Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

lunes, 5 de abril de 2010

Los diversos suicidios del teniente Núñez. (XV)


-Ya, ya. Lo entiendo -dijo Silvia -. Sospechar próxima la propia muerte debe de ser un buen incentivo para arreglar asuntos pendientes.

-Sí, Silvita, sí. ¿Puedes creerte que lo tengo todo atado y bien atado para que cuando llegue el momento una residencia de animales se encargue de Gusifluky? Al menos durante un año, mientras le buscan amo. No quiero pensar en lo que pasará después si no le encuentran dueño; no pude pagar para más tiempo.

-Claro que me lo puedo creer, y te diré otra cosa: si te pasa algo yo me encargaré de Gusi. Ya puedes rescindir el contrato con la residencia de animales -prometió Silvia muy seriamente cogiéndome una mano.

-¿Lo dices de verdad, compañera? Para mí es muy importante contar con eso.

-Claro, tonto. Pero no te va a pasar nada, tú confía en mí.

-Confío en ti, pero... Silvia, en aquella maldita guardia con el teniente Núñez pasó algo. Yo no sé lo que es ese algo, y ya te dije que no creo en magias; pero algo extraño pasó, algo muy raro que no podemos entender.

-¡Tú no vas a suicidarte, Alburquerque! ¡Por mis muertos que tú no...! Oye, a todo esto, ¿cómo te llamas? Te conozco solamente por Alburquerque, y creo que después de todo lo que me has contado me merezco llamarte como te llamen los íntimos.

-Mi nombre completo es Leónidas Alburquerque Kowalski. Sí, no pongas esa cara; mi abuelo materno era polaco. Llámame Leo y en paz.

-De acuerdo, Leo. ¿Qué pasó con los demás? Sigue contándome.

-Bien. Recordarás que solo quedábamos Sanz, Gil, Calahorro y yo. Sanz y Gil sostenían la idea de que el fantasma de Núñez nos rondaba, y que su influjo maligno se manifestaba sobre todo en el cuartel Cascaperales. No sé por qué habían llegado a esa conclusión, pues lo cierto es que la mayoría de los suicidios se produjeron fuera del acuartelamiento. De todos modos, independientemente del hipotético territorio de actuación, el mero hecho de suponer la existencia de un fantasma ya era lo bastante disparatado como para invalidar cualquier suposición derivada de tan absurda premisa. Fuera razonable o no lo fuera, Sanz y Gil pensaban que alejándose de Cascaperales conjurarían el peligro. ¿Y qué podía decirles yo? "Oh, muchachos, no me seáis magufos. La gente se suicida todos los días en todas partes, así que lo que está pasando es lo más normal del mundo". No, Contreras, eso tampoco podía convencer a nadie, ni siquiera a mí.

»En cualquier caso la serie de suicidios se interrumpió dándonos una larga tregua, suficiente para que en el verano de ese 2008 Sanz aprobara el ingreso en la Academia de la Guardia Civil y...

-¡Espera, espera! -interrumpió Silvia consultando la servilleta en la que yo mucho antes había escrito una reseña de los componentes de la guardia del 31 de diciembre de 2007 -A ver, a ver, un momento... ¿Sanz no era el que trapicheaba con droga? ¿Y se hizo picoleto?

-Claro, Silvia. Veo que estás atenta. Párate a pensarlo y te darás cuenta de que tiene su lógica; una lógica criminal pero lógica a fin de cuentas.

Silvia meditó sobre ello entre brumas etílicas. Tardó un poco en comprenderlo pero el resultado fue impecable.

-Ya entiendo, Leo. Ser conocedor del submundo de la drogodelincuencia podía serle muy ventajoso, tanto si decidía ser un eficaz servidor de la ley como si prefería ser un guardia civil corrupto.

-Exacto, Silvia. Hasta borracha sabes pensar.

-¡No estoy borracha, colega! -protestó mi compañera con un mohín -.Solamente estoy algo achispada, y un poco cachonda. ¡Olvida eso que acabo de decir! -corrigió inmediatamente -Vale, es verdad, estoy muy borracha. Sigue y no me hagas caso.

-Vale. Te decía que Sanz se fue a la Academia de Picolandia. Creo que ingresó en septiembre, y más o menos por aquellas fechas Gil se fue destinado al GACAPAC.

-Espera otra vez, Alburq... Leo. Es que me lío un poco con las siglas militares. Déjame hacer memoria.

-Ya lo sé, Silvia. Las siglas son una pesadilla. Ya lo dijo Dámaso Alonso tan graciosamente en aquel
Poemilla muy incompleto: "Vosotros erais suaves formas: INRI, de procedencia venerable, S.P.Q.R., de nuestra nobleza heredada. Vosotros nunca fuisteis invasión. Hable al ritmo de las viejas normas mi corazón, porque este gris ejército esquelético siempre avanza (PETANZA, KUTANZA, FRUTANZA); frenético con férreos garfios (TRACA, TRUCA, TROCA)..."

-¡Calla, calla, idiota, que me lío más todavía! -exclamó entre carcajadas mi amiga -. ¡Ya lo tengo! El puto GACAPAC ese es el Grupo de Artillería de Campaña de la Brigada Paracaidista. Los artilleros brillantinas, vamos.

-Muy bien, pequeña artillera. Pues eso, Sanz por un lado y Gil por otro pensaron que yéndose lejos del cuartel Cascaperales y de esta ciudad estarían a salvo del fantasma del teniente Núñez, o de lo que fuera que estaba matándonos.

-¿Y qué ha sido de ellos dos? -preguntó Silvia con un deje de esperanza.

-Están muertos, como todos los demás y como yo mismo lo estaré dentro de poco tiempo -le respondí fríamente.


(FALTA POCO PARA ACABAR... CREO)

19 comentarios:

Cristina dijo...

¿es Contreras la que muere? ¿verdad?

El soldadito de plomo dijo...

A ver, CRD, ¿has dejado la necrofilia para dedicarte a reventar finales? No, Silvia Contreras no estira la pata. Al menos no en este cuento.

Cristina dijo...

Yo acabaría con ella por pesada y falta de gracia. Ya,ya, que le cuida el gato...

El soldadito de plomo dijo...

A ti lo que te pasa, CRD, es que estás celosa porque en realidad te gustaría cuidar de Gusifluky. Yo creo que Silvia es encantadora, y el pesado es Leónidas Alburquerque, que vaya ladrillo le está soltando a la pobre Contreras.

María dijo...

Ladrillo??, éste lo que le ha hecho ya, es una pared de cemento armao jajaja!!
Lo único positivo que saco de todo ésto es,todo lo que se aprende en el ejército, que si el arriado de la bandera, la escabechina que produce una dum-dum....lo que pueden llegar a esparcirse 53 kg de carne humana si los pones sobre 8 kg de hexógeno plástico,la reinserción de un camello en picoleto,etc...ejemm,ejemm..no tratará de enviarnos publicidad subliminar pequeño soldadito de plomo jajaja!!

El soldadito de plomo dijo...

Je je je, María, ni muchísimo menos es esa mi intención. Sin embargo me halaga que haya tomado tan buena nota de ciertos detalles, y en honor a usted aclararé algo:

Parece que el teniente Núñez, habida cuenta de los destrozos que sufrió su cabeza, empleó una bala dum dum, pero esa bala debía de ser propiedad particular del teniente, pues en las Fuerzas Armadas (en las españolas al menos) ese tipo de munición no se emplea; la Convención de La Haya prohíbe el uso de esa clase de proyectiles. Resumiendo: las escabechinas que provocan las balas dum dum no tienen nada que ver con lo que se puede aprender en las Fuerzas Armadas españolas. Me ha parecido necesario aclarar eso.

María, me ha resultado muy chocante que haya prestado atención a esos detalles. Y otra cosa: ¿Por qué últimamente a todos nos ha dado por llamarnos de usted? Yo suelo responder con ese tratamiento a quien me lo da, pero echo de menos un trato más directo y amistoso. Salvo con excepciones que no voy a mencionar prefiero ser tuteado y tutear a mis tres o cuatro comentaristas. ¿De acuerdo?

María dijo...

Agradezco el honor y le doy las gracias tmb por el inciso aclaratorio.Y sé en la medida de lo posible, que no de la práctica todo lo que te enseñan tanto en la Fuerzas Armadas como en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, puesto que de estos últimos algo he vivido, tal vez de ahí que aflore la curiosidad ante ciertos temas o detalles, pero cosas sin importancia.

Con respecto al trato, me tendrá que perdonar, porque seguiré tratándole de usted, puesto que según palabras suyas en una red social,una vez me indicó que ni nos conociamos ni tenía la intención de hacerlo, aunque más concretamente fue sentirse hasta los mismisimos de gente como yo que pretendia ser su "amiga".
Asi que perdonará mi osadia, y tendrá que permitirme seguir tratándole de usted, hasta que tal vez el tiempo haga que seamos "amigos" y pueda entonces empezar a tutearlo..

El soldadito de plomo dijo...

¡Oh, Dios! Ya me acuerdo de usted. Lo siento mucho. Entiéndame, mi amigo Leónidas acababa de morir y yo estaba algo irascible, además quería salir de esa "red social" y no sabía cómo hacerlo, lo que tampoco me predisponía a tener nuevos "amiguitos". Ahora pienso y siento diferente. Si lo tiene a bien puede volver a intentarlo en esa misma red, buscándome por mi nombre.

Queda pendiente que me hable de su relación con las FCSE. Es un tema que también a mí me interesa (aunque no demasiado, y ya sé que las mujeres se pirran por los polis; la atracción por la autoridad y todo eso). Cuénteme lo que quiera, pero sáltese la parte de "tuve un novio policía", que esa parte me la conozco muy bien.

María dijo...

Jajajaja!!, creo que su osadia es incluso mayor que la mía.
Con respecto a lo de buscarle en la red social, es algo que quedó desestimado el mismo día que borré a D. Leónidas, asi que descarte recibir nada por mi parte.
Y con respecto a la segunda cuestión es información clasificada y se encuentra bajo secreto sumarial, en resumidas cuentas, que no creo conveniente hablarle de mi vida privada, puesto que el que tiene un blog y por tanto es un "personaje público" es usted, yo sólo lo leo y opino sobre lo que escribe.
No pretenderá en un mismo día que le tutée y le cuente mi vida, sin ni tan siquiera conocernos

El soldadito de plomo dijo...

Po fale, María, pero conste en acta que yo no soy un "personaje público", como dice usted. Mi blog es público; yo no.

María dijo...

"Po fale", mmmm intuyo una pizca de tuteo, jaja!
A veces es usted un poco quisquilloso, eh??, pero bueno, constará en acta, Tomo 81, Pág. 448 ;)

Cristina dijo...

No, para suerte de Gusifluky no tengo intención de dedicarme a malcriar gatos.
Y sí, estamos de acuerdo, Alburquerque también está siendo pesado.

El soldadito de plomo dijo...

Bueno, CRD, ya queda poco. En breve despacho a Gil y a Sanz, y después de eso llegará el desenlace. Yo también empiezo a cansarme de esta tropa, además tengo muchas ganas de ponerme a escupir veneno misógino al mejor estilo del ínclito Leónidas (D.E.P.), que bastante me he contenido ya.

Rocket dijo...

Estimado soldadito y concurrencia,

Pues no sé que le ven ustedes de malo al usted, la verdad. A mi me parece estupendo.

Saludos,
Rocket

El soldadito de plomo dijo...

Rocket, a mí también me parece estupendo el empleo del usted... en mi vida extrabloguera, tanto en la profesional como en la personal. En cambio me escama ver por aquí comentarios en los que muchas personas (me da la impresión de que cada vez son más) me llaman de usted. En los inicios de esta bitácora eso no pasaba, y me pregunto por qué ahora sí.

Lo que temo es que yo esté dando la impresión de ser uno de esos petulantes blogueros "serios". No quisiera que se le olvide a nadie que esto es el diario de un CABEZA DE CHORLITO.

Por lo demás soy un firme defensor del tratamiento de usted y de todos esos detalles de cortesía y buena educación, como ya conté en La niña educada , aunque aquí, en los comentarios, prefiera algo más de compadreo.

Rocket dijo...

Estimado soldadito,

Jajajajjajajajajajjajajaja, ¿estaré creando escuela?

Saludos,
Rocket

El soldadito de plomo dijo...

¡Qué cab...! No quise decirlo, Mr. Rocket, pero ya que lo menciona, pues sí, le confieso mis sospechas de que sea usted el "culpable" de esta costumbre. También debo confesarle, y no sin celos, que un par de antiguas seguidoras de esta bitácora me contaron que venían a leer los comentarios de ese tal Rocket, y que mis entradas les importaban una mierda. Cría cuervos...

Rocket dijo...

Estimado soldadito,

Pues por desgracia me temo que soy mejor comentador de entradas ajenas que escritor de propias. Pero todo se ha de andar. Digo yo.

En cuanto al comentario sobre sus pasadas admiradoras, ¿sigue usted picando en uno de los ardides femeninos más antiguos?

Saludos,
Rocket

El soldadito de plomo dijo...

Rocket, me pregunta usted: "¿sigue usted picando en uno de los ardides femeninos más antiguos?".

Que no, que no, que lo decían en serio. Y además me siento muy orgulloso de que muchos de mis comentaristas contribuyan tan notablemente a hacer de este blog un lugar más ameno.