Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

lunes, 21 de abril de 2008

Pequeño Gusi, linda cosita


Aunque muchos lo oculten, yo sé que quienes siguen esta bitácora adoraban a mi gato Gusifluky. Quizá no deberían leer esta entrada, y allá ellos si lo hacen. Va a ser la última que aparecerá en la categoría de Diálogos con mi gato. No podrá haber más diálogos, al menos no con Gusi.

El pequeño Gusifluky ha muerto hoy a las 16 horas y 37 minutos.

Cuando esto se publique yo ya habré sido denunciado por maltrato de animales domésticos. Maldita bruja la vecina que ha ido a denunciarme. Como si yo no tuviera bastante con la muerte de Gusi, encima me van a hacer pagar el pato. O el gato, vamos.

Nunca soporté a esa arpía, pero hoy me he sentido pletórico de generosidad, de buenrollismo vecinal, y le he ofrecido una jarra de gazpacho que acababa de preparar pensando en ella, porque sé que le gusta mucho. Ahí es cuando todo se ha ido a la puta mierda. Dejen que lo cuente desde el principio:

He llegado a casa sobre las 15 horas, cansado, cabreado y hasta los huevos del mundo. Gusifluky, jugando con los cordones de las botas mientras yo los desanudaba, me arañó los dedos. Impaciente le di una patada y lo hice volar.

Gusi, estrellado contra la cómoda y asustado, me miró con esa carita entre lastimera y agresiva de animal acorralado que ponía en estas ocasiones.

-¿Mmñgrrr?- preguntó con desconcierto.

-Lo siento, hijo, lo siento. Perdóname. Me enfado mucho cuando me haces daño con esas uñas tan afiladas. El mal humor me lleva a la violencia, pero de verdad que me arrepiento inmediatamente.

-Padre, ¿ya no me quiere? Soy un gato adulto, si no me quiere con usted, abra la puerta y deje que me busque la vida. Será duro, pero sobreviviré un par de años más, creo. Hasta que me atropellen o algún humano medio psicópata como usted me dé una patada demasiado fuerte...

Me jodió siempre que Gusi dijera esas cosas, me dolía cuando me hablaba de esa manera. No es que se pusiera victimista ni autocompasivo; es que él era así y lo decía en serio. Y además tenía razón, por eso siempre acababa provocándome remordimientos.

-¡Calla, gato malo! No dejaré que te marches. No puedo dejarte solo... ni quedarme solo.

-Así que es eso, padre. Egoísmo, puro egoísmo...

Se ha marchado al transportador, su ilusorio refugio, dejándome más a solas que nunca tras sus palabras acusadoras. El envenenado reproche ma ha hecho sentir la necesidad ineludible de compensarlo de alguna manera, y he recordado entonces que a Gusi le gustaba meterse en la bañera conmigo. Pensaba darme una ducha rápida, pero qué coño, podía permitirme un baño largo jugando con mi hijo gatuno; nadie me esperaba, salvo él, que lo esperaba todo de mí.

Lo saqué del transportador por la fuerza. Después de la patada estaba reticente y se ha quejado un poco:

-¡Mmmjjjjjjjjjjjjgggrrrr!

-Shhhh, tranqui, mi niño. Vamos a darnos un bañito. Verás qué rico.

Una vez en el cuarto de baño, que ya estaba lleno de vapor, se tranquilizó, y pataleando me pidió que lo dejara en el suelo. Empinado para ver el interior de la bañera, y comprobando que no había demasiada agua (al pobre le daba miedo si no hacía pie) giró su cabecita hacia mí, y ya sin rastro de rencor pidió permiso para zambullirse:

-¿Ñiu?

-Claro, hijo, adelante. Es para ti.

Con mucho cuidado se subió al borde de la bañera, su piscina. Lentamente, con ese equilibrio felino tan suyo, ha tanteado el agua con las patas delanteras, en imposible postura que parecía contravenir la gravedad. La temperatura era de su agrado y se dejó caer en el colchón de agua con delicadeza; no le gustaron nunca los chapoteos.

Después me metí yo en la bañera. Recuerdo que me arrodillé frente a él, lo mojé con agua tibia y comencé a enjabonarlo. No sé qué pasó exactamente a continuación. Supongo que le metí gel en los ojos, pero no estoy seguro. Lo cierto que sentí un fuerte pinchazo en un muslo, y que sentí mucho dolor.

Como ya dije antes, hoy no estaba de buen humor, y eso me pone violento, así que no fue buena la ocasión elegida por Gusi para clavarme las uñas en los muslos.

Agarrando a Gusi por el cuello hundí su cabeza en el agua. Él me arañaba los antebrazos. Se risistía con fiereza, pero la verdad es que fue más fácil y breve de lo que podría pensarse. Yo calculo que menos de un minuto.

Cuando lo he sacado del agua estaría en coma, supuse, no muerto del todo. Me acordé de eso que dicen de las siete vidas del gato, y temí que si resucitaba su venganza sería, como suele decirse, terrible. Por si las moscas lo he llevado a la cocina, con la intención de meterlo en la Thermomix, pero no cabía. Mientras pensaba qué hacer ante ese inconveniente lo he introducido en el microondas, a máxima potencia durante unos pocos segundos, los justos para que no estallara mi pequeño gatito querido, pero suficientes para que se le derritieran los ojos. Siempre pensé que los ojos de Gusifluky destilarían un líquido de color pipí, pero han supurado una especie de leche aguada. Decidí trocearlo sobre la tabla de cortar carne e ir metiéndolo a cachos en la Thermo. Eran las 16 horas y 37 minutos.

La Thermomix es un cacharro muy versátil, pero debo decir en su contra que no le ha sido fácil pulverizar los huesos de mi gato. Aumenté progresivamente la velocidad de las cuchillas, zum... zum... ZUM... ZUM ZUM ZUM ZUMZUMZUM..., pero a veces, entre el ZUMZUM, se oía un ¡CRAC! y volvía el silencio. Entonces tenía que parar la máquina, y con una cucharilla desatascaba un hueso duro que había logrado bloquear el poderoso motor de la Thermomix. Finalmente puse la velocidad turbo, y entonces sólo se oía un potente ¡SSFIUSSSSSFIUSSSSSSFIUSSSSSS! Repetí la operación tres veces en total, hasta acabar con todos los despojos de Gusifluky, que fui vertiendo en una jarra de dos litros. No cupo todo el licuefacto gato en ese recipiente, así que he guardado varios vasos en el congelador con el producto sobrante, a los que he añadido unos chorritos de whisky. La idea es sorprender a los invitados con algo nuevo.

Respecto a los dos litros de Gusi que quedaron en la jarra... Bueno, ya se podrán imaginar que el color y la textura parecían los de un gazpacho, y entonces me he acordado de mi vecina y de lo mucho que le gusta ese brebaje. He puesto algo de hielo en la jarra y, ni corto ni perezoso, le he hecho una visita y una ofrenda a mi vecina la arpía.

Emocionada la buena señora me ha agradecido infinitamente el detalle, y me ha propuesto sellar nuestra incipiente amistad bebiendo juntos un vaso de gazpacho. "Qué buena pinta tiene", ha dicho la bruja. Luego lo ha probado, ha vuelto a escupirlo en el vaso y ha gritado:

-¿QUÉ MIERDA ES ESTO?

-Ey, sin ofender, que es mi gato licuado, señora- he respondido candorosamente.

En cuanto he dicho eso la vieja furcia ha salido disparada a denunciarme. No sé que puñetas voy a hacer yo solito con tanto gazpacho. Esto... ¿ustedes gustan?

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, no debería haberla leído. Si me pinchan no me sacan sangre.

Gusi, te echaré de menos.

Anónimo dijo...

Relato escalofriante, de como eliminar un lindo gatito, tenebroso y asqueroso.
Imaginación sádica, que tiene el Leonidas.
Si el "gusy" pudiera leer las burradas que has puesto sobre su muerte te llenaria el cuerpo de arañazos y de un gran zarpazo, te dejaria sin tu churra o cipote o como tu suelas llamarlo.
Menos mal que tan solo es tu imaginación y que no eres capaz de hacer daño al gatito.
Un saludito so brutito
Lucia

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Lucía, gracias por tu fe en mi bondad. Estás invitada a un vaso de ponche de Gusi en mi casa.

Desgraciadamente Gusifluky ha fenecido, pero tras encontrar su chip en un vaso de "gazpacho", creo que me haré un colgante con él, y de ese modo siempre lo llevaré en mi corazón.

Gracias a ti y al anónimo anterior por vuestro apoyo en estos momentos de insufrible dolor.

¡Joder, qué solo me siento!

Anónimo dijo...

Podias hacer con la piel, una gran cantimplora o botarrón y beber por el pitorro o pitorrón.
Yo lo hice con mi abuelo, pero en vida.

Descanse en paz tu gato y mi abuelo.

Anónimo dijo...

Vaya, lo siento mucho tío. Si necesitas hablar llámame, los amigos están para esto y para ponerse mirando a Almería con los ojos cerrados y los labios (de la boca)apretados esperando la llegada de un advenimiento celestial y redentor.

Besitos de vainilla.

J.

Anónimo dijo...

eres un hijo de puta

Anónimo dijo...

como coño publicas esto??

Tito Charly dijo...

hahahahahha que bueno! Me encanta, pero la verdad es que no se como se te ocurre mezclar gusy y whisky! Si todos sabemos que si gato has de beber vodka has de verter! Espero que te dure en el congelador asi en navidad brindas con y por el.

Anónimo dijo...

Esta entrada no se contradice y mucho con aquella del psicópata aspirante a concejal?

Rebeca

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Jelou a todos. Os respondo individualmente, vidas mías.

María Fernanda:

Eres una sádica. No me provoques, a menos que quieras que yo haga chistes acerca de la maratón que vas a correr... con una sola pierna.

Jota:

No he terminado de pillar el chiste, pero te ruego que le digas a tu novia la peluquera que me coja el teléfono alguna vez. Que ella sea desleal no debe empujarme a serlo yo. La echo de menos.

Víctor:

Por supuesto que soy un hijo de puta, y no me creo que te hayas enterado ahora. Que sepas que publiqué cosas peores y no te quejaste, ¿a qué viene tu indignación ahora?

Tito Charly:

Eres un insensible, y además discrepo en eso del vodka. En mi opinión Gusi es perfectamente mezclable con whisky, y hasta con gaseosa para los abstemios.

Rebeca:

En efecto, has dado en el clavo. Acabas de demostrar que soy humano, y por lo tanto falible y lleno de contradicciones. Pero dime, ¿a quién le importa un puto gato de mierda?

Anónimo dijo...

Si toda la evolución humana se reduce a poder pronunciar "puto gato de mierda" qué guapos estábamos mudos y monos.

Rebeca

Anónimo dijo...

Querido Leonidas:
Si soy yo , "El Gusy" , bueno su espiritu.
Acabo de hacer una copia de tu confesión de mi asesinato, me he acercado a las puertas del cielo y se la he entregado a un señor vestido de blanco con una espesa barba, no se si era San Pedro o San judas, o San Pablo porque como no me has enseñado que hay un más allà, y que hay santos en el cielo, soy ateo por lo que no he podido reconocer al portero.
Así que ya sabes no entraras en el paraiso, iras derechito al infierno.
También quisiera decirte que has sido cruel, teniendome encerrado en tu casa, mientras tu copulabas, con hembras yo me he perdido ese inmenso placer, pero ahora en estos dias que llevo en el limbo he conocido una linda gatita con la que llevo poniendome meloson desde que me mandaste aqui, fijate como será la cosa,que quiero comunicarte que serás abuelo y que al primer macho le pondremos tu nombre.
Esta linda gatita pertenece a una gran familia gitana, vivian en una furgoneta a las afueras de la ciudad y perecieron cuando unos gamberros la rociaron con gasolina.
Dado que en su anterior vida no conocieron la comodidad de un horgar he decidido mudarnos a la mia, o sea a la nuestra.
Asi que mi espiritu y los espiritus de mi nueva familia (que son una gran tropa)viviremos a tu lado, no te sorprendas si aparecen cables mordisqueados, o desaparecen calcetines, o ruidos extraños te despiertan por la noche, si la nevera queda vacia,somos nosotros tu gran famila nueva.
Decirte tambien ya que estamos, que no me gusta que me bañes, odio el agua, y menos ahora asi que oleremos un poco pero ya sabrás arreglar el problema.
Un consejo pon una gran caja con arena , piensa que ahora somos una gran famila y por higiene y para que los vecinos no te pongan más denuncias sera lo más prudente por tu parte.
En fin los proximos comunicados te los dejare en el espejo del cuarto de baño.
Un saludo merengoso:
Gusy

= La Meji = dijo...

pues nada.

solo paso a saludar y adecir que me gusto tu relato y que me declaro fiel admiradora de tu forma de escribri de ahora en adelante intentare entrar cada que pueda aunquesea a leer

Anónimo dijo...

Creo que eres un sadico, querido Leonidas, para que llegar a tal extremo? Si tanto dolor te provocaban los arañazos de Gusi solo bastaba con tomar un alicate, o pinza, y arrancarselas una a una, con raiz y todo, santo remedio!


Paloma.

Anónimo dijo...

Es extraño Chorlito, pero mi novia la peluquera tampoco me coge el teléfono a mí. Quizás no conteste porque está con la boca llena...

J.

Anónimo dijo...

mi pesame por gusi!!!
y ahora con tu permiso,
jajjajajjajajajjajajjajajjajjajjaj,
buenisimo, sobre todo un detalle invitar a tu vecina al gazpacho, jajjajajjajjaja

Gerardo dijo...

Ni a tu gato respetas, qué vergüenza.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola a todos. Voy con las respuestas.

Rebeca:

No me hables así, y no seas tan hipócrita, que si vienes tanto por este lar será por algo.

"Espíritu de Gusi":

Sé que mientes porque Gusifluky nunca me llamaba Leónidas, sino padre. Otra historia de la que mi amigo Íker Jiménez no podrá sacar tajada.

La Meji(¿llón?):

Gracias. Me alegra saber que te gusta lo que has leído, pero no deberías perder demasiado tiempo leyendo mis tontunas. ¿Es esto falsa modestia por mi parte? Sí, lo es.

Paloma:

Además de arrancarle las uñas, alguien me sugirió desdentarlo mediante unos alicates, para que pudiera chupármela sin hacerme daño. La verdad es que tanto tu propuesta como la otra me parecen salvajadas de indecible crueldad. Yo no podría hacerle semejante cosa a un gato.

Jota:

No me extrañaría. Perdona que te lo diga, pero tu novia la peluquera siempre me pareció un poco puta.

Nomolamos:

¿Y a ti qué te hace tanta gracia? A mí todo esto me parece tristísimo.

Gerardo:

Sí. Echaíto a perder estoy. Sólo respeto... sólo respeto los... espera, las..., no, respeto a todo aquello que... ¡Joder, algo respetaré! Otro día, ya cuando me acuerde, te lo cuento.

Anónimo dijo...

Querido Leonidas:
No te podria llamar padre despues de que me has destrozado, además, tu y yo sabemos que no eres mi verdadero padre, no tienes la cola tan larga, más quisieras.
Un saludito merengoso
Gusy

Tito Charly dijo...

Joder ni siquiera gusy sabe poner su nombre donde toca?!

Anónimo dijo...

¿Y cómo le he hablado, Señor K?
Si le molestan mis comentarios no tiene más que decirlo.
Si frecuento este lar, es pq consigue en una misma entrada que me desternille de la risa o que pronuncie ¡será ceporrete!. Admiración intelectual. No vea mala fe donde no la hay.

Rebeca.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Al anónimo que firma como Gusy:

Lucía, cariño, tú no sabes cómo tengo yo la cola... porque no quieres, que todo hay que decirlo.

Tito Charly:

A mí también me da por saco que no pongan su alias donde deben, pero lo tuyo es ya obsesión, macho.

Rebeca:

Me sentí un poco ofendido por tus palabras. ¿Soy ceporrete, Rebeca? Joooo... ¿Y un ceporro (persona torpe e ignorante según el DRAE) te causa admiración intelectual? Más joooo... Bueno, que te rías es lo que de verdad importa. Soy un payaso frustrado que se hizo militar para poder trabajar en un circo, aunque sea otra clase de circo.

Mario Lorenz dijo...

Joder Leónidas !! la entrada es buenísima pero el hilo de los comentarios es para partirse el culo.
Aun así, mis condolencias y felicitaciones por hacer de la muerte de un ser querido motivo de risa y constatar, una vez mas, que las palabras no hacen daño, los pensamientos si, incluso a veces, mas que los actos.
Un saludo.

Unknown dijo...

Hola, el gato se ha muerto de verdad?

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

No, Arantza, no se ha muerto. En este momento está subido al escritorio y pegándome cabezazos para que le preste atención.