Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

martes, 10 de agosto de 2010

Pequeño homenaje a una dama muerta

No mencionaré su nombre ni otros datos que puedan identificarla; a ella no le gustaría, aunque ya da igual porque está muerta. Se portó muy mal conmigo -y perdonen que me salte esa tácita norma de hablar bien de los muertos-, y me utilizó sádicamente para sus ratos de ocio logrando que la quisiera con esas ganas locas de abrazarla como solo se quiere a los hermanos o a los gatos.

Ella escribía de una manera talentosa y espontánea que nunca más he vuelto a ver en nadie salvo recientemente en una tal Barbijaputa. Era capaz de contar la más insignificante anécdota de un modo épico, humorístico y subyugante que me mantenía pegado al monitor entre carcajadas, y alguna vez también entre lágrimas; los cabezas de chorlito también lloran.

Una vez me dijo que ella escribía como si estuviera en un bar contándole la cosa a sus amigas. Para conseguir eso hay que tener talento, ¡y por los bigotes de Gusifluky que ella lo tenía! A pesar de todo abrió y cerró varios blogs (algunos tras un incendiario comentario mío, la muy idiota), y yo la perseguía hasta encontrarla con mi astucia o, las más de las veces, hasta que un oportuno chivatazo la delataba. Cuando la volvía a encontrar dejaba mi sello mediante un comentario: "Zorra de mierda, no te hagas tanto la guay que algunos te conocemos", por ejemplo.

Quizá esa chica murió sin llegar a comprender lo mucho que la admiré, y sin darse cuenta de que por muchas faltas de ortografía que le corrigiera siempre envidié su manera de escribir. Una vez, hace algo más de dos años, le plagié con pleno descaro una entrada de uno de sus múltiples blogs. Era un cuentecito donde hablaba de cómo veía ella su propio funeral. Y ahora, lo que son las cosas, está muerta de verdad. ¿Quién lo hubiera dicho entonces?

No es, ni mucho menos, lo mejor que le he leído a esa zorrita, pero es lo único que conservo de ella. Y hoy me van a permitir que, con alguna modificación, vuelva a fusilar su cuento:

No somos nadie

La que está ahí tumbada soy yo, en el centro, al lado de ese señor que va todo de blanco, el del libro gordo entre las manos.¿Soy guapita, verdad?
Estamos en mi entierro.


Está guapo estar en tu propio entierro porque ves la cantidad de gente que dice quererte. Han malgastado ese día para estar en una jodida iglesia despidiéndose de ti. No sé, es de agradecer.En el mío hay un montón de gente, se ve que no fui tan mala.
O sí, y vienen para asegurarse de que por fin me voy. No sé.


Diviso en la segunda fila una cara conocida. Me suena muchísimo pero han de pasar más de tres minutos para que sepa de qué.
Es la señora que vive en el 1º.
A ver..., espera, ¿qué cojones hace la señora del 1º en MI entierro? ¡pero si apenas nos hemos saludado… ¿siete veces en cinco años?!
Estoy flipando, en serio.
En mi próxima vida rogaré que coloquen el cartelito ese de Derecho de admisión cuando vuelva a morirme. Qué pesada es la gente, coño, no te deja en paz ni después de muerta.


Escucho una voz que reconozco y compruebo que es uno de mis hermanos.
El mediano.
Joder… qué lástima, me sabe mal verlo llorar, me entran ganas de llorar a mí y todo. En realidad no me sorprende que esté tan hecho polvo, yo era su ojito derecho, siempre lo he sabido, es normal.Mi hermano mayor está justo a su lado. Intento leer su mente para saber qué siente pero no lo consigo. Llora también, llora muchísimo.
Sólo he visto llorar a mi hermano mayor una vez en toda mi vida, fue cuando el (puto) BarCa perdió en Atenas aquella final. El cabrón estuvo una semana sin hablar. Creo que fue a partir de ese día que yo me hice del MadriZ.
Retengo esa imagen en mi cabeza (la de mis hermanos juntos, digo, no la de la final del BarCa) y la enmarco mentalmente para no olvidarla jamás, vaya donde vaya ahora.


Veo en la quinta fila al señor que va a tener que pagar mi hipoteca gracias a un seguro que me obligaron ellos mismos a hacerme. Hay que joderse. Yo ya dejé pistas en aquel horrible formulario que tuve que rellenar, excatamente en la pregunta 1.735, donde me preguntaban qué cantidad de cigarros me fumaba al día. No es culpa mía si no pillan las indirectas, ¿no? ¿Y quién es ese tío que lleva un gato blanco y negro en brazos? ¿Están permitidos los gatos en las iglesias? ¿De qué cojones se ríe el tío del gato? ¿Y por qué me suenan tanto esas caras, la del gato y la del tío del gato, digo? Aquel de allí es mi padre, al final de todo. Acabo de verlo. Va guaspísmo con ese traje negro. Creo que es el mismo que utilizó en la boda de mi hermano mediano.
Ya lo dicen: lo negro combina con todo.Está ausente, parece que no, que está escuchando al menda este de blanco y que le interesa lo más mínimo lo que este señor está contando, pero qué va, está ido totalmente.Si por algo me sabe mal morirme es por mi padre, no sé.Al lado de él hay un chico que no conozco de nada. Me extraño porque llora desconsoladamente. No sé quién carajo es..., bah, da igual.


Ha venido la panadera, el señor de la ferretería, aquella señora que me vende los cupones que nunca llevan el número premiado, el caballero que me sonríe cada mañana desde el balcón de enfrente (¿?), amigas que no veo desde hace más de siete años, los chicos que trabajan colocando ascensores al lado de la pelu donde trabajo (qué majos) y clientas, muchas clientas. Hasta ha venido un tío con un gato. Quienes no han venido son mis gatas, la Hijaputa y la Buena, pero yo las perdono.
Joder, qué guay ¿no?, mola esto de morirse, ocurre como en las bodas, se junta todo tipo de gente que jamás imaginarías en la misma habitación y, mucho menos, que intercambiaran siquiera un par de frases seguidas. La única diferencia es que aquí se ahorran el jodido sobrecito con la pasta y la sonrisa forzada de gilipollas cada vez que te dedican (disimuladamente) una mirada.


Suena de fondo una canción de Sabina. Joder... esto ha sido idea de mi hermano mayor, fijo. Qué mamón..., es un crack el tío eh! parece que no se entera de nada o que, si se entera, le importa todo un carajo y mira. Ya se lo decía yo a mi madre: "Es el mejor de los tres, tú tranquila, lo que pasa es que el payaso va de independiente y eso".

Ahora que caigo... ¿dónde coño está mi madre?


11 comentarios:

Anónimo dijo...

Al segundo párrafo ya he sabido que era ella.

No es verdad que esté muerta, ¿no?

Anónimo dijo...

Di que no es verdad, por favor...

cachalote dijo...

¿Estás hablando de que ha fallecido de verdad o es símplemente un ejercicio académico y catártico?

Si ha muerto, no deja de ser algo dramático. Que descanse en paz.

Si símplemente la has desterrado de tu alma y es un entierro virtual, pues te felicito, siempre es bueno soltar lastre.

Anónimo dijo...

¡Qué desilusión! por un minuto pensé que hablabas de mí :(

¿Perdón? ¿que la perseguías? sí, ¿y que la encontrabas? también, pero con MI astucia así que no me restes méritos, ¿vale?

Y no, no ha muerto, te lo digo yo :P

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Anónimos de las 14:44 y de las 16:40:

Si queréis que diga que no está muerta lo diré: no está muerta.

Pero vamos, que está muerta y bien muerta. Casi tanto como yo mismo lo estuve.


Cachalote:

Estoy hablando de algo que dos o tres viejos lectores de DCC entenderán. Me temo que al resto les toca quedarse en la inopia. Lo siento.

Anónimo de las 00:21:

Tranquila, de ti también hablaré cuando te hayas muerto. Jo, ¿verdad que te dan ganas de morirte para que hable de ti halagüellamente?

En vos pensaba cuando dije lo de los chivatazos.

[Y no, no ha muerto, te lo digo yo :P]

¡Claro que ha muerto! Fue una muerte horrible en aquel coche incendiado mientras los otros automovilistas se esforzaban en vano por rescatar del vehículo en llamas a la madre y a la niña... Horrible, verdaderamente horrible.

Anónimo dijo...

Jódete!

Javi dijo...

Después te extrañará no tener amigos...

Anónimo dijo...

HALAGÜELLAMENTE.

TE LEO Y NO LO CREO.

VAYA CAGADA, HERMANO.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

¡Dios mío, incluso a mí me cuesta creérmelo, y eso que soy el autor! He ahí la prueba de que no hay que mezclar cerveza con ácido nítrico.

No sé si arrancarme esta cabeza de chorlito o dejármela puesta...

Anónimo dijo...

El tío del gato no estaba en el contrato.

CREO.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Crees bien.