Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

domingo, 5 de agosto de 2007

Solaris


Hace unos días he terminado de leer Solaris, de Stanislav Lem, y esta noche me he atrevido a ver la última versión cinematográfica, de Soderbergh, (2003), con Clooney como protagonista. Unos veinte minutos he aguantado. Vaya manera de cargarse la genialidad de Lem.

En esta versión de la historia arruinan ideas necesarias, y a mi juicio (dentro del los veinte minutos que soporté) lo peor es presentar a Harey (llamada Rheya e interpretada por
Natascha McElhone en la película de Soderbergh) con esa cara de putón verbenero. Eso ha sido un crimen inmerecedor de perdón, amigos. A mí la McElhone me la pone dura, porque a mí me van las golfas que cumplen a la perfección el papel de malas de la película, sin embargo: ¡Harey era una santa y yo me había enamorado de ella! ¡Harey no podía tener esa cara de zorrón! ¡Soderbergh, hijo de puta, devuélveme a mi amada! (Es oportuno decir en este momento que he visto unos segundos de la primera versión cinematográfica, de 1972 y dirigida por Andrei Tarkovski, y la coprotagonista Harey es clavadita a como yo la había imaginado durante la lectura de la novela).

Pero le vamos a dar por culo a la peli y vamos a seguir comentando la excelente novela del amigo Stanislav. Dicen en la contraportada del ejemplar que tengo:

"Solaris tiene varios niveles, y es a la vez un rompecabezas psicobiológico, una parábola acerca de las relaciones humanas, y una demostración de que los criterios antropocéntricos son inaplicables en el mundo moderno... Las estrellas son para Lem de algún modo lo que Utopía fue para Moro o Brob-dingng para Swift; un espejo parabólico para nosotros mismos". (Un tal Darko Suvin fue el tontarra que escribió esto, y creo que no leyó la novela).

Solaris es otra cosa más seria y más sencilla. Solaris es la historia de un hombre enamorado de una mujer que está muerta. Es la historia de un amor imposible, del más imposible de los amores. Es eso, aunque los gafapastas digan otra cosa. Solaris es la más triste historia de amor que he leído aun siendo comeculos de los románticos.

A Bécquer le hubiera encantado esta novela de ciencia ficción, y dejaos de "rompecabezas psicobiológicos".


Actualización, (06-08-07): El propio Stanislav Lem me ha salido respondón, y afirma en una entrevista lo siguiente: "Aunque admito que la 'visión de Soderbergh' no está desprovista de ambición, gusto y clima, yo no estoy satisfecho con la preeminencia del amor. Solaris puede ser percibida como la cuenca de un río... y Soderbergh eligió sólo uno de sus afluentes. El principal problema me parece que es el hecho de que, incluso como una adaptación trágico-romántica, parece demasiado exigente para la audiencia masiva, la cual es alimentada por la papilla de Hollywood. Si en el futuro alguien intenta una adaptación más fiel, temo que ésta sólo sería comprendida por una pequeña audiencia".

O sea, que ambos estamos en desacuerdo con el punto de vista de Soderbergh, aunque por razones radicalmente diferentes. Pues sepa usted, señor Lem --listillo, que es usted un listillo--, que a mí lo que me interesa de su novela es esa perturbadora historia de amor, y que lo demás (mimoides y otras zarandajas) sólo me parece paja para rellenar el asunto de Kelvin y Harey.

Corrijo: era usted un listillo.

14 comentarios:

marmotilla dijo...

Veinte minutos? Yo creo que no aguanté tanto...
No sé, igual busco el libro(aunque tengo varias cosas en mente que me apetece leer).

Anónimo dijo...

Bien, veo que después de tanto criticarme el que yo comentase películas y libros en mi space, has decidido tú también hacerlo. Será que has entendido que es una buena manera de intercambiar pareceres y experiencias entre blogeros.
No conozco el libro del que hablas, intentaré localizarlo porque tengo que hacerme con una nueva remesa de lectura en breve, no tengo nada que llevarme a las gafas.
Besos
Besos

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Un momento, un momento, Tesa. A mí no me parece en absoluto mal que se llene una bitácora con críticas de lo que sea, lo que te he censurado en alguna ocasión es que te limites a copiar un fragmento de un libro.

Naturalmente tú a tu blog te lo follas como quieres, faltaría más, pero lo que es este cabeza de chorlito saldrá corriendo siempre que se encuentre un cacho de libro fusilado, así sin más, sin un triste comentario que lo acompañe. Más que nada porque cuando entro a tu bitácora quiero leer lo que ha escrito Tesa, no un señor al que no conozco de nada, y al que si quisiera leer lo haría directamente en sus libros.

(Mira que no haber oído hablar de Solaris...)

Anónimo dijo...

Snif snif snif snif
...la tienes tomada conmigo, tito Chorli
snif

Anónimo dijo...

Recuerdo la película, y no me parecio tan mala, claro que no he leido el libro. Sobre gustos, colores.
Un beso hermoso

Anónimo dijo...

Vi la peli hacen años, ni la entendi o no tenia la capacidad para entenderla. El libro nunca lo he leido.

La peli que vi, fue la verción con el Cloney, y eran unos astronautas en una estacion espacial que si mal no me acuerdo, todo era tan monotomo y aburrido que creo que me dormi viendo la peli, tampoco me acuerdo si me dormi por que creo que estaba dormido. en fin, yono pase de los primeros 20 minutos tampoco.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola, Carlos.

Pues sí, no puede decirse que haya mucha acción en esta historia, la verdad. La lectura de la novela también se me hizo a mí pesada en algunos tramos, pero con todo y con eso la historia del amor imposible entre Harey y Kelvin me parece genial, sobre todo si tenemos en cuenta el motivo por el que es imposible...

Estoy seguro de no haber entendido gran parte de lo que Lem pretendía explicar, y aun así no dejaré de recomendar esta novela. Por cierto, tengo que actualizar la entrada con algo que acabo de leer. Parece que el propio Lem no está de acuerdo con mi manera de resaltar la historia de amor frente a lo demás. (Bah, qué sabrá él, a ver si se cree que por haber escrito la novela la conoce mejor que yo...)

Anónimo dijo...

¡qué huevos tienes! dí que sí... dile al autor en qué dirección tiene que darle el giro para que esté a nuestro gusto ¡anda con él!

Anónimo dijo...

Por desgracia es lo que tiene el cine...partiendo de la base de que han de comprimir toda una obra escrita a escasas dos horas de duración: descuartizan partes enteras de la historia asi como saltarse a la torera algunos fragmenos

en el caso de Solaris no puedo opinar, no he visto la película ni he leído el libro (por falta de tiempo mas que nada...mi lectura se ha visto drásticamente mermada), pero recuerdo ahora mismo el caso de 'El Señor de los anillos', vi primero la pelicula, y luego traté de leer el libro...imposible, era tan distinto a lo que ya habia visto que fui incapaz de seguir....otros casos no me han defraudado tanto (claro que primero leí el libro), como con 'La naranja mecánica' de Burgess y la posterior película de Kubrick, en ese caso no salí nada decepcionado...pero por desgracia, la mayoría son los que tu comentas



*respecto al comentario que dejaste en mi entrada de la teoria del infierno...ya suponía yo que no podía ser real, pero por otro lado la historia está genial...(aun guardo la esperanza de que en algun examen de química me pregunten algo así...porque ante el blancazo frente el papel, no sería mala válvula de escape

**(joder que royo he soltao)

Gerardo dijo...

Vaya, pues a mí lo que más me gustó de la novela fue el desbarre solarista. Y sí, la mejor adaptación es la de Tarkovski, Soderbergh es un cutre. Y anda que George Clooney también queda de un bien... aunque por lo menos no pusieron a Tom Cruise.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

A mí, francamente, el "desbarre solarista" como tú lo llamas, Gerardo, me pierde. En la entrada no era plan reconocerlo por eso de la imagen, pero en los comentarios admitiré que soy demasiado ignorante para captar las sutilezas del amigo Lem.

Por cierto, a ti no te iba la ciencia ficción, ¿no?

Gerardo dijo...

Cierto, la ciencia ficción no me gusta demasiado, no porque le tenga manía como género, ya que hay buenas obras, sino porque creo que tiene una proporción de malos libros muy superior a la de otros, plagado de malos escritores que escriben como aficionados. No sé si será que la mayoría de los escritores de ciencia ficción tienen mayor interés por las ciencias que por las letras y se centran tanto en la parte fantasiosa y científica de la obra que descuidan cultivar la técnica literaria. Muchos ni siquiera escriben con estilos asimilados ya en el XIX. Es mi opinión. Manías, a lo mejor.

Solaris es el único libro de Lem que me ha gustado, a quien le aplico lo dicho arriba, por lo demás que he leído. A la parte del solarismo yo no le conozco significado. No lo he buscado y no sé si lo tiene; pero me encantó como extrañísima invención, tan pormenorizado, es hipnotizante, no sé... Me pareció lo de más valor literario. Es lo que me impresionó, me enganchó y me produjo placer estético en el libro. De hecho, el recuerdo que tengo de él no es el de la historia humana, que casi ni recuerdo más que como resumen, sino las sensaciones que me produjeron esos pasajes.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ay, Gerardo, qué gustazo el día que nos podamos emborrachar juntos mientras me cuentas desbarres (solaristas o de donde sean) y yo me hago el culto y hago como que te entiendo. Y tras esas formalidades me presentas algunas gallegas, joder, que de eso se trata.

Gerardo dijo...

Yo no soy culto, Leo, creo que solo estoy falto de complejos e intimidaciones intelectuales y opino lo que me da la gana.

Ejemplo: Lars von Trier es un imbécil con ínfulas de genio y el manifiesto dogma una mierda pretenciosa que no descubre nada nuevo. Como tantas de sus bazofias para intelectualoides encantados de conocerse, Bailando en la oscuridad es un melodrama barato peor que una de esas cursiladas de Joselito en las que canta para que una cieguita se pueda operar, y Björk es una histérica snob sin talento ni interés alguno que cree que con hacerse la extraña basta para ser una artista vanguardista.

Ah, qué bien me he quedado.