Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

domingo, 25 de marzo de 2007

La mato, la mato, la mato...


Yolaida no es su nombre pero nos servirá.

Yolaida y yo tenemos una extraña relación llena de altibajos. Desde hace un par de semanas hemos vuelto a vernos esporádicamente. A mí me gusta ella porque está que se rompe de buena y porque folla como las diosas (no les pase desapercibida la profundidad emocional del cabeza de chorlito). Yo le gusto a ella porque... bueno, pues porque es una tía rara, supongo. Porque Yolaida es rara de cojones, ¿saben? Podría pasarme el día entero hablándoles de ella, que hay mucho que contar y muy jugoso, pero no es ese el motivo de esta entrada, no. Esto sólo era para ponerlos en antecedentes.

El caso es que en la madrugada del Jueves al Viernes, exactamente a las tres y ocho minutos, Yolaida se presentó en mi casa. Que te despierten a esas horas es una putada, y si además al día siguiente tienes que entrar de servicio durante todo el fin de semana ya ni les cuento. Pero claro, a ver quién es el guapo que rechaza, sea la hora que sea, a un bombón rubio, con los ojos azules y las bragas mojadas. "No, cariño, si acababa de dormirme. Sube, sube (que me voy a cobrar en carne las horas de sueño que me quitas, zorra)".

Luego la criatura (sí, la de los ojos azules y las bragas mojadas) se empeñó en conversar. A las tres y media decidió que ya estaba bien de cháchara, y entonces se puso a jugar con mi gato Gusifluky, aunque Gusi, que es algo misógino como yo, no hace muy buenas migas con las mujeres que desfilan por casa. Tras varios arañazos y los pertinentes gruñidos de advertencia ("como me vuelvas a acercar la cara, golfa, te saco los ojos") por parte de Gusifluky, Yolaida pensó que ya era hora de irse a la cama. Tres horas y cuarenta y cinco minutos de la madrugada, y mi despertador listo para sonar a las siete, y un largo fin de semana de servicio por delante... genial.

Una vez en el catre la rubia noctámbula, (sí, sigue siendo la de los ojos azules y las bragas mojadas), quiso ver "El laberinto del fauno". Maldita la hora en que se me ocurrió poner una tele con deuvedé en mi dormitorio. "Bueno, cielo, tú ve lo que quieras. Espero que mis ronquidos no te impidan poner atención a la peli (ya te pillaré con más tiempo, que me voy a cobrar todo esto en carne y con intereses de usurero)".

Estaba empezando a olvidarme de mi calentura y a dormirme cuando Yolaida decidió que follar conmigo era más divertido que ver esa película. Pues venga, a follar se ha dicho, pero Yolaida, aunque es una fiera sexual, no es mujer de orgasmo fácil. Tuve que entregarme a fondo, y la verdad es que yo, entre la falta de sueño, entre la inquietud por no levantarme a tiempo un rato después, y entre esos pensamientos que me suelen llegar en tales momentos ("¿Por qué me follo a una tía que no amo? ¿Porque está buenísima? ¿Y de qué sirve si nadie sabe que soy yo el que se la beneficia? Así mi ego no se puede ver enaltecido ni nada, esto es una mierda"), pues como les decía, en ese plan no andaba yo en mi mejor momento, así que hasta las cinco y media no di por concluida la faena, pues la damita (la misma de los ojos azules y las bragas mojadas) no se puso a vibrar espasmódicamente hasta esa hora. Sólo entonces supe podía quedarme dormido con la satisfacción del deber cumplido.

Pero qué va, ya era demasiado tarde. Yo estaba muy preocupado por el servicio que se me echaba encima, y apenas logré caer en un estado de duermevela hasta que sonó el despertador. Me disfracé de militar, le di un besito a la bella durmiente (sigue siendo la misma de los ojos azules y las bragas mojadas) que sonrió entre sueños y dijo algo así como "mmmñññmmm", y me largué, aguerrido milico dispuesto a cumplir con la Patria, pero más soñoliento que aguerrido.

La llamé a las once de la mañana. Seguía en mi cama. Le pedí que se masturbara mucho ahí y que impreganara bien mis sábanas con su olor. Le pareció buena idea. Después pasé a hablarle de cosas serias:

- Oye, Yoli, acuérdate de dejar la puerta del baño abierta para que Gusifluky pueda hacer sus necesidades durante el fin de semana.

- Gusifluky... Vaya mariconada de nombre le has puesto al gato.

- Síiiii, ya lo sé, me lo dice todo el mundo, y tú también me lo habías dicho ya, pero la puerta del baño abierta. ¿Te acordarás?

- Que sí, que sí.

En efecto, se acordó. Pero...

Pasó el viernes y pasó el sábado. Dos días de servicio sin demasiados contratiempos salvo lo de tener que bregar con un soldado arrestado que cuando no quería pegarle fuego al cuartel pretendía cortarse las venas, y cuando no era eso se conformaba con ahorcarse. La madre que lo parió, qué tormento. Por fin, esta mañana de domingo, el jefe del que dependo directamente durante mi servicio me ha autorizado a venir a casa hasta la noche. He llegado muy contento a mi hogar, con ganas de reunirme con el pequeño Gusi. Pero Gusi no ha venido a recibirme como hace siempre. La puerta del baño, sí, estaba abierta.

Pero de poco sirve abierto el cuarto de aseo cuando el gato está... ¡ENCERRADO EN EL SALÓN DESDE EL VIERNES POR LA MAÑANA! Imaginen ahora a ese gato con un cabreo de mil demonios y a este cabeza de chorlito, los dos rajando en arameo y mentándole los muertos a las cabecitas locas de ojos azules y bragas mojadas...

-Gusifluky dos días sin comida ni agua.

-Pipí de Gusifluky en los sofás.

- Caca de Gusifluky en algún lugar del salón que no he determinado, pero está ahí porque su fragancia lo inunda todo.

- Uno de los altavoces del equipo de sonido tirado en el suelo (no tengo ánimos para comprobar si funciona).

- Y lo mejor: Mis dos adorados sofás de cuero arañados.

La de los ojos azules y las bragas mojadas se dejó encerrado a Gusifluky, precisamente, en el único lugar de la casa donde no lo dejo entrar.

La mato. La descuartizo y le echo a Gusi los pedazos.

Ya sé de una que no me vuelvo a follar. Por lo menos en mi casa.

Joder, un poco de vista, que los gatos no saben (normalmente) abrir puertas. Lo que más me jode de todo es que Gusi me mira raro, como culpabilizándome. Ha perdido la confianza en mí, como en Noviembre de 2004 la perdí yo en mis jefes. Y siempre una mujer por medio...

16 comentarios:

marmotilla dijo...

Seguro que acabas de escribir esto y ahora te pones frenético y emoiezas a chillar: "No puede ser, me espías, como es que escribes un comentario cinco minutos después, blablabla".

jajaja

En fin, ya se me ha olvidado lo que iba a decir. Tienes una dura tarea para recuperar la confianza perdida del pequeño, pero seguro que si vuelve a ocurrir la abrirás la puerta a tan linda señorita. Que nos conocemos...

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Na, na, si sabes que en verdad me siento halagado cuando me prestan tan rápida atención. Pero, coño, es verdad, hace unos minutos que lo publiqué. ¿Cómo lo haces? ¿Estás suscrita a actualizaciones o es casualidad?

He hablado con ella (la de los ojos azules y brgas mojadas) y le he echado un buen rapapolvo hace un momento. De verdad que esto se ha acabado. A follar a su casa y cuando yo libre al día siguiente o cuando ande muy quemado, pero ya no la puedo traer aquí, aunque sólo sea por respeto a Gusifluky.

Anónimo dijo...

Al final ¿ves? un montón de gente se enterará de que te tiraste el pibón rubio de ojos azules.
Pobre mi gato, así no hay manera de encontrar una buena mami que lo lleve a McDonalds.
Besitos.

Anónimo dijo...

A mi me parece realmente desagradable que sigas follando con alguien por el mero echo de estar buena o porque folle como las diosas... Puedo entender el hacerlo de vez en cuando, por una traicion de las hormonas, por necesidad.. incluso hacerlo con diferentes mujeres, pero de una a la vez, pero que se vuelva una especie de relacion no lo consivo, lo siento, pero NO!

(Contradiciendome)
Aunque tambien reconozco que hay muchas relaciones matrimoniales en donde el sexo pasa a ser un mero tramite, una formula para conservar la paz o una necesidad por llamarlo de alguna forma... pero lamentablemente, a veces, tampoco es por amor.

Saludos con algo de soleil.. yupi!

Anónimo dijo...

¿Gusi no sabe abrir puertas aun? mis gatas si.

Muchhos baños y muchas mariconadas creo yo...

marmotilla dijo...

Se me ha borrado el comentario! Agh!!!!!

Resumiendo:
-Es casualidad. jajaja
-Avísanos cuando cambies de idea y la vuelvas a traer.

Y...
-Le dediqué una entrada a mi robot favorito, que creo que podría llegar a ser de esos que decías que te gustarían a ti.

Y ahora... Copiar antes de publicar

Anónimo dijo...

Siempre hay niños que lo paguen, yo te quitaba la custodia.

Anónimo dijo...

Como decía Lorca :
Es un gato elegante con gesto de león,
bien educado y bueno,
si bien algo burlón.

Creo que ya no va a ser la mismo, quizás una gata rubia de ojos azules arreglarían la cosa.
Un beso

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Tesa, por aquí no es lo mismo, vosotros no la conocéis. Contarlo aquí no es suficiente para mi ego.

Paola, yo preferiría algo más profundo, desde luego que sí, pero mientras eso no llegue no me voy a dedicar a la vida contemplativa y a la oración.

Sandra, tú eres un poquito cabrona, ¿a que sí?

Marmota, vale, puede que cambie de opinión, pero no esperes que lo cuente, joder, que uno tiene su dignidad.

Baba de caracol, cierto es que me busco perder la custodia de Gusi por estas cosas que hago, pero en el fondo yo lo que pretendo es socializarlo, presentarle gente y tal... ¿Me crees?

Layose, ¿una gata para él te refieres? Ni hablar. Gusi ha de ser casto, puro y virginal. Jamás yacerá con hembra alguna. No echaré a perder su inocencia.

Anónimo dijo...

joder q caballero!
nunca habia visto alguien q respetara asi a su gato!

y los 32 ya llegaron?

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

No, Eletrokiss, aún queda más de un mes para los 32.

Anónimo dijo...

si mi ex seguiria respirando...
tb hubiera cumplido 32 este año...

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Ay, Electrokiss, más depresión en este blog no, por favor, te lo ruego.

Anónimo dijo...

En realidad, no le dijiste que no encerrara al gato.

Y si no fuera por la anécdota felina, mucha menos gente se hubiera enterado de tu aventura con la rubia de bragas mojadas y orgasmo rápido´.

Saludos. Estupendo blog, por cierto.

Shere

Carabiru dijo...

¿Eran los gatos los que se cagan y arañan las cosas que más saben que adoras cuando se sienten abandonados???
¿o eran los perros?

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Creo que eran los perros, Carabiru, y lo cierto es que Gusi se portó bastante bien después de todo. Los arañazps de los sofás casi no se notan.