Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

sábado, 21 de junio de 2008

Me han entrevistado para un periódico, ¡guau!


Hola, amiguitos. Lo mantuve en secreto hasta ahora, pero ya no puedo más. Hace unos días me llamaron de un periódico para solicitarme una entrevista. ¡Una entrevista a Leónidas! ¡Como si yo fuera alguien! Dije que sí, claro, pero puse la condición de que no fuera en mi casa (no está muy visitable), y propuse el mesón que hay justo debajo de donde vivo (la idea de ser entrevistado me gustaba, pero no tanto como para irme muy lejos). Ah, también dejé caer, haciendo como que no era importante el detalle, que me siento más cómodo hablando con mujeres, por si colaba. Parece que coló.

Ayer, exactamente a las 18 horas 37 minutos efectué mi triunfal entrada en el mesón Las Palmeras. No me dio ni tiempo a mirar a la parroquia, porque inmediatamente se me acercó una chica guapa que dijo:

- ¡Hola! Tú eres Francisco Javier, alias Leónidas, ¿a que sí?

- Vaya, pues sí, soy yo. ¿Cómo lo has sabido?

La periodista se ha reído sin contestarme. Palabrita del niño Jesús que he pensado por un momento que quizá me tatué la dirección de mi blog en la frente y se me había olvidado. El síndrome de Korsakov, ya saben.

La chica esta era notablemente más baja y joven que yo, morena, grandes ojos castaños, buen tipito, tetas generosas, y cara simpática de mujer lista pero no demasiado mala. Confianzudamente me ha cogido por un brazo y me ha hecho sentarme a una de las mesas, donde la esperaban una cerveza (sin alcohol, supe después) y una pequeña grabadora. Ella misma hizo una señal al camarero:

- Otra sin para mí, que esta ya está fría, y para él -señalándome mientras guiñaba un ojo- un... JB con Coca-Cola, creo.

Y creía bien. Pardiez que empezaba a adorar a esa dama.

-Me llamo Marta, y también soy bloguera, así que relájate que sé de qué va esto. ¿Empezamos?

- Cuando quieras, mi niña.

Lo que sigue es la entrevista tal como aparecerá, gracias a que Marta Marmota me la ha enviado a mi correo antes de publicarla en el diario para el que trabaja:


***

Leónidas Kowalski de Arimatea entra en el mesón Las Palmeras con varios minutos de retraso. Yo llevo esparándolo más de media hora, en una mesa desde la que vigilo las dos entradas del local porque he querido saber si lo reconocería. Leónidas no es como me lo había imaginado, pero en cuanto lo veo cruzar el umbral con las cejas levemente arqueadas y cara de bobo sé que se trata de él; todos los primerizos tienen esa cara cuando van a ser entrevistados.

Viste informalmente, casi desaliñado, y cuando lo cojo del brazo para conducirlo a nuestra mesa noto que está tenso y que huele a tabaco y a loción para después del afeitado. Le sudan y le tiemblan las manos.

He tenido tres días para preparar la entrevista, durante los cuales he invertido muchas horas en leer Diario de un Cabeza de Chorlito, que me han servido para saber, entre otros mil detalles, que Leónidas bebe whisky JB con Coca-Cola. Pido eso para él y otra cerveza sin alcohol para mí. Confío en que Leo se relaje mientras bebe y se muestra locuaz y sincero.

M: ¿Empezamos?

L: Cuando quieras, mi niña.

M: ¿Cómo prefieres que te llame, por tu alias bloguero o por tu nombre de pila?

Se lo piensa durante unos segundos y responde muy serio:

L: Si no te importa, llámame "mi amo y señor".

Lo dice con aplomo y como si le pareciera algo muy normal. Estoy a punto de levantarme y dar por concluida la entrevista cuando Leónidas muestra una tímida sonrisa y añade:

L: No, no. Perdona, era una broma tonta. Es típico en mí. Llámame Leónidas, o Leo si quieres. Estamos aquí por mi blog, no por mi yo extrablogosférico, así que prefiero ser Leo.

M: De acuerdo, Leónidas. Tus inicios blogueros se remontan a febrero de 2006, en Spaces. ¿Qué te llevó a pasarte a Blogspot?

L: Principalmente el puritano código de conducta de los Spaces. Me sentía asfixiado allí, y siempre bajo el temor de conectarme un día a Internet y descubrir que mi blog había desaparecido por incumplir aquel estrecho código de conducta. Además de eso los Spaces funcionan de un modo un poco sectario, exigiendo registros y cuentas de usuario a los lectores que quieran comentar. Eso es una putada y hace que se formen comunidades cerradas alrededor de un blog.

M: ¿Hay algo que eches de menos de los Spaces?

L: Sí, la verdad es que sí. Echo de menos el ambientillo festivo que solía haber entre los comentaristas. Eran más que ahora y más activos. Opino que los comentarios enriquecen los blogs y dan mucho juego. En blogspot, no sé por qué, parece que la gente se corta más. Creo que ahora tengo más lectores que antes, y sin embargo no hay tanta juerga en los comentarios. De hecho me consta que al pasar a Blogspot dejaron de visitarme muchos lectores fieles de Spaces. Es un tema que me parece muy misterioso.

M: Hablando de misterios, es frecuente que en DCC ataques a personas como Íker Jiménez o J.J. Benítez, ¿por qué?

L: Los misterios nos atraen a todos, pero debe de ser para desentrañarlos y aprender, no para fomentarlos y vivir de ellos, fomentando así la ignorancia, que es lo que hacen esos dos señores que mencionas. Benítez, sin ir más lejos, ha tenido la desfachatez de decir públicamente que "los misterios no deben ser desvelados". Tócate los huevos. Para mí esos dos, y tantos otros, son gentuza. Y a la gentuza, palos y mala vida.

M: Tienes fama de hablar claro y alto, sin plegarte a convencionalismos sociales, ¿eso te ha provocado algún problema?

L: No, ninguno grave. Creo que muchas personas se callan ciertas opiniones por temor a las reacciones que pudieran suscitar, pero si se atrevieran a hablar más clara y sinceramente comprobarían que nadie se los va a comer por ello, e incluso descubrirían que hay muchas más personas que comparten esas opiniones. De todos modos debo decir que no soy ni tan sincero ni tan valiente como algunos creen: las mejores historias son las que no me atrevo a contar.

M: ¡Atrévete a contar alguna de esas historias ahora!

Leo da un largo trago a su copa y pienso que se va a lanzar, pero al cabo de unos instantes de reflexión responde:

L: No, qué va. Ni hablar del peluquín. Más preguntas.

M: Eres militar, ¿no parece un poco raro que un militar escriba un blog, o incluso que escriba cualquier otra cosa?

L: En absoluto. Por alguna razón la pluma siempre anduvo cerca de la espada, ¿hace falta mencionar ejemplos famosos? Incluso existe en España una asociación de militares escritores. Con respecto a los blogs, hay muchos militares que bloguean, pero no mencionan su profesión, al igual que yo al principio.

M: Ahora, en cambio, no la ocultas.

L: Así es, como tampoco oculto ya mi identidad. Esto de ir a cara descubierta me da cierta tranquilidad con mi conciencia, pero también me limita, y mucho, la sinceridad. ¡Qué de cosas me gustaría contar y no puedo por temor a represalias! Especialmente en lo referente a mi profesión.

M: A veces mencionas a tus "tres o cuatro lectores", pero serán algunos más...

L: Sí, es que soy muy humilde. En verdad deben de ser seis o siete.

M: ¿Y cómo sobrellevas la fama?

L: Al principio me asustó un poco, luego empezó a gustarme, y ahora ya me da igual. Me he acostumbrado a ir por la calle firmando autógrafos y apartando a bofetadas a las mujeres que se me echan encima pidiéndome un hijo.

M: Mujeres. Leyéndote se diría que has vivido infinidad de aventuras, ¿no resultas un poco fantasma a veces?

L: Sé que hay quien piensa así, pero como ya dije antes son las mejores historias las que no puedo contar, y es una pena, porque a los hombres nos gusta presumir de esas cosas. Me callo mucho por respeto... y bueno, también porque no quiero llevarme una puñalada de algún marido sensible. En cualquier caso me está pasando como a la Legión, que vive de glorias pasadas. Ya no soy el que era, ¡joder, si vivo encerrado en casa, huyendo del trato con personas, incluidas mujeres!

M: Sí, enclaustrado con Gusifluky. Por cierto, muchas personas creen que Gusi no existe, que es uno de tus personajes de ficción. ¿Qué tienes que decir a eso?

L: Gusifluky existe, aunque a veces me gustaría que no fuera así. Cuando me lo ofrecieron lo acepté irreflexivamente, y lo cierto es que ahora me arrepiento. Si supiera de alguien de confianza que sepa tratar a los gatos y que lo quisiera, sin duda se lo regalaría. Es más, creo que Gusi ganaría mucho con el cambio. He tenido otros gatos, pero siempre había alguien conmigo que los atendía debidamente. Gracias a Gusifluky he aprendido sobre mí mismo que no soy una persona que sirva para cuidar a los demás. Es una verdad que no me gusta, pero que acepto.

M: Quien sí que es uno de tus personajes ficticios (espero) es el antropólogo Misó Gino. Hace mucho que no mencionas sus aventuras y provocadoras teorías, ¿ha muerto?

L: Confío en que no. Tal vez la malvada capitán Bragas Blindadas lo ha capturado y lo tiene sometido a torturas, pero muerto no creo que esté, porque si así fuera la Vicepresidenta Fernández de la Verga y la Ministra de Igualdad Bibi Aído ya hubieran exhibido su cabeza clavada en una pica. Puede que sólo esté escondido huyendo de las hordas feminazis. Misó es un tipo majo, aunque incomprendido.

M: La sección de DCC llamada "Cuentos que no contarías a tus hijos" muestra historias que no siempre sientan bien a los lectores. ¿No temes perder público?

L: Esa sección debería llamarse mejor "Cuentos que no contarías a tus hijos y que no deberían leer los gilipollas". Lo que hay es mucho hipócrita que pone el grito en el cielo pero que luego está deseando leer el siguiente cuento brutal. También hay mucho imbécil que confunde la ficción con la opinión. Si pierdo a lectores por esos cuentos me parece muy bien, porque no son esos los lectores para los que merece la pena escribir. Además, cuando no se tiene talento para escribir bien, sólo queda escribir algo diferente, aunque no sea bueno.

M: ¿Por qué escogiste Diario de un Cabeza de Chorlito como título para tu blog?

L: Porque siempre he querido dejar claro que todo cuanto ahí se escribe son chorradas intrascendentes. Hasta cuando hablo de cosas importantes para mí soy consciente de que para los demás no tienen por qué serlo.

M: Leónidas Kowalski de Arimatea, qué extraño nombre. ¿Significa algo para ti?

L: El primer apellido, Kowalski, es una broma mía hacia mí mismo. Kowalski se llama un soldado que aparece en infinidad de películas bélicas. Por lo demás quería un nombre que incitara a risa, un nombre disparatado y absurdo, a la vez que sonoro. No sé si lo he conseguido.

M: Otra sección de DCC, la llamada "Vómitos sangrientos y palabras envenenadas", hace mucho que no se actualiza, y casi todas sus entradas pertenecen a los comienzos de tu blog. ¿No escribirás más en esa categoría?

L: Cuanto más muerta esté esa sección, más vivo estaré yo. Podría decirse que creé DCC para esa categoría, para soltar mierda. Afortunadamente ahora me desahogo sin caer en la profunda depresión que me llevó a escribir esos vómitos sangrientos, cuando aún no existía Leónidas.

M: Te confieso que mi preferida es la sección "Diálogos con mi gato", pero escribes poco ahí.

L: Es normal. Ten en cuenta que son diálogos mantenidos con Gusi, y los gatos son bastante reservados y silenciosos. No es frecuente que charlemos.

M: En la última entrada de esa categoría "matas" a Gusifluky. ¿Es una manera de decir que ya no actualizarás los "Diálogos con mi gato"?

L: Qué va, qué va. Sólo fue una tomadura de pelo a los fans de Gusi, que los tiene más que yo según he descubierto. El asunto despertó una inesperada reacción por parte de algunos lectores, que llegaron a escribirme a mi correo para preguntarme en serio si le había pasado algo malo al pobre gato. Es una de las experiencias más interesantes que me ha reportado el escribir un blog. Fue conmovedor, de verdad.

M: Ya para finalizar, no podía faltar la pregunta típica para un bloguero: ¿Cómo crees que la web 2.0 y el fenómeno de los blogs va a cambiar el concepto del periodismo, el intercambio de información, la globalización informativa, la censura estatal y los pasteles de carne murcianos?

L: Muy buena pregunta. No sé lo que es la web 2.0, pero seguro que si preguntas a los Microsiervos o a Quique Dans podrán responderte.

M: ¿Microsiervos y Quique Dans? No me suenan...

L: Son unos que hablan mucho y dicen poco. Bah, no importa.

M: Bien, pues muchas gracias por tu tiempo.

L: De nada. Oye, ahora que ha terminado la entrevista, ¿nos podemos ir a follar? ¿Tu periódico pagará el hotel?

M: Vete a la mierda, payaso.

Pago la cuenta apresuradamente y me dispongo a volver a Zaragoza cuando a mi espalda oigo decir a Leónidas:

L: ¡Eh, déjame pagado otra cubata al menos! ¡Sosa! ¡Tía bruja!

Entonces ya no me puedo contener y le grito:

M: ¡Eres un gilipollas! ¡Y esta entrevista no se ha producido, subnormal! ¡Aprende a distinguir la realidad de la ficción, patético, que eres un patético y un ególatra! Ah, y otra cosa: ¡me cago en el Misó y ojalá se muera!

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder Marta, cuántas molestias te tomas sólo para mandar a un gilipollas a la mierda. Yo no habría llegado a tanto, la verdad.
A no ser que el gilipollas en cuestión me importara lo más mínimo, claro.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Disculpen a MO. Cuando dejó este comentario estaba hasta arriba de porros y cerveza y no se dio cuenta de que la entrevista es purita ficción.

Tampoco se acordó de dejar enlace a su blog, pero eso lo resuelvo yo ahora mismito. Se llama YO NO HE SIDO.

Anónimo dijo...

Que hilarante entrevista, debo decir que tú imaginación no tiene limites.

Como siempre me has hecho reir.

Saludos desde el otro lado del charco.

P.D. Te he firmado con mi nombre así nos dejamos de lado lo de la "amiga mexicana"

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Hola, Diana. Sí, mejor llamarte por tu nombre que de la otra manera, gracias.

¿La entrevista es hilarante? No lo entiendo. Al final sí, desde luego, o por lo menos eso pretendí, pero mis intenciones cómicas sólo se manifiestan al final. Lo demás va en serio.

Yamil dijo...

Jajajaja, increible la autoentrevista!, ¿Has llegado ha pensar si estas desarrolando trastorno bipolar?
Que puntazo lo de: "mi amo y señor"
Eh, lo de tomar JB con Coca-cola malisimo, recuerda con que limpia Guillermo Plomez las tuberias.

Anónimo dijo...

Y a mí que me gusta ese punto canalla...
Menos mal que no soy la única.
Un abrazo.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Más que trastorno bipolar, Osiris, esto sería esquizofrenia. Pero tampoco.

He querido jugar un poco y contar algunas cosas que me apetecía contar, y ya de paso hacer un guiño a Marta Marmota, que realmente es periodista y desde hace tiempo me la tiene jurada por razones de feminismo mal entendido, creo yo. ¡Y mira que yo le tengo un cariño...!

Sí, sí, sé que debo dejar la Coca-Cola, y tras ella dejaré el agua. Ojalá me convierta en un tío sano y acabe bebiendo sólo whisky.

Anónimo dijo...

Qué va eh, no eran los porros ni la cerveza, ya sé que tú intentas dejarme bien y ese rollo porque me tienes algún tipo de aprecio y tal pero no te engañes, cielo, soy gilipollas sin más.
O eso o me dura el colocón ya siete horas.

MO.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Eres guay, MO. Te quiero algo, como la galga al galgo, pero intenta firmar con tu enlace, anda.

Anónimo dijo...

A ver, espera que yo no me entero (entre los porros y que soy gilipollas ya sabes, voy más lentita y eso), ¿me estás pidiendo que deje mi enlace sólo por tocarme los cojones o porque realmente eres igual de gilipollas que yo? porque de pronto, casi sin querer, se me vienen los nombres de Elena, Rebeca, Reve...
No sé eh! creo que lo tuyo ya es fijación, cielo.
No sé de qué forma pero fijación fijo.


MO.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Querida MO:

Cuando sé de un comentarista que escribe un blog y que comenta sin enlazarse siempre -SIEMPRE- le pido que se enlace. A veces se lo pido en privado, y es que en el mundo pasan más cosas de las que tú te enteras.

Cuando no lo hago es porque supongo que no puede enlazarse porque no escribe públicamente. No todo el mundo escribe blogs huecos como el tuyo o el mío, ¿sabes?

No obstante, alguna de las damas que nombras sí deja ahora comentarios con su enlace. Lo que pasa es que tú no te enteras porque usa otro nombre.

Listilla, que eres una listilla.

Anónimo dijo...

Uf, es muy largo para leerlo. Paso. La próxima vez intenta conseguir humillarme en un sólo párrafo y de los cortitos.
Ya sabes lo vaga que soy y eso.

MO.

SraM. dijo...
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SraM. dijo...
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SraM. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Vaya por dios, Sara M., ahora que te iba a responder adecuadamente veo que tú solita has considerado que era mejor recular. Bien hecho.

Sí te diré que trasladar las discusiones adonde están fuera de lugar es de muy mal gusto. No vuelvas a hacerlo.

kitty_wuuuu dijo...
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Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ya ves, querida Kitty (porque ahora eres Kitty y no África), resulta que Leíto es humano. Humano y con un extenso catálogo de defectos bajo el brazo.

"¡Le vendo un defecto, señorita! ¡O dos sin son pequeños! Los vendo baratos, señorita. Tengo cualquier defecto que usted desee. Insatisfacción garantizada, señorita. Si queda satisfecha le devuelvo el dinero."

(No sabes la alegría que me has dado por volver por aquí, ¡y además con un flamante blog! Ya te contaré...)

kitty_wuuuu dijo...
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Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Sé paciente, Kitty, ya te lo contaré. Es algo que he recordado recientemente y tiene que ver con tu niñez. Me lo contó Diego y me pareció tan enternecedor... El recuerdo de esa escena que no vi me ha acompañado durante quince años... ¡Y ahora tengo a la protagonista "delante"!

Joder, la vida es guay.

kitty_wuuuu dijo...
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Anónimo dijo...

Pero anda! era en serio? pues lo más serio es eso de "amo y señor", te debo llamar así o lo dejamos en Leo?

Es que hay que ser respetuosa con el dueño del lugar no vaya a ser y nos de una patada y nos corra :-)

Anda! Se buenito y deja que me ría tranquila, saludos!

marmotilla dijo...

Uf, qué susto. Pensaba que habías enloquecido!

Pero no bebo cerveza, ni sin alcohol ni con él.

:)

Y, ni te la tengo jurada, ni si lo hiciera sería por feminismo mal entendido. Pero creo que ya lo sabes (por lo menos lo primero).

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Diana, si quieres te dejo que me llames "mi amo y señor". Por hacerte un favor más que nada.

Marmota, temía que te tomaras a las malas este guiño. Me has quitado un peso de encima, y ya sabes: más humor y menos grises y negros.