadeza... haber usado mas erotismo, pero sin caer en la vulgaridad.

Y cuidate de las obseciones!

Anónimo dijo...

Haberme?... jajajja borra ese "ME" que nada tiene que ver conmigo!

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ops, Chilena... Te traicionó el subconsciente.

Anónimo dijo...

¿A la paz de Dios?
He de reconocer que me ha gustado mas de lo que pensaba, pero... podría acabar un poquito mejor, ¿no? Yo que se: "el voyeur y la chica de la ventana acaban juntos, con un montón de pequeños mirones correteando por casa y montando una empresa de ventanas para ganarse la vida".
Ahora en serio, me gustó mucho.
¿La versión de la otra página web es exactamente igual?

Anónimo dijo...

Pd. Hay quién dice por ahí que de mayor quiere escribir como tu. Yo (si algo parecido a esto te pasó en la vida real), quiero ser directamente como tu. ¿Porque nunca me pasan estas cosas? Mi vecina de enfrente es vieja y fofa.

Anónimo dijo...

Me gusta, pero me gusta mucho mas el original, jejeje que suerte tengo de conocerte en directo.

Saludos.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola, elementos:

Guerras, la versión de Nenablue es la misma, aunque en esta hay dos o tres erratas corregidas. (Y desengáñate, jamás serás como yo, y nuestra Cabo favorita me pertenece).

Sí, Baba de caracol, siempre dije que en vivo y en directo gano mucho. Y se aprecia mejor la dimensión de mi tranca.

Mayolongo dijo...

Eres un marrano, en serio... la original mucho mas érotica.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Joder... ¡Venga, Baba de caracol, cuenta tú toda la verdad!

Mayolongo dijo...

No te enfades, joder, sabes que nos queremos. Ya sabes que las mejores historias son las que no se cuentan, la historia es buena ya lo sabes, a descansar, mañana al monte, Buenas noches.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ah, ahora dejarás al lector con las ganas de conocer la bonita historia zoofílica... Bueno, otro día hablaremos de eso.

Pásalo bien en el monte, compadre.

Anónimo dijo...

El comentario del tal r75 me hace reir. Imagino que es de estos tipos que sólo sabe lo que es un libro porque recuerda haber llevado alguno en la mochila al cole de pequeño por obligación y desconoce el concepto "relato" y lo que es la capacidad para contar algo y transmitirlo.

Me encanta tu relato, Javier, ya te lo dije, es muy bueno, fuera de que esté inspirado en una vivencia o no.
Todos aquellos que escribimos (nos salga mejor o peor) ponemos, además de la imaginación, algo de nosotros mismos.

Besos

Anónimo dijo...

A mí me ha gustado, aunque el onanismo femenino no sea uno de mis fetiches, el voyerismo es inherente a todos los hombres -carezco de información sobre los hábitos femeninos-. Y por supuesto no podía faltar ese punto trágico y fatalista con que el amigo Leónidas adorna casi todas sus historias.

Anónimo dijo...

no es muy optimista tu historia, ver a una niña desnuda, en una cama vacia, no invita a nadie a masturbarse, sólo a llenar dos vacios (¿o tres?)

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Si la niña lo hace exhibiéndose ante otro la situación invita a masturbarse y a, si es posible, conocerla en persona y jugar más íntimamente.