Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

domingo, 25 de abril de 2010

La visita del asiático que quería ser albaceteño (II)

(Viene de aquí).

Mientras le preparaba la copa al visitante no dejaba de pensar en su nombre, Misó Gino. Me sonaba vagamente, pero no terminaba de ubicarlo en el adecuado lugar de mi deficiente memoria. Entonces tuve una idea: con la bebida de mi extraño huésped en la mano fui a la biblioteca que heredé tras el fallecimiento de Leónidas Kowalski y empecé a buscar por la letra G. No me llevó mucho tiempo encontrar lo que buscaba. Gala, García Lorca, García Márquez, Gardner, Garzón, Gayle, ¡y Gino! Había más de dos docenas de libros escritos por alguien llamado Misó Gino. Leí los demenciales títulos de ese autor sintiendo que el corazón se me aceleraba a medida que aquellas horribles palabras eran procesadas por mi cerebro: Consecuencias positivas de la ablación; La única buena atada a la cama y con las piernas abiertas; Cómo quitarles el dolor de cabeza: aspirina y dos buenas hostias; La mujer, ese mal bicho; Qué putas son todas; A la mujer, palos y mala vida; A la mujer ni agua (segunda parte de A la mujer, palos y mala vida); Un bozal para su señora; Bondades del burka; Los musulmanes sí que saben (segunda parte de Bondades del burka); El cochino precio de la golfa de tu hermana... y así muchos otros títulos igualmente abominables. Ahora sí que sabía por fin a quién había abierto la puerta de mi hogar en plena madrugada.

Comprenderá el lector que me pusiera a temblar de rabia, de odio y, por qué no admitirlo, también de miedo; a fin de cuentas el autor de esos infames libros estaba en mi salón, esperando un vaso de alcohol de 96 º que yo estaba derramando en la biblioteca. Volví junto a Gino, tan enfurecido como temeroso.

Continúa la transcripción:

Soldadito de Plomo: He cambiado de opinión. Ya no le voy a servir ninguna copa; bastante malo es tenerlo aquí como para encima tenerlo borracho. Sé quién es usted y debo rogarle que se marche inmediatamente de mi casa.

Misó Gino (susurrando aún): Comete usted un gravísimo error, señor de Plomo. Tenemos que hablar de importantes y urgentes asuntos. Créame que está usted en un error.

SdP (alzando la voz): ¿Error? ¿Acaso no es usted el innoble antropólogo a cuya cabeza puso precio la vicepresidenta Fernández de La Verga? ¿Acaso no es usted el malvado inventor de esa sevicia llamada "metodo de reconducción para la mujer rebelde"? ¿Acaso no es usted el principal objetivo de la Compañía Némesis?

MG: Sí, es verdad que soy quien dice, pero usted no entiende lo que está pasando.

SdP: ¡No hay nada que entender! ¡Fuera de aquí, villano! No lo quiero en mi casa. Es usted un hombre malo.

MG (negando con la cabeza y aparentemente apesadumbrado): No lo entiende, maldita sea. No entiende usted nada. Yo no soy malo, lo que pasa es que me han escrito así.

SdP: Ah, claro, échele la culpa al difunto Leónidas Kowalski de Arimatea. Qué bonito está eso, sí señor.

MG (empieza a llorar): Pero es la verdad. Su amigo Leónidas me creó de esta manera tan horrible aquel infausto 10 de noviembre de 2006. Yo no quería. Yo estaba tan feliz en el mundo de las cosas que no existen y de repente me vi convertido en un asiático misógino, pero en verdad yo hubiera querido ser de Albacete, y llamarme Amador, Amador de Mujer, en lugar de llamarme por el improbable nombre de Misó Gino. Yo nunca quise hacer las cosas atroces que Leónidas me obligó a perpetrar. Tiene usted que creerme, por favor. Corremos un serio peligro y es de vital importancia que usted escuche lo que he venido a decirle.


(CONTINUARÁ, SI NO ME MATAN ANTES. EN CUALQUIER CASO LA GRABACIÓN COMPLETA ESTÁ DISTRIBUIDA EN VARIAS COPIAS QUE OBRAN EN PODER DE PERSONAS DE CONFIANZA, Y TODAS TIENEN INSTRUCCIONES DE ENVIARLAS A LA POLICÍA SI DESAPAREZCO).

7 comentarios:

Cristina dijo...

aburridísimo.

El soldadito de plomo dijo...

Ja ja ja... ¡Qué rencorosa eres!

Rocket dijo...

Estimado soldadito,

Reconozco que ha conseguido usted despertar mi curiosidad...

Saludos,
Rocket

El soldadito de plomo dijo...

Pues esto es solo el principio, Rocket. Luego la cosa se puso más pintoresca. A ver si puedo llegar a terminar de contarlo...

María. dijo...

No tenga miedo, soldadito, que según dicen:
'' bicho malo, nunca muere '' :)

cachalote dijo...

Intrigante...Soldadito, consigue usted enganchar la lector. Debo reconocer que la curiosidad me corroe...

El soldadito de plomo dijo...

María:

Ya, ya. ¡Que usted no le iba a tener miedo al Misó! ¡Amos, anda!

Capitán Cachalote:

Me alegra que esté enganchado. Mientras sea así no anda apedreando perros por la calle o endrogándose.